Son los encargados de levantar el telón de esta nueva andadura del Teatro Pavón. ¿Hay más ilusión, responsabilidad, ganas, nervios?
SANTIAGO: Una mezcla de todas esas cosas y sobre todo el deseo de que “¡Ay Carmela!”, una obra que transcurre en un teatro vacío, sirva para enamorar de nuevo a un público que haga que ese espacio vuelva a ser un canto a la vida. Mi más sincera admiración por las personas valientes que lo han conseguido.
CRISTINA: En mi caso muchísima ilusión de volver a levantar el telón con este textazo y esta propuesta…. Un privilegio!
Sobre el escenario, la inolvidable “¡Ay, Carmela!” de Sanchis Sinisterra. ¿Cómo definirían esta obra y a qué nos enfrenta, qué le contarían de ella a alguien que no la conozca?
CRISTINA: Para mí esta obra es una maravilla… Dramatúrgicamente hablando no tiene margen de error. A la gente que no conoce este texto les diría que vengan al teatro con ganas de sentarse a disfrutar de las emociones por las que esta obra te hace transitar… ¡Sentir, vivir!
SANTIAGO:Teatro, amor, vida y dignidad se enfrentan a la muerte, la guerra y el olvido. Esta obra es el clásico español contemporáneo por excelencia, nuestra obra más representada dentro y fuera de nuestro país. Y lo es porque desgraciadamente la guerra y sus consecuencias forman parte de nuestra historia pasada y presente. «¡Ay Carmela!» es la tragedia de dos cómicos contada desde el doloroso recuerdo de una pérdida y el deseo de que el olvido no se lo lleve todo.
Dice Fernando Soto que “¡Ay, Carmela!” es mucho más que una obra política o sobre la guerra civil. ¿Cómo es esta versión que ustedes protagonizan, dónde se pone el acento?
SANTIAGO: Nuestra versión incide principalmente en la relación entre Paulino y Carmela, una relación sentimental y artística truncada por la muerte y en cómo debemos luchar contra el olvido para intentar que aquellos que nos fueron arrebatados, sigan presentes más allá del dolor de la pérdida.
CRISTINA: Para nosotros es la relación entre Carmela y Paulino “variedades a lo fino” en una situación muy complicada… Donde cada uno –aunque están de acuerdo en afrontarla juntos- tienen sus diferencias y diferentes formas de ver la realidad y ahí es donde está el conflicto entre ellos.
Háblennos cada uno de su personaje, quiénes y cómo son Paulino y Carmela.
SANTIAGO: Paulino es, de alguna forma, el Sancho Panza de esta historia. La cabeza que se complementa con ese enorme corazón que es Carmela. Aspirante a tenor, eterno fracasado que lucha contra la indignidad porque él mismo se sabe indigno. Superviviente y trabajador de las tablas que admira y ama a Carmela como persona y artista, y que lucha contra la culpabilidad que siente por la muerte de su compañera de vida. Un personaje complejo, capaz de lo mejor y de lo peor y que despierta emociones encontradas.
CRISTINA: Carmela es una mujer temperamental y “sentidora”, como dice en texto… Es una mujer pasional que ama a Paulino y a su trabajo, pero que no se confirma con todo y es rebelde ante la injusticia.
¿Qué tenía en origen este proyecto para enamorarlos?
SANTIAGO: El texto de Sanchis Sinisterra es un regalo para cualquier intérprete y siempre quise interpretar a Paulino, un personaje con el que me identifico, a veces más de lo que me gustaría reconocer. Además, significaba compartir escenario con Cristina Medina, a quien conocía desde hacía más de veinte años, pero que aún no habíamos podido trabajar juntos.
CRISTINA: El texto fundamentalmente… El referente a no olvidar a nuestros muertos y a abrir la puerta a la reflexión del ser como verdaderamente se siente uno ¡y no que no todo vale!
Se ponen a las órdenes de Fernando Soto. ¿Cómo es como director?
SANTIAGO:Una de las cosas que más importantes para que este proyecto fue la comunión que se produjo entre Fernando, Cristina y yo a la hora de enfocar nuestra “Carmela”. Fernando supo interpretar los momentos por los que pasaban estos dos cómicos y fue limando los ensayos hasta conseguir que Cristina y yo nos encontráramos en el escenario y el la función. Fernando es sensible y honesto y muy directo.
CRISTINA: Tengo muy buen recuerdo del proceso de trabajo con Fernando… Es una persona sensible que muestra su parecer con mucho respeto y buen humor… así como buen compañero… Fue un placer, verdaderamente, trabajar “bajo sus órdenes”.
¿Cómo reacciona el público que va a ver este espectáculo?
SANTIAGO: Lo cierto es que el público que asiste a Esta función es un personaje más dentro de la misma y eso facilita la inmersión en la historia. No te deja impasible, no puedes permanecer insensible al despliegue de emociones que supone esta obra y es así cómo lo hemos percibido durante los más de cinco años que llevamos representándola por toda España. Como ejemplo me quedo con el llanto agradecido de algunos que vieron su dolor relejado y la sincera preocupación de un anciano que me preguntó al pasar junto a él en el patio de butacas como Paulino: “¿Estás más tranquilo?”.
CRISTINA: El público suele emocionarse bastante… Se siente en el escenario los silencios y las risas y la tensión. ¡Es brutal!