Entrevista a Alberto San Juan y Carlos Tuñón por Macho Grita y La vida es sueño

 En una calle, Alberto San Juan. Autor, director, miembro fundador de Teatro del Barrio y, sobre todo, actor, el de los Goya, los Max, la Biznaga de plata de Málaga o la Espiga de oro de Valladolid. En la otra, Carlos Tuñón, docente y director de escena, director artístico de [los números imaginarios], especializado en creación colectiva, teatro inmersivo y repertorio clásico y una de las miradas más particulares de nuestro teatro. Una carrera de relevos que se corre en mayo en la sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia. Don Juan y un auto sacramental de Calderón, los trofeos.  Por R. P.  
Si a Alberto San Juan le digo Carlos Tuñón, me dice…

Alberto: Un creador teatral.


Carlos, lo primero que se le pasa por la cabeza al oír Alberto San Juan es…

Carlos: Animalario o la importancia de tener compañía; Teatro del Barrio o el valor del off; una mirada socarrona, una voz templada, acompasada, la contundencia del oficio, una buena planta, algo sobre la ironía y sobre el temple; y pienso en un torero animalista.


En mayo ambos se darán el relevo en la sala Tirso de Molina de la CNTC.

Alberto: Gustazo y lujazo total.

Carlos: Es un privilegio que podamos ocupar un espacio así y que confíen en una compañía de creación colectiva como la nuestra; creo que es importante cuestionar quién decide cuál es el repertorio, qué son los ‘clásicos’ que deben perdurar y cómo se hacen, cuál es el reparto de los recursos públicos, cuántas compañías pueden acceder al reparto del pastel y, una vez en harina, no amedrentarse e ir lejos.


El primero, del 4 al 14 de mayo, Alberto San Juan con “Macho grita”. ¿Qué es?

Alberto: “Macho grita” es un relato de cómo en España se construye históricamente ‘lo macho’, entendiendo tal cosa como un sistema de dominio que estruc-tura la sociedad y las relaciones personales.


Háblenos un poquito de la propuesta…

Alberto: Comparten escenario uno que cuenta el cuento, yo, y cuatro músicos que ponen música al cuento. Cinco señores de mediana edad vestidos de traje.


Y del 25 de mayo al 4 de junio, Carlos Tuñón y [los números imaginarios] con “La vida es sueño [el auto sacramental]”.

Carlos: Reivindicamos la posibilidad de un espacio y tiempo compartidos donde el público viva el auto sacramental desde dentro, que le ocurra la experiencia en lugar de contársela. Calderón traslada los sucesos de “La vida es sueño” a un plano mítico, donde ‘Segismundo’ es el ‘Hombre’, el ser humano arrojado al mundo y que debe enfrentarse a su Sombra, su Amor, su Entendimiento, su Libre Albedrío, etc. No es importante conocer la fábula ni entender lo que va a pasar de manera intelectual.


Dramaturgia de Gon Ramos, Luis Sorolla, Carlos Tuñón y el equipo del Ensamble, un reparto de altura…

Carlos: Somos una compañía de creación colectiva y eso implica que todos los integrantes generamos materiales que se perciben en escena y que, incluso, dicen verso y cantan personas que se ocupan de la producción, la distribución, la comunicación, etc. Hemos leído mucho para desentrañar el verso de Calderón y luego hemos soñado en cómo trasladar estos pensamientos a una audiencia a la que vamos a pedir que duerma en directo. Los clásicos tienen la capacidad de cuestionarnos.


¿Qué tienen de contemporáneos el mito de Don Juan y un auto sacramental, qué tienen que decirnos al público de hoy?

Alberto: Don Juan es un ejemplo de ‘lo macho’, de la voluntad de dominio. Es el pie para iniciar el relato. Don Juan es, además, me parece, la posibilidad de la rebelión, pero en esta ocasión no abordamos ese aspecto. La voluntad de dominio no es solo contemporánea, sino rabiosamente actual.

Carlos: Habría quizás que detenerse en la necesidad de etiquetar las cosas como clásicas o contemporáneas, en esta idea de confrontar cosas en lugar de pensar que todo está relacionado y que todo está aconteciendo: un auto sacramental no deja de ser una ceremonia compartida donde ocurre algo extraordinario y se establece una relación no prosaica, no materialista, no irónica, no inmediata, con nuestro mundo. Más allá del credo cristiano, el auto es la evidencia del rito compartido, de la común-unión de gente que no se conoce, pero va a un teatro a que le pasen cosas, y esto es tan clásico como contemporáneo. 


¿Han encontrado en su proceso respuestas a sus interrogantes?

Alberto: El relato tiene mucho de humilde investigación histórica y sí, he descubierto cosas muy sorprendentes, al menos para un ignorante como yo, relacionadas con mi propia condición de macho y español.

Carlos: Quizás lo único específico de las artes y que las aúna a todas es que surgen para no tener que responder a nada; y a la vez lo asumen y lo acogen todo, por eso volvemos una y otra vez, para asumir la incertidumbre, el misterio y la impermanencia en lugar de tener que dar una opinión o una valoración certera. En la vida no tenemos ni idea de qué está pasando ni de qué estamos haciendo.


¿Cómo les gustaría que se acercase el público, con qué disposición de ánimo?

Alberto: Amorosa y abierta.

Carlos: Con ganas de dormir. Siempre decimos que, en realidad, solo estamos haciendo caso al título “La vida es sueño”; aquí se viene a dormir y a soñar, un tiempo donde quedan fueran las ideologías y las diferencias. Nuestra eucaristía no será compartir el pan, sino el sueño.


¿Y qué les gustaría provocar en ese público, cómo les gustaría que saliese?

Alberto: Alegre de haber pasado ese rato juntos en el teatro.

Carlos: Más descansado seguro, que no es poco; ir a un teatro no solo a recibir estímulos, que también habrá, si no a descansar los sentidos, a soltar, y poder estar de otra manera, abandonarse, permitir que entre una relación diferente con el mundo, con el “yo” y con los demás.


¿En qué más andan Alberto San Juan y Carlos Tuñón? No me los imagino parados…

Alberto: Haciendo los lunes “Lorca en Nueva York” en el Teatro Bellas artes, en Madrid.

Carlos: En mayo de 2023 hacemos justo diez años del estreno de nuestra primera pieza, otro auto sacramental de Calderón, “La cena del rey Baltasar” antes de saber que seríamos una compañía que queda todas las semanas, independientemente de tener un estreno o no; esto hace que la compañía sobreviva a su capacidad de producir obra o de lanzar cursos o acompañar otros procesos de creación emergente, que es a los que más nos dedicamos en el día a día.

VENTA DE ENTRADAS: MACHO GRITA | LA VIDA ES SUEÑO [AUTO SACRAMENTAL]

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