Ha dicho que esta obra es un regreso al hogar, a nivel personal y en la investigación y la temática. ¿Cómo lo ha vivido?
Fue muy fuerte e importante para mí volver a Brasil para realizar esta creación. Todas las relaciones fueron y son profundas y extensas en esta obra; la proximidad al libro “Torto arado” en el que se basa la obra, el tiempo de ensayo en Brasil, el tiempo de investigación y rodaje en Bahia – Chapada Diamantina, el encuentro y participación en la película de las personas de la comunidad local que inspiraron la creación del libro de Itamar Vieira Junior y la colaboración fundamental de las actrices para el desarrollo de la obra.
¿Cómo recuerda el Brasil de su infancia y cómo es el Brasil de este 2023?
Brasil sigue siendo complejo e increíble. En mi infancia era un país más cerrado en sí mismo, nací y crecí en el periodo de la dictadura militar. Fue un periodo muy duro… Hoy vivimos nuestras heridas con más claridad, no podemos ni queremos callar ante tanta injusticia social.
¿Qué ha supuesto para Brasil Bolsonaro y qué se espera de la vuelta de Lula?
El gobierno de Bolsonaro fue el horror. El gobierno de Lula es la esperanza que se concreta cada día más. Hablamos de esto porque Brasil es el eje de esta obra.
¿Qué es “Depois do silêncio (After the Silence)” y a qué nos enfrenta?
La obra forma parte de la trilogía del horror. Creé tres obras a partir del momento en que la extrema derecha llegó al poder en Brasil en 2018. El motivo de esta trilogía es intentar comprender los mecanismos estructurales que permitieron que esto sucediera. En “Después del silencio” investigamos el racismo estructural; Brasil es un país que se construyó sobre la terrible explotación de los africanos esclavizados. Esta situación ha cambiado de ‘forma’, pero no ha terminado, y esto se extiende a muchos aspectos, como la cuestión de la tierra, los sin tierra y la violencia en el campo y en la ciudad.
Es absolutamente sorprendente y vergonzoso que en pleno siglo XXI perdure un sistema colonial que masacra a personas negras e indígenas.
Esto se debe a que nunca ha habido una reparación histórica, ni por parte de los países colonizadores ni por parte de los países que fueron colonizados. Seguimos actuando de la misma manera explotadora y codiciosa.
Usted ha dado voz a esas personas.
Yo no les he dado voz, esa voz es suya. Compartí el espacio que yo, como mujer privilegiada, tengo para que podamos escuchar la narrativa de estas personas, que durante siglos han sido invisibilizadas.
¿Y qué podemos hacer nosotros, espectadores de este lado?
Escuchar y reflexionar. La responsabilidad del cambio recae en todos nosotros. Cuando estamos juntos en un teatro creando esta comunidad artística y política podemos obtener la fuerza y la motivación para transformar la realidad que ya no queremos. Puede que sea una utopía, pero necesitamos creer en las utopías para seguir.
¿Qué le aporta el cine a su teatro?
Las dos lenguas están profundamente entrelazadas en mi formación y en la artista que soy. El cine me ayuda a descubrir nuevas posibilidades dramatúrgicas para el teatro y el teatro –mi principal lugar de expresión– presenta el lenguaje cinematográfico y la investigación en mi creación.
Ha dicho que “la obra trata del horror, pero también de la capacidad de cambiar y de sobrevivir; de la fuerza, la bondad, el orgullo; de la música, la belleza, la danza, la familia y el amor”. ¿Es optimista?
Estos comentarios anteriores tratan de la cultura y la historia de Brasil, y de los pueblos afrobrasileños. No fue solo el dolor lo que constituyó y constituye esta historia, sino la continuidad, la supervivencia, la capacidad de adaptación, y sí, mucha música, belleza, familia y, sobre todo, amor. Es de todo esto de lo que intenta hablar esta creación.
¿En qué otros proyectos anda Christiane Jatahy que puedan contarse?
En septiembre, estreno en la Schauspielhaus Zúrich una obra de un autor español al que conozco desde hace muchos años y por el que siento una enorme admiración, Juan Mayorga. La obra es “El chico de la última fila”. Y a finales de año, estreno una nueva creación en el Odeón de París, una adaptación de “Hamlet”.