Entrevista a Álvaro Tato y Yayo Cáceres por Vive Molière

 Recabando ovaciones a lo largo y ancho de su grandísima gira nacional, regresa a Madrid esta fastuosa fiesta musical que rinde homenaje al genio de la comedia a través de sublimes escenas de “Tartufo”, “El impostor”, “El avaro”, “El enfermo imaginario” o “El misántropo”, entre muchas otras. Charlamos con los ingeniosos culpables de este exitazo teatral que podemos disfrutar este mes, por temporada limitada, en el Teatro Infanta Isabel. Por ANA VILLA
¿Qué presentación harían de “Vive Molière” y por qué grandes motivos no podemos perdérnosla?

Yayo Cáceres: Es un espectáculo que, bajo la excusa de que la diosa Fama baja a la tierra buscando con quién casarse, recorre la vida y obra de este genio del teatro y del humor humanista que fue Molière. Creo que no deberíamos perdérnosla porque en ella volvemos a constatar la vigencia de este autor, su agudísima observación y crítica de la condición humana y, a la vez, su profunda humanidad. Como decía Borges, “para novedades, los clásicos”. Bienvenidos al mundo interminable de Jean-Baptiste Poquelin.

Álvaro Tato: Es una fiesta teatral en torno a la vida y obra del genio de la comedia. Un viaje a las luces y sombras de la Francia del Rey Sol. Una historia de amor entre el comediante y la diosa Fama, con sus criados Dato, Mito y Chisme. Una colección de las mejores escenas molierescas con música en directo y un joven elenco maravilloso.


Hablamos de un éxito que no cesa. ¿Qué recorrido ha tenido la pieza hasta su regreso a Madrid y cuál es el comentario más recurrente que ha leído o escuchado por parte de los espectadores?

Álvaro: Durante dos años de gira, nuestra troupe ha recorrido casi toda España. El recibimiento del público es entusiasta y muchos espectadores suelen asombrarse de la actualidad del humor de Molière. Y es una gozada comprobar cómo funciona para el público joven, lo bien que conecta con gente de cualquier edad.


Para ustedes, uno de los momentos más apoteósicos de esta función se produce cuando…

Yayo: Para mí, sin duda, el trozo de “El burgués gentilhombre” donde todo estalla y se transforma en un disparate y la comedia arrasa el teatro. Hay una frase atribuida a Molière –que no sé si es de él pero podría serlo– que dice que, cuando el espectador abre la boca con la risa, entra la palabra por ella y se clava en su mente para siempre.

Álvaro: Cuando Molière conoce a la comediante Madeleine Béjart y la escena se convierte en un aria operística. O el monólogo de “El misántropo”. O el de “El avaro”. O los enredos amorosos de “El burgués gentilhombre”. O el duelo de floretes. O “Las preciosas ridículas”. O la canción de los escándalos teatrales. ¡No me decido!


¿Y esa frase del texto de la que se siente especialmente orgulloso?

Álvaro: Me parece lúcida esta idea de Molière que encontré en el prólogo de “La improvisación de Versalles”: “La comedia no es más que un poema ingenioso que revela los defectos de los hombres”.


Yayo, ¿cuáles han sido los principales desafíos al frente de la dirección en este espectáculo?

Yayo: Los desafíos de la dirección creo que son siempre los mismos: cómo construir ese puente mágico entre el escenario y los espectadores, siempre pensando en ellos como destinatarios del trabajo, y cómo ponernos al servicio del espectáculo sabiendo moderar y gestionar los egos.


Si tuvieran en frente al mismísimo Molière, ¿qué le dirían y qué les gustaría llevar a cabo con él?

Yayo: Le daría las gracias por todo lo que nos ha dejado y procuraría sentarme a cenar y escucharlo para aprender todo lo que pudiera. ¡Ojalá estas cosas pudieran ser posibles!

Álvaro: Le daría las gracias al maestro por su coraje e inteligencia y, luego, le invitaría a unas cañas y le llevaría a ver “Vive Molière” para mostrarle que, cuatro siglos después, el mundo sigue riendo a carcajadas con sus genialidades.

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