Entrevista a Carlota Gaviño y Javier Lara por Delicuescente Eva

 

Un bosque, un accidente, dos hermanos intoxicados por la violencia de su educación y Eva. Son los elementos que componen esta singular pieza, la misma que explora las eternas contradicciones que aparecen cuando se habla de educación o familia, la frágil y peligrosa dependencia entre miedo y amor o las complejas relaciones entre hombres y mujeres. Acompañado en escena por María Morales y Natalia Huarte, Javier Lara firma y protagoniza esta sugerente obra coronada por la dirección de Carlota Gaviño y Carlos Aladro. Por ANA VILLA

¿Qué es “Delicuescente Eva” y qué historia presenta?

CARLOTA GAVIÑO: Es el cierre de la tri-logía de “Lo Propio” de Javier Lara: un ejer-cicio de autoficción en el que un actor mira a su familia. Tres hermanos, tres obras. Un planteamiento sencillo para contar el mundo desde el yo. Después de hacer cuentas con su padre en “Mi pasado en B” (2013) y de pensar en la muerte junto a su hermano pequeño en “Scratch” (2016), en esta terce-ra parte aparece Eva, su hermana mayor.

JAVIER LARA: Es la historia de dos hermanos que se pierden en el bosque tras un onírico accidente. La historia de una educa-ción violenta, de confrontación, cuya disolución se hace necesaria para sobrevivir. Dos hermanos que liquidan su historia a través del teatro y la educación.


¿Qué temas, sentimientos y cuestiones se respiran en esta pieza?

JAVIER: La educación. La violencia. La inevitable e irresoluble soledad del hombre que mira al mundo como algo imposible sin vio-lencia. La irracional esperanza que se encuentra entre el miedo que ama y el amor que teme. Dos hermanos que se quieren, educados para temerse.


Javier, ¿quién y cómo es su personaje en la obra?

JAVIER: Mi personaje es Hermano y Padre, soy yo mismo en la profundidad de un bosque oscuro, en medio de un accidente, perdido, sin entender. Hermano intenta contar la historia de Hermana, y encuentra muchas soluciones, excepto la propia. La propia solo se podrá atisbar, si ocurre, al final de cada función.


¿Cómo son los otros dos personajes?

JAVIER: Hermana es María Morales, mi hermana, traída a este espacio para decir mucho, para confrontar, para que el discur-so de hermano sea por una vez real, propio. Eva es Natalia Huarte, un ser natural inexplicable, empático, puro, catalizador de toda violencia y entendimiento.


Uno de los grandes momentazos de la obra sucede cuando…

CARLOTA: Cada vez que María Morales y Javier Lara se miran a los ojos o cada vez que Natalia Huarte nos mira a nosotros… Pero quizá uno de los momentazos de la función sea el picnic en el bosque que queremos compartir con el público.

JAVIER: Cuando deja de ser función. Cuando no funciona. Cuando lo imposible del teatro permite abrir grietas a otra naturaleza, a otra realidad.


Carlota, ¿en qué aspectos ha basado su dirección?

CARLOTA: Los montajes de Grumelot son siempre partituras audiovisuales complejas. Disfrutamos de crear experiencias en las que lenguajes que funcionan de forma independiente se superponen.


¿Dónde ha querido poner la lupa?

CARLOTA: Hay algo muy crudo en esta pieza, muy descarnado, y el foco está puesto de forma radical en los tres maravillosos actores. De hecho, a medida que avanza, la obra se va desnudando y despojándose de artificio para que podamos prestar toda nuestra atención a las personas en escena.


¿Cómo es el universo escénico de “Delicuescente Eva”?

CARLOTA: Sus lógicas son las del sueño: las imágenes se suceden y transforman unas en otras sin solución de continuidad y vuelven una y otra vez en un espacio que es, en realidad, mental: un bosque oscuro en el que se esconde la casa de nuestra infancia y en el que todo aquello a lo que teníamos miedo de niños nos espera detrás de un árbol.


¿Algún ejemplo real?

CARLOTA: Una imagen que subyace a toda la obra es la del accidente. La colisión, el conflicto violento, la sacudida inevitable que hace que nos replanteemos las cosas en una milésima de segundo. La obra arranca con un hombre en llamas en mitad de la carretera delante del coche a toda velocidad que conduce su hermana.


¿Por qué motivos recomiendan acudir a este estreno en La Abadía?

JAVIER: No es una pieza amable, pero solo se puede contar una historia violenta con mucho amor. Nuestra intención es compartir algo único cada día. Quizás, para comprobarlo, se deba hasta repetir.

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