Entrevista a Coco Comin por Mujeres a escena

Dice Virginia Woolf en “Una habitación propia” que “hay que ser un hombre femenino o una mujer masculina. Tener una mente andrógina que transmita emociones sin impedimento. Creativa, incandescente, indivisa… como la de Shakespeare”. Como la de este puñado de mujeres valientes, trabajadoras, incansables, empoderadas, artesanas de un oficio que aman. Escritoras, directoras, actrices, productoras, escenógrafas, figurinistas… Con ellas hemos charlado de la profesión, de sus luces y sus sombras, de sus comienzos, de su presente, de todo aquello que las ha traído hasta aquí y del camino… Del que han recorrido y del que aún les (nos) queda por recorrer… Os dejamos una pincelada de todo lo que nos han contado. Podéis encontrar las entrevistas completas en nuestra web www.revistateatros.es. Por VANESSA RAMIRO
Coreógrafa, directora y profesora de danza y comedia musical, productora, ha pasado por el teatro, el cine, la TV y la publicidad y ha escrito, guionizado o adaptado grandes libretos… Debutó con 19 años en el Liceu y montó su propia escuela de danza. Atesora casi medio siglo de oficio en la que nos ha dejado títulos como “Chicago”, “Grease”, “Fama”…
¿Cómo fue el flechazo de Coco Comin con la danza?

El flechazo se produjo la primera vez que vi una clase de ballet a través de los cristales del gimnasio de mi colegio. Presentí que aquellos bellos movimientos que ejecutaban mis compañeras, se convertirían en mi pasión. Dejé el básquet y me cambié de actividad.


 

Si no me equivoco, debutó en el Liceu con 19 años. ¿Cómo lo recuerda?

Entonces no era costumbre hacer audiciones. Me cogieron directamente a través de mi maestro de danza  y entré en un mundo nuevo desconocido sin ninguna experiencia.  Óperas, cantantes, grandes ballets, enormes orquestas. Pero no era eso lo que buscaba. Allí entendí que mi vocación se dirigía hacia otro lado.


 

Tiene desde los 19 también su propia escuela de danza. ¿La vocación docente también es de siempre?

Uno nace maestro, con instinto pedagógico y con capacidad de liderazgo. Estas cualidades no se aprenden, se llevan dentro. Guiar a nuevas generaciones es altamente gratificante.


 

Y usted que está rodeada de jóvenes, ¿hay cantera? ¿Tenemos cantera en España?

Los jóvenes aspirantes españoles son únicos en el mundo. Unen la bravura de nuestra raza, a la pasión, a la alegría y a cuerpos y voces diseñadas para el espectáculo.

Actualmente tenemos una gran cantidad de jóvenes preparados y polivalentes.


Hablamos siempre de que al frente de, por ejemplo, instituciones públicas siempre son mayoría los hombres, hay, claro, mujeres dramaturgas, actrices, directoras, pero siempre en los equipos prima lo masculino y, sin embargo, en la danza parece todo lo contrario. ¿Eso se ha equiparado con los años o la proporción aún es desigual?

Estamos sometidos todavía a los condicionantes sociales, una barrera infranqueable. Los chicos empiezan a bailar cuando tienen la edad  para decidir por ellos mismos, con una opinión formada y dispuestos firmemente a encontrar su camino. Pero eso sólo lo consiguen los más fuertes.


Uno de los ‘tragos’ que los actores y actrices han de pasar son los castings. Ahora tenemos la oportunidad de verlo desde el otro ángulo. ¿Cómo vive Coco Comín los castings? No sé si hay algún consejo básico que pueda servir a futuros aspirantes..

Los castings siempre son una gran injusticia. Pocas plazas, mucho talento. Tristemente, hay que descartar, muchas veces sin una causa.  Mi consejo es que ningún aspirante se presente a una audición si no se ajusta a los perfiles requeridos en las bases. Presentarse solamente «para adquirir experiencia» puede exasperar al jurado. Y un «no», puede dar al traste con la vocación del aspirante para siempre.


¿Cómo se logra compatibilizar la faceta artística con la gestión empresarial? Porque parecen actividades antagónicas… ¿Se llevan bien la Coco artista y la Coco empresaria?

Disfruto con las dos facetas. Pero quizás la cualidad más importante para un directivo es saber rodearse de un equipo de profesionales (hombres y mujeres) cualificados tanto en la gestión económica como artística.


Tras triunfar en Barcelona, llega a Madrid “Fama, el musical”. Cuéntenos algo de este espectáculo…

Fama se representa continuadamente desde hace más de 40 años en algún país del mundo, exactamente como fue concebido por sus autores. Es una pieza de museo. El aparentemente sencillo guión esconde grandes reflexiones. Un musical coreográficamente muy enérgico y con bellas baladas escritas exclusivamente para el teatro. Su mayor encanto reside en el talento de los intérpretes. Fama, el Musical, sin tratarse de una réplica de la película, conserva todo el aroma y el estilo coreográfico de los años 80. Emociona y confiere una agradable sensación de bienestar al finalizar.


Lleva casi medio siglo en el oficio. ¿Alguna vez se ha arrepentido o el balance siempre es positivo?

Toda carrera está llena de luces y de sombras. Nadie posee el éxito al 100%. Hay que saber convertir los tropiezos en el mecanismo de empuje para seguir intentándolo. Estoy satisfecha con cada uno de mis trabajos, aunque el público, las críticas o la profesión digan lo contrario. Por tanto, he alcanzado mi propio éxito personal.


Cuando es espectadora, ¿también tira de musical y de danza o le gusta todo? Por ejemplo, lo último que ha visto ha sido…

Suelo ver los musicales de mis colegas. Lo último que he visto ha sido Billy Elliot repetidas veces. Pero disfruto  enormemente con el teatro de texto. En la danza, elijo cuidadosamente. No todo vale. Los ballet clásicos siempre son una buena apuesta.  Mi predilección es el flamenco, en mi opinión la especialidad más bella, virtuosa y culta de todo el planeta.

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