Entrevista a Entrevista a Rubén Szuchmacher por Directores a escena

Dos años de miedo, conmoción, preguntas, incertidumbre, ganas, ilusión y vuelta a empezar… Y cuando parece que esta pandemia no termina nunca, ahí está el teatro, “siempre un refugio y un espacio de combate”, que nos dijo el maestro Mayorga, para reconfortarnos, conmovernos y removernos, para hacernos reflexionar, para hacernos reír y llorar, para volver a unirnos, para volver a reunirnos. Hemos charlado con aquellos que lo leen, lo sueñan y lo ponen en escena, un puñado de directores y directoras, unos maestros ya, otros veteranos, otros más jóvenes, y les hemos preguntado cómo respira nuestro teatro, cómo sienten su pulso, en qué están inmersos y qué están deseando ver. Os dejamos una pincelada de todo lo que nos han contado. Podéis encontrar las entrevistas completas en nuestra web www.revistateatros.es. Por VANESSA RAMIRO
Con más de 50 años de oficio, es uno de los grandes maestros de la escena iberoamericana. Entre sus montajes, “Hamlet”, “Enrique IV”… o sus versiones de Chéjov, Brecht, Pinter, Lorca o Miller. Tiene también una larga carrera como actor, coreógrafo y docente. 
El teatro debería servir para… ¿Cuál es su poder?

El teatro es un arte, no un servicio. Y como arte es una manifestación de las ganas que tienen las personas de encontrarse en un mismo espacio: unos en la escena, otros en donde se especta. Y el fin último es que haya un suceso inolvidable, aunque no siempre se logre.


Desde su mirada internacional, ¿cómo ve el teatro que se hace en España?

No me gusta hablar de algo que no conozco sino de manera superficial. Pasemos a la siguiente pregunta.


¿Cuáles son los retos inmediatos que tiene el teatro hoy?

Tratar de que la gente vaya, pues las personas que conforma ese colectivo anónimo llamado público tiene muchas posibilidades de entretenimiento sin salir de su casa. El teatro debe estar siempre activando su capacidad de atracción para justificar su existencia. Pero eso viene sucediendo desde hace más de 2500 años.


¿Cuáles son las claves del teatro que le gusta dirigir a Rubén Szuchmacher?

Algunas cuestiones que me parecen importantes en el teatro que me gusta dirigir es que haya un poderoso interrogante que yo pueda desvelar en el transcurso de los ensayos. Sin incógnitas no me interesa nada.


Firma la dirección de una joya: “Muerte de un viajante”. Háblenos un poquito de esta obra y de su puesta en escena.

“Muerte de un viajante” es una de esas obras que extrañamente casi todo el mundo conoce, aunque no la hayan visto jamás. Tiene un antihéroe como protagonista y eso la vuelve mucho más atractiva. Mi puesta no cae en la tentación de hacer de ella un monumento del “realismo” sino que reconoce que el espectador contemporáneo ya no necesita de ese realismo para entender las situaciones. Así, como pequeño ejemplo, un bar con todo su movimiento se puede contar con una música de jazz vibrante y tres sillas sobre una alfombra de pasto artificial.


¿De dónde nace su pasión por el teatro y la dirección?

Supongo que esa pasión surge del placer que me daba ir al teatro cuando era muy pequeñito. El primer recuerdo de mi vida es en un teatro, en un palco del Teatro Colón de Buenos Aires. Mis padres, que eran trabajadores, me habían llevado a ver una función de Giselle con Alicia Alonso, que se presentaba a precios muy populares, y es increíble que al día de hoy aún tenga recuerdos de esa noche. Allí comenzó todo y todavía sigue teniendo la misma intensidad.


¿Quiénes son los referentes profesionales de Rubén Szuchmacher y a qué director/a joven admira profundamente?

Mis referentes artísticos son personas que en algún caso fueron mis maestros, como Ana Itelman, una coreógrafa o Saulo Benavente, un escenógrafo. Algunos de los directores que me dirigiendo siendo yo actor, como Jaime Kogan o Laura Yusem. Y de manera indirecta a los directores de la generación que me antecede: Peter Brook, Peter Stein, Ariene Mnouchkine, etc.


¿Ha cambiado el oficio de director en los últimos tiempos?

Sí y no. Depende del sistema de producción que esa persona llamada director o directora pueda hacer determinadas cosas o no.


Para hacerse un hueco en esta profesión es necesario… Y para mantenerse con el paso de los años al pie del cañón es necesario…

Si para hacerse un hueco en esta producción significa hacerse un lugar diría que es necesario estudiar mucho, no necesariamente en los ámbitos educativos en donde existe la carrera de dirección, sino en los propios ámbitos donde se produce teatro. Ser parte de esa experiencia enorme que es cualquier montaje.

Y para mantenerse con el paso de los años al pie del cañón es algo que al día de hoy no lo sé. Quizás también sea estudiar mucho, sobre muchas cosas diversas, no necesariamente teatrales. Aunque las variables de la actividad son tantas que me resulta difícil pensar por qué sigo trabajando. Por cómo vienen mis planes, lo seguiré haciendo por algún tiempo más. Pero ¿quién puede hablar con certezas en estos tiempos (y en todos)?


La última obra que ha visto y cuál está deseando ver…

“Imprenteros”, de Lorena Vega, una hermosa obra sobre la empresa familiar del padre de la autora y directora (ese espectáculo estuvo hace poco en Madrid).

Deseo ver espectáculos que me sorprendan y que me hagan olvidar que estoy en el teatro. 

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