¿En qué se basa “Mi mundo es otro”?
Belinda Washington: Yo creo que nos educan de una manera, con unos parámetros y esto, muchas veces, no se adapta a lo que realmente deseamos. Esta obra es comedia, drama, musical… como la vida. Y va dirigida a todos, porque todos tenemos conciencia.
Javier Muñoz: Trata de las decisiones que tenemos que tomar en la vida para que, finalmente, uno esté conforme con lo que hace y conseguir ser un poquito más feliz y llevar la vida de mejor manera. Quería analizar si las tomamos impulsados por la educación que te da el entorno –tanto la familia como la sociedad, la política o la televisión– y que cale en el público el ver que llega un momento en la vida en el que, si eres realmente valiente, tienes que tomar ciertas decisiones, aunque haya gente que te puede dar la espalda o no estar de acuerdo.
¿Cómo surgió esta singular idea?
Javier: Surgió hace cuatro años. Yo tengo pasión absoluta por William Shakespeare y, a través de una obra en la que estuve trabajando –“El mercader de Venecia”-, me empecé a obsesionar con el tema de la conciencia del ser humano. Me pareció un mundo muy interesante y me vino a la cabeza la idea de proponer una situación real de cuando te enfrentas a las decisiones que tienes que tomar a lo largo de tu vida, de las cuales dependen mucho tu futuro, con esa voz interior que te dice no lo hagas o hazlo.
¿Qué historia plantea la función?
Javier: Todo parte de Laura –Irene Rojo–. Tiene un conflicto porque llega de Madrid a su ciudad natal, Valladolid, donde le espera su madre Mercedes –Belinda Washington–. Allí se encuentra con su pasado, con todo lo tradicional que representa su familia y su ciudad en sí. Llega en el momento clímax de su vida, porque se va a casar y, de repente, empiezan a entrarle las dudas. Se le aparecen dos personajes, que son la buena y la mala conciencia –Veki Velilla y Nazaret Aracil–. La madre pretende que su hija viva una vida que es la que a ella le habría gustado haber vivido…
Belinda: ¡Yo creo que la gente va a pasar por un tobogán de muchísimas emociones y sensaciones!
¿Cómo son sus personajes?
Belinda: Mercedes sabe lo que hay que hacer en todo momento, es muy dada a la perfección en todo y, a veces, parece lo que realmente no es. ¡Debería aprender a respirar…!
Javier: Interpreto al Gurú de las conciencias, que es clave en la obra, porque es el que organiza a la mala y la buena conciencia diciendo qué es lo que se supone que deberían de hacer según lo que la sociedad ha marcado.
¿Qué habrían hecho diferente en sus vidas de no ser por la conciencia?
Belinda: Yo creo que la sociedad nos marca mucho lo que tenemos que ser, hacer y tener. Si volviera a nacer, sabiendo lo que sé con la edad que tengo, seguramente habría vivido de otra manera. Y creo que es una reflexión muy interesante para todos –más en estos tiempos de Covid, que nos hace replantearnos lo importante–. ¡Estamos vivos y hay que disfrutar de la vida cada segundo!
Javier: Ahora mismo, en la situación en la que estamos –llena de dramas–, necesitamos descansar la mente y hacer un paréntesis para disfrutar y reír, porque es lo que puede salvar el alma. ¡Hay que reír para salir del pozo! Es el momento idóneo para disfrutar de este estreno.