“Estos son los hechos. Y si no le gustan… tengo otros”. Esto en boca de Groucho era gracioso, aplicado a la realidad ya es otra historia, ¿no?
Antonio: Efectivamente. Vivimos una época donde la ética brilla por su ausencia. Se miente descaradamente y sin asomo de culpabilidad.
Juan: Si bien la frase es “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”, aplica para ambas. Es una frase graciosa cuando se dice de tal modo y con ese fin. Si es usada como una definición misma de la persona, yo estaría muy atento. No sé si confiaría tanto en ella…
Ángeles: La magia de Groucho… Con el humor se pueden decir verdades como puños que agitan nuestra conciencia. Eso ocurre en esta función. El humor inteligente es un arma muy poderosa.
¿Cuántos informativos, programas de TV, periódicos, redes sociales… consultan para estar informados? ¿O es imposible?
Juan: No llevo la cuenta de los medios que uso para informarme, pero más de uno.
Antonio: Yo no tengo redes sociales, así que me evito opiniones lunáticas. Me informo a través de periódicos digitales progresistas, aunque de vez en cuando accedo al periodismo ultramontano para ver cuál es su línea de ataque.
Ángeles: Es una buena pregunta… Es importante contrastar las fuentes, pero es inevitable hacerlo desde nuestro punto de vista, contaminarlas desde nuestras experiencias personales, con nuestros intereses, con nuestros miedos. Estar ‘bien informado’ cada vez es más complicado, es más una cuestión de calidad que de cantidad.
Fake news, realidad vs. autenticidad, intereses… Un poco de todo eso hay en “Hechos y faltas”. Cuéntennos más.
Antonio: Esta obra, que se podría definir como una comedia, trata asuntos serios. A través del humor nos hace reflexionar. ¿Hasta qué punto es lícito adornar los hechos, algunos dolorosos, para lograr una altura poética?
Juan: La obra habla de esa línea delgada, o no tan delgada, del límite entre las licencias poéticas que se toman a la hora de informar sobre un hecho y la importancia de respetar estrictamente los datos que se comparten en el mismo.
Ángeles: Nos enfrenta a las verdades relativas, a las verdades relatadas y parciales. Al todo vale para conseguir un fin. A la autocensura. A los cambios tecnológicos, a la forma sobre el fondo, al final de los principios periodísticos…
Háblennos de sus personajes.
Ángeles: No quiero desnudar la función… El espectador se verá reflejado en cada uno. Diferentes intereses, diferentes generaciones, diferente forma de transmitir el mismo mensaje, pero lo más interesante es la relación entre ellos y de cómo eso condiciona todo.
Antonio: John D’Agata tuvo una infancia difícil con un padre ausente. A pesar de esa situación, logró licenciarse en filosofía clásica y llegar a ser profesor de literatura creativa, además de convertirse en “uno de los escritores vivos más importantes de Estados Unidos”. Le apasiona su trabajo, aunque a veces se toma ciertas licencias para alcanzar la esencia de lo que narra. Y aquí es donde entra en escena el exasperante Jim Fingal.
Juan: Jim Fingal es un becario contratado para verificar una crónica. Lo que parece ser un simple protocolo, se encuentra con un minucioso y exigente becario, que no duda en verificar absolutamente todo dato que aparece en el escrito.
Al frente de la adaptación y la dirección, Bernabé Rico. ¿Cómo es trabajar con él?
Antonio: Es un hombre de teatro, lo lleva en las venas. Su entusiasmo y su implicación son contagiosos, lo que nos obliga a trabajar con rigor. Su amabilidad hace que el proceso sea muy agradable por el cariño y el respeto que siente hacia los actores.
Juan: Es un placer trabajar con él. Siento mucha libertad y escucha por su parte. Creo que tiene el rumbo muy claro y en eso estamos trabajando.
Ángeles: Sabe de lo que habla. Tiene a sus espaldas muchas producciones. En esta función, además de productor, firma la versión de la obra y la dirige. Hay que tener las cosas muy claras para poner tanta carne en el asador. Tiene mucha fe en este proyecto y creo que no se equivoca. Es un texto muy inteligente y con un reparto muy potente. Juan Grandinetti está siendo un gran descubrimiento para mí en los ensayos, está maravilloso… Antonio Dechent es noveno Dan en teatro, o más allá (risas). Es un pedazo de actor con esa transmisión que solo tienen muy pocos.
¿Qué es realmente cierto? ¿Puede la imprecisión narrativa de unos hechos viciar el trasfondo de una noticia? ¿A partir de cuántos errores se convierte en falsa? La obra plantea muchas preguntas. ¿Alguna respuesta?
Juan: La verdad es que no lo sé. Probablemente cada persona tenga una respuesta propia para esas disyuntivas.
Antonio: Defendiendo a mi personaje diré que uno se puede tomar todas las licencias poéticas que quiera para contar una historia, siempre que no se mienta descaradamente o que esas licencias afecten al honor o al dolor de las personas.
Ángeles: Creo que la mejor respuesta y lo único cierto para poder sobrevivir es quitar trascendencia a la realidad, es valorar lo pequeño, lo cercano. Esa es la única certeza que está a nuestro alcance. Pero la respuesta real la dará el espectador desde su punto de vista…
¿Qué les atrajo de este proyecto para decirle sí?
Antonio: En primer lugar, el director y los actores que me acompañan. La trayectoria de Bernabé y Ángeles es sobradamente conocida y creo que Juan va a ser una sorpresa, como lo ha sido para mí. Y, por supuesto, la obra, un texto arriesgado y novedoso que nos obliga a hacer un trabajo de precisión.
Ángeles: Sin duda el texto, su humanidad. Avalado por grandes profesionales que se lo toman muy en serio. Esta función es una apuesta muy fuerte. Estrenar en septiembre en Madrid es torear en Las Ventas en San Isidro…
Juan: Lo que me atrajo principalmente es el tema que aborda la obra. Creo que es algo muy actual, la frivolización de las noticias es un tema tan grave como presente.
¿Por qué no deberíamos perdernos esta obra por nada del mundo?
Antonio: Uno no puede salir del teatro como entró y creo que el espectador saldrá de esta función reflexionando sobre “Hechos y faltas”, pero con espíritu alegre y una sonrisa en los labios.
Juan: Los invito a ver la obra, ya que plantea una discusión muy actual e importante. De lo nocivos y/o instructivos que pueden ser los medios de comunicación.
Ángeles: Reír, compartir, pensar, disfrutar… Mejóramelo (risas).