¿Cómo presenta “Algunos días”?
Es una historia acerca de los días que marcan la vida para siempre. Días que hacen que una sea como es, días que no son de relleno, días que son un antes y un después.
¿Qué temas y sentimientos surgen en esta obra y de qué manera se exponen?
Creo que hablo del miedo, de los sueños por cumplir, de sentirse minúscula o de sentirse capaz, del honor y de tener palabra o de no tenerla, del primer beso de amor verdadero, de los hijos y del hecho de tener hijos, de hacerse mayor, de lo patético y de la risa, de las personas muertas queridas de cada una, de la alegría, del fracaso…
Además de firmar el texto y dirigirlo, usted es una de las protagonistas de esta función: ¿quién y cómo es su personaje, qué le caracteriza?
Ella es una actriz que, aunque lleva más de veinte años actuando, tiene la gran oportunidad de su vida en el Centro Dramático Nacional, que la llama para producirle una obra en la que va a actuar, que tiene que escribir y que también va a dirigir. Y aunque sus ganas son infinitas, inmensas e inconmensurables… tiene muchísimo miedo.
Esa frase del texto que no tiene desperdicio:
“Me sé el rollo autoficción costumbrista que te traes, pero intentando ser moderna y que quieres ser feminista izquierdosa pero eres una pija burguesa, con un punto de melodramática”. Se la dicen a Ella –y Ella después asiente–.
¿Dónde ha querido poner el foco desde su dirección?
Siempre en los actores. Mis textos son el paso intermedio a algo que no está acabado hasta que los actores no empiezan a interpretrarlos. Y es ahí donde veo si me lo creo todo o si hay algo que no funciona bien o algo que sobra o falta. Como soy actriz y confío muchísimo en el profundo trabajo de cada intérprete, estoy muy atenta a lo que hacen, a cómo se mueven, a lo que les emociona y en lo que se sienten cómodos y todo lo contrario para así modificar o profundizar en lo que crea más necesario y seguir hasta intentar conseguir una historia de verdad.
En definitiva, ¿por qué recomienda este estreno a los amantes del buen teatro?
Recomendar una obra en la que autoría y dirección es mía, me resulta imposible… Voy a decir cosas de las que sí tengo certezas: los actores están maravillosos, la música es genial, la escenografía, el vestuario, la iluminación, el vídeo y el espacio sonoro da gusto verlos.
Para usted, en su vida personal, alejada de los focos, ¿cómo podría ser alguno de esos días por los que vale la pena vivir?
Yo soy una optimista infantil y radical que me voy dando golpetazos con la realidad de la existencia a cada momento, así que, dada mi condición, creo que vale la pena vivir todos los días sean como sean. Lo único que sólo –sólo algunos– son tan especiales que marcan la vida para siempre. Y esos días a veces los esperas, a veces no, a veces puedes ser tú misma la que haga que sucedan y, a veces, no llegan ni a tiros. Pero también sé que la mayoría de esos días son felices. O eso quiero pensar…