¿Qué es “Estrógenos” y con qué se va a encontrar el público?
¡Es una comedia actual y muy divertida! Habla de tres chicas que están en diferentes momentos vitales. A partir de que comienzan en una cafetería –pasando después por un bar y un karaoke–, empiezan a surgir pequeñas diferencias, conflictos y secretos que nunca se habían contado.
¿Se trata de una comedia sólo para chicas?
Las mujeres se sienten muy identificadas, pero nos sorprendió desde el estreno que ¡a veces les gusta más a los hombres! (risas). Nosotras enseñamos lo que ocurre en una parte de las reuniones de mujeres, eso que ellos no saben. Estamos acostumbrados a ver en TV hombres hablando en plan “¡oh! ¡tetas, culos!” y parece que nosotras somos correctas, ¡¡pero es mentira!! (risas). Somos igual que ellos: también hablamos de sexo, somos infieles, contamos burradas… no somos chicas finas 24 horas. Hemos querido mostrar esta realidad sin entrar en femi-nismo ni otras pretensiones, contando nuestro día a día.
¿Cómo surgió este proyecto y cuál ha sido su recorrido?
Mi compañera Sonia Reig y yo queríamos hacer una comedia de chicas, así que empezamos a aportar ideas y un montón de historias personales –¡el 80% de las cosas que contamos son experiencias reales!–. El guionista David Areces lo pasó al papel e hizo toda la estructura.
¿Cómo son los personajes?
Vicky y Diana son dos amigas de toda la vida. Ambas tienen unos 38 años, lo que pasa es que ahora Diana es la típica con vida perfecta y exitosa: casada, embarazada, con trabajo estable, influencer en muchas redes sociales… Mientras, Vicky, está en un momento vital opuesto: le acaba de dejar el novio de muchísimos años, quiere ser madre a toda costa, ve que ‘se le pasa el arroz’, no sabe si inseminarse… está en un conflicto interno importante. Encima, ella es la típica actriz que, ya a su edad, le llaman mucho menos. Está en un momento bajo.
Momento en el que entra en juego Sara, su personaje…
Así es. Justo cuando Diana queda con Vicky en una cafetería para animarla, se le ocurre traer a otra amiga: Sara. Este personaje que interpreto es una chica joven de unos 25 años. Está empezando a vivir y tiene una energía muy limpia, es muy divertida. Diana la lleva con toda la buena intención del mundo, para animar a Vicky y sacarla de fiesta, pero la mala suerte es que su presencia logra todo el efecto contrario (risas). Sara es muy inocente y espontánea, así que no para de sacar temas sensibles…
¿Como por ejemplo…?
La edad. Sara no deja de decir que es joven y, claro, a la otra ‘se la llevan los demonios’ (risas). Para colmo, Sara está estudiando interpretación, es decir, que está viviendo todo eso que Vicky ya vivió y que, ahora, ya no es igual. Le crea esa nostalgia que produce rabia y envidia pero, al final, acaba viendo que ni lo bueno es tan bueno ni lo malo es tan malo. Todo esto acompañado de estrógenos y una noche de alcohol llevada a la máxima locura…
Uno de los momentos más hilarantes de la pieza se produce cuando… ¡El karaoke! Es el momentazo que todo el mundo comenta cuando sale de la obra, el más sorprendente. Ahí empiezas a ver a tres mujeres fuera de sí (risas). ¡La gente se muere de la risa!
“Estrógenos” aparte, usted ha trabajado en música, TV… ¿qué rumbo profesional se plantea ahora mismo?
Seguir creando y produciendo, ¡eso seguro! Yo tengo 28 años, pero empecé hace 12, cuando entré en “Operación Triunfo” con sólo 16. Cuando salí de allí hice musicales y hasta trabajé como presentadora de TV. Reconozco que he tenido mucha suerte, pero siempre he trabajado para otras personas. Llegar ahora y ver cómo es posible empezar un proyecto de cero, con tan sólo una mesa y dos sillas, y vivir cómo eso funciona, es un subidón, ¡todo cobra sentido! Pensaba que sólo los que tienen dinero o algún enchufe podían hacer algo así, pero me estoy demostrando a mí misma que no. Y eso es muy guay. Los espectadores notan toda esta energía e ilusión en el escenario.