Una escritora de relatos en los que se describen malos tratos hacia menores es arrestada porque sus historias se parecen a una serie de crímenes. Ella jura que es inocente, pero se entera de que su hermano es el autor…
Ricardo: “El hombre almohada” es una especie de thriller psicológico en el que Martin McDonagh reúne a cuatro psicópatas, en mayor o menor medida, con posiciones sociales muy distintas y los enfrenta. Se dibuja una dictadura soviética imaginaria y en este marco de límite de libertades, con todo muy restringido por la propia sociedad, la policía y el gobierno nos encontramos ante una oda al metalenguaje teatral y literario sobre el arte de contar historias.
Belén: Para mí es uno de los mejores textos que se han hecho últimamente. Es maravilloso. Es una obra durísima, pero muy bella, un cuento como oscuro, pero con este humor negro a ratos que hace que todo sea más llevadero en la vida.
¿Qué más se puede contar? ¿Qué hay detrás de esta historia?
Belén: La obra está situada en un estado totalitario, que no se cuenta muy bien dónde ni en una época concreta… Básicamente no se puede contar más porque sería desvelar mucho (risas), pero en sí es un interrogatorio y se da esa defensa de la libertad, de la inocencia, pero también de la libertad de expresión.
Ricardo: Pone de manifiesto la censura del régimen, los intentos de la policía por denostar a los escritores, a la cultura, y la brutalidad policial… Es un espejo de la vida actual, pero un espejo de esos que deforman porque la función nos invita a ver aquellas cosas que hoy en día desgraciadamente seguimos viviendo.
Belén Cuesta – “La llamada”, “Los universos paralelos”, “La casa de papel”…, Goya por “La trinchera infinita”– es Katurian.
Belén: Desde pequeña le han inculcado el arte. Tiene un hermano, son ellos dos solos. Trabaja en un matadero para sobrevivir, pero es escritora. Escribe unos cuentos oscuros, tétricos, pero hermosí-simos. En el momento de la obra ha habido unos crímenes de unos niños cometidos exactamente de la manera en que ella ha escrito los cuentos y no los ha leído mucha gente, así que están intentando que confiese que ha sido ella…
Ricardo Gómez –“Rojo”, “Mammón”, “1898. Los últimos de Filipinas”, “Cuéntame cómo pasó”…– es Michal…
Ricardo: Es una persona con dificultades de aprendizaje debido a la infancia que ha tenido. Nos encontramos con un niño que ha sufrido una violencia brutal, que ha desarrollado debido a esta vida que le ha tocado llevar una conducta prácticamente límite. Él no nació así, es el resultado de la obra de unos psicópatas y esto trae a un sociópata a la función.
Junto a ustedes en escena, Juan Codina y Manuela Paso.
Belén: No había trabajado con ellos y es muy fácil con gente tan buena (risas). Ellos hacen los policías que están investigando el caso y como muchos personajes de Martin McDonagh tienen un punto muy oscuro, pero también un punto de humor muy torpe, descerebrados incluso, pero al mismo tiempo terroríficos. Lo están haciendo tan bien…
Y capitaneando el barco, David Serrano…
Ricardo: Es el hombre de Vitruvio, alcanza a todo: dirige cine, produce teatro, dirige teatro, dirige musicales, es de una capacidad intelectual brutal. Es un amigo al que admiro mucho. En ningún momento se interpone entre el texto y el resultado, se echa a un lado. Es una de las personas más generosas con las que he trabajado.
Belén: Yo soy muy fan de David. Donde me diga David voy (risas).