¿Recuerda qué sintió el momento aquel en el que por primera vez vio representada y estrenada una obra suya? ¿Cuál fue y cómo lo vivió?
Siendo casi adolescente ya representábamos piezas breves en la época de café teatro de Ron Lalá, a finales de los 90. Siempre estaba en escena defendiendo como actor aquellos textos, así que mi vivencia con la dramaturgia ha sido siempre muy activa, muy física, descubriendo en directo los aciertos y errores con la respuesta del público.
¿De dónde nace su pasión por el teatro y la necesidad de escribir?
De mi infancia miope, borrosa, llena de fantasía, lecturas y ensoñaciones. De mis padres y hermanos, todos enamorados del arte. Del amor a las palabras y a las aventuras.
Usted que tiene bien presente el Siglo de Oro, ¿todas las historias están ya inventadas?
Las grandes historias son, en esencia, fuentes inagotables de nuevas vidas; como partituras, cada vez que las recreamos o interpretamos suenan iguales y distintas, eternas pero nuevas.
¿Por qué etapas pasa Álvaro Tato desde que se sienta a crear una obra nueva hasta que pone el punto y final? ¿Cómo es ese proceso?
Mi labor suele requerir tres fases: primero, documentación, estudio y esquemas de estructura; después, creación libre e intuitiva; por último, trabajo en el local de ensayos con el elenco y equipo. Y por suerte en el teatro nunca se pone punto final.
¿Cuáles son las claves y los referentes del teatro de Álvaro Tato?
Intento que la poesía y la música sean el camino a los grandes conflictos y los grandes temas. Procuro no tomar nada en serio ni en broma del todo. Mis referentes son los clásicos.
¿Hay una receta mágica para que una historia enganche? ¿O al menos unos ingredientes básicos?
Cada obra necesita una magia distinta, aunque el ritmo, la síntesis, la presión y la palabra activa son buenos aliados.
¿Qué obra de todos los tiempos le hubiera gustado escribir?
La vida es sueño.
Si tuviera que recomendar un dramaturgo actual, sabe que no se equivocaría nunca si diese el nombre de… ¿Por qué?
Creo que somos una generación tan plural que un solo nombre no puede representarnos. Recomiendo conocer varias propuestas, apostar por la fascinante diversidad del teatro de hoy.