Antes de nada, ¿qué está suponiendo para ustedes, a nivel profesional y personal, formar parte de este desafío?
Amanda Digón: Es el mayor reto al que me he enfrentado, porque este es un espectáculo con una riqueza musical apabullante y su interpretación es mayormente compleja. Nacho tiene muy claro cómo debe sonar cada nota y su dirección está llena de matices porque, ante todo, la emoción es lo que más le interesa. Al final los intérpretes somos vehículos necesarios para transmitir el mensaje que Nacho quiere hacer llegar al público y lo siento como una fortuna inmensa que conlleva también una gran responsabilidad.
Javier Mota: Trabajar con Nacho es, más que un desafío, una apuesta personal que te ayuda a crecer en todas las disciplinas: cantar, bailar y hasta interpretar.
¿Por qué motivos es “Malinche, el musical” un espectáculo imprescindible?
Javier: Porque, más que un espectáculo, es una gran experiencia en la que no solo vas a ver un musical con una escenografía increíble, además vas a ir a un recinto donde podrás disfrutar de la gastronomía.
Amanda: Primero, porque es un musical de creación original y es nuestro deber dar apoyo a la cultura y a los artistas españoles que hacen crecer la industria del teatro y la música desde dentro. Segundo, porque ofrece la oportunidad de abrir las miras y no quedarnos con una única versión de la historia. Ofrece una alternativa que invita a la conciliación y, en definitiva, al amor entre los pueblos sin rencor. Y tercero porque es absolutamente emocionante y nadie debería dejar de escuchar el libreto, que está más que a la altura de clásicos consagrados como “Los Miserables”.
¿Cómo son sus personajes en escena, qué conflictos y propósitos enfrentan?
Amanda: Malinche es el personaje que interpreto. Es el primer papel verdaderamente feminista que interpreto al ser una mujer que, lejos de depender de los hombres, es quien tira de los hilos en un mundo masculino. Maneja la situación y la conduce hacia lo que ella cree que es mejor para el bien común. Representa el valor y la astucia femenina como nadie y su propósito es conciliador.
Javier: Interpreto a dos protagonistas: Moctezuma –el emperador azteca– y Hernán Cortés, el conquistador. Son personajes muy distintos donde la caracterización es muy diferente. ¡No sabría con cuál quedarme!
Un momentazo de la función:
Javier: Para mí, uno de los momentos más fuertes de show es la parte que llamamos ‘el consejo’. Tiene una coreografía muy azteca en la que Moctezuma sale lanzando fuego y me parece que, visualmente, a la gente le gusta mucho.
Amanda: El momento de la traducción, que es un primer encuentro entre Moctezuma y Hernan Cortés. Es una escena donde la esencia de Malinche se despliega al máximo cuando con sus palabras, en ambos idiomas, traduce tratando de acercar las posiciones de ambos, suavizando y enfatizando lo que cree conveniente para lograr, de nuevo, conciliar.
¿Y ese momento que encoge el corazón del espectador?
Amanda: La muerte de Moctezuma sin duda, porque el personaje hace un viaje perfecto de inicio a fin, primero lo temes y después lo llegas a comprender.
Javier: Cuando Malinche y Hernán Cortés se besan en la piscina de agua que tenemos. O la muerte de Moctezuma, la gente la sufre bastante.
Aparte de “Malinche, el musical”, ¿vamos a poder disfrutarles en otros proyectos actual o próximamente?
Javier: Estoy haciendo la promoción y gira con mi nuevo single “Mi Cara B”, que tuve la suerte de presentar en el Templo Canalla de Malinche y Nacho fue el padrino y presentador.
Amanda: Inauguro un nuevo proyecto musical de la mano de Sasha Patchenko, que es, además, el director musical en “Malinche”. ¡Nos llamamos D'JOHN y planeamos hacer mucho ruido!
Sus mayores placeres cuando se aleja de los focos, en su tiempo libre:
Amanda: Mi tiempo libre es también la música. Las vacaciones de mojito y hamaca no existen para mí, me agobian, no disfruto así. Yo disfruto creando y cantando. Y eso hago. Siempre. Sin parar. Es mi trabajo, mi ocio y mi descanso.
Javier: Me gusta mucho pasear, hacer deporte, cocinar y, sobre todo, estar en casa disfrutando de la tranquilidad de leer un libro o ver una serie.