¿Qué es “Abre fácil” y cómo es la historia que plantea y desarrolla?
Álvaro Carrero: “Abre fácil” es la imposibilidad. Aquello que parece fácil de solucionar pero, al final, se acaba convirtiendo en un imposible. Es un trabajo que habla sobre la ansiedad. Esa ansiedad que te paraliza y te impide que avances.
Álvaro, ¿qué motivos le condujeron a escribir, subir a escena e incluso interpretar esta comedia?
Álvaro: Todo nace de mi propio problema de ansiedad –a día de hoy solucionado–. Quería hablar esto y darle un punto de comedia. Primero fue un cortometraje y rápidamente vi la posibilidad que tenía dentro de un montaje teatral. Me sedujo mucho la posibilidad de actuar ante amigos y personas a las que admiro.
¿Quiénes y cómo son sus personajes en la función, qué conflictos afrontan?
Salva Reina: Mi personaje es Mauro, el cual se ve envuelto en un sin fin de circunstancias que le hacen llegar a la locura. Él solo quiere solucionar sus problemas, pero la forma en la que los afronta, desde la ansiedad y el nerviosismo, no le permite solucionarlos.
Álvaro: Yo interpreto a Antonio, que es el presidente de la comunidad. Una comunidad prácticamente inexistente, con lo cual, se siente bastante solo. Presume de ser un tipo jovial y autosuficiente, pero lo que se esconde es un individuo tremendamente sensible.
¿Qué hay de los dos personajes femeninos de la obra?
Álvaro: Antonia y Emi. Hermanas. Antonia es la pareja de Mauro y está embarazadísima de su primer bebé. Es una mujer alegre, positiva y con una visión de la vida totalmente altruista. Está convencida de querer dar a luz en una piscina o, al menos, eso es lo que ella cree. Emi, su hermana, es el lado opuesto. Una persona con constantes problemas en los que se regocija y hace partícipe a los demás. De alguna manera, solo demanda atención. Con todo esto, lejos de ser un personaje oscuro o gris, destaca principalmente por su comicidad y su carisma.
Para ustedes, uno de los grandes momentos de “Abre fácil” se produce…
Salva: Hay muchos, pero el culmen puede estar cuando el personaje de Huang Liz, desde la calma y la tranquilidad, soluciona todos los conflictos y problemas que se han ido generando a lo largo de la función. Se produce una conexión con el público que también se ha visto envuelto en las mismas dificultades que los personajes, empatizando con ellos. Cuando todo se soluciona, se produce una catarsis conjunta muy bonita.
Álvaro: ¡Cuando entra el transportista con un frigorífico embalado! (risas).
En suma de todo, ¿por qué motivos recomiendan este reciente estreno?
Álvaro: Porque una comedia de situación siempre es bien. Por las risas, el entreteni-miento, la desconexión, el ritmo… Porque llegamos en verano y en el teatro se está fresquito y si encima estás disfrutando con tu familia al no poder parar de reír… ¿Qué más le puedes pedir a una hora y media de diversión?
Salva: Porque es una comedia muy divertida que nos habla de muchos temas: la salud mental, la gentrificación, la empatía, la solidaridad del ser humano ante tanto individualismo, la xenofobia, el amor… pero, sobre todo, porque te hace reír en mayusculas.