¿Qué tenía este mundo, este oficio, para que Anna Tusell se enamorara de él?
La posibilidad de contar historias y transmitir ideas mediante la creación de universos imaginarios. El tener la oportunidad de rodearse de equipos muy heterogéneos que favorecen sinergias con las que llegas a destinos e ideas que serían inaccesibles trabajando en solitario. Lo estimulante que es abordar cada proyecto con todas sus singularidades, cada proceso de trabajo es diferente al anterior y eso hace que siempre se planteen nuevos retos.
¿Recuerda su primer trabajo y lo que sintió cuando se estrenó por fin?
Mis primeros trabajos fueron de ayudante de Carl Fillion, escenógrafo canadiense de compañías como Ex Machina o Cirque du soleil; en esa época diseñaba óperas y espectáculos de circo de gran envergadura. Los procesos de diseño y construcción eran muy largos (¡estuvimos cuatro años diseñando la escenografía de El anillo de los nibelungos!), así que en el momento en el que una de las óperas se estrenaba, era una sensación increíble, el ver que un proceso creativo y constructivo tan arduo, daba sus frutos y cobraba todo el sentido con la puesta en escena y con la unión del resto de departamentos, haciendo que todas las piezas encajaran.
¿Qué es lo más importante a la hora de hacer el diseño de escenografía, de vestuario para cualquier montaje?
El trabajo en equipo y el buen entendimiento con él. Cuando funciona es un enorme placer.
¿Cómo es ese proceso desde que le llega un proyecto hasta que, por fin, lo estrena? No sé si siempre tiene una forma similar de trabajar, unas etapas básicas… Cuéntenos un poquito…
Depende mucho del director o directora con quien trabajas y de sus dinámicas de creación. Hay etapas que compartes en todos los procesos (trabajo de texto, ideas, referencias, bocetos, figurines, planos, construcción, confección, búsqueda de mobiliario y atrezzo, ensayos…), pero varían mucho desde dónde partes y a dónde llegas, según el equipo con el que te rodeas.
Últimamente estoy intentando trabajar menos en mesa y más en la calle: que la idea venga más de un paseo, un tema musical, un cuadro y no tanto de una búsqueda más sedentaria en libros o internet.
Si no olvido nada, ahora mismo en cartel lleva su firma la escenografía de “¡Que salga Aritófanes!”, “El método Grönholm”, “La madre que me parió”, “Chefs” y “Burundanga” , el vestuario de “Pinocchio, una historia delirante”, la dirección de arte de “Viaje a alguna parte” y la escenografía y vestuario de “Casa”… ¿Qué hay que hacer para hacerse un hueco tan importante en esta profesión?
La constancia y pasión en el trabajo. Dedico mucho tiempo a cada proyecto que hago, como si fuera el primero.
¿Quiénes son sus maestros, sus referentes, ese espejo en el que se mira?
Como ya he comentado, comencé como ayudante de Carl Fillion, al cual admiro y agradezco por haber compartido tanto conmigo a lo largo de esos primeros años de mi carrera. Empezar al lado de alguien tan brillante, sin duda te influye en gran medida. Por otro lado Asier Sancho, compañero y amigo escenógrafo de mis años de estudio en la Resad, es otro de mis referentes o como tú dices, el espejo en el que me miro: trabajemos o no juntos, siempre comparto mis procesos creativos con él: verbalizar un mundo tan abstracto como es el de la ideas me ayuda y si es con él, además me inspira, me desbloquea y saca lo mejor de mí.
¿En este campo no faltan referentes femeninos o, como en otros, al final los hombres acapararon las cuotas?
Creo que en el campo de la escenografía y figurinismo en España, hay equidad, o así lo he sentido desde que trabajo en ello. Sin embargo es algo que no sucede en el terreno de la construcción y maquinaria teatral, que es un ámbito principalmente masculino y sin duda en mis comienzos, no fue sencillo siendo una mujer joven y sin apenas experiencia.
Dicen que una carrera también se construye a partir del ‘no’. ¿Qué tipo de proyectos ha dejado a un lado Anna Tusell o por qué diría ‘no’ a un proyecto?
Desde que soy madre, doy mucha importancia a mi tiempo y ahora sí me permito escoger. Suelo elegir proyectos en los que me siento más cómoda con el equipo, aunque valoro muy especialmente si me interesa la directora o director. También doy prioridad a proyectos que me planteen nuevos retos, o que me den pie a desarrollar un diseño más alejado a lo que estoy más habituada a realizar.
Por otro lado, -y más allá de consideraciones artísticas-, este es el oficio que amo, pero también el que me permite pagar el alquiler, así que inevitablemente hay también un componente económico.
Y cuando va al teatro como espectadora, ¿es de las que se evade completamente o no puede evitar que le salga el oficio y se ponga a pensar cómo lo habría hecho usted?
Si la obra me gusta, me evado completamente, ¡es la magia del teatro!
¿Cuál ha sido la última obra que ha visto y cuál está deseando ver?
Que salga Aristófanes de Els Joglars, que estrenamos hace 3 días.
Tengo muchas ganas de ver Lingua madre de Lola Arias, Opening Night de La Veronal y a Marlene Monteiro, de la que no he visto nada, pero de la que me han hablado maravillas.
CASA, BURUNDANGA, ¡QUE SALGA ARISTÓFANES!, EL MÉTODO GRÖNHOLM