¿Recuerdan la primera vez que leyeron “La ternura”? ¿Qué pensaron, qué les provocó?
Admiración, emoción y mucha ternura.
Después de dos temporadas en La Abadía y media España, después de premios y parabienes de crítica y público, igual sus actores conocen el secreto del éxito. ¿Lo comparten con nosotros?
No lo se… Nosotros trabajamos con mucha confianza porque nos queremos mucho, y tenemos mucho respeto por el trabajo del otro, eso junto con el sentido lúdico, de juego, creo que hace que el resultado sea bueno.
Para aquellos pocos que aún no la han visto, ¿cómo definirían “La ternura”, qué es?
Una «road movie» de seis almas…
¿De qué habla “La ternura”, qué temas trata, a qué nos enfrenta?
Nos enfrenta al miedo al otro, al miedo al amor al miedo de los padres por sus hijos, a la inutilidad de estos miedos… En fin, trata del amor y la ternura.
¿Dónde encontramos a Shakespeare en “La ternura” y de qué obras encontraremos su eco?
Está en toda la función es como la sal en un buen guiso.
Todos conocen muy bien a Alfredo Sanzol, forman parte de su gente de confianza. ¿Dónde está Sanzol en esta obra y cuál es su gran acierto?
En toda la obra, él es «las lentejas» (risas).
Sanzol firma, pero también dirige. ¿Cómo es un ensayo con él, qué le define como director?
El respeto, la alegría el cariño y el juego.
Háblennos cada uno de su personaje: quién es y cómo es, qué le mueve…
A Rubí Le mueve la inercia y le conmueve el amor…
Si tuviera que rescatar una frase que diga su personaje en la función (la que sea, la que más le guste, la que más le conmueva…), ¿cuál sería?
“Alguna vez he creído tener el horizonte muy cerca pero una fuerza desconocida me ha alejado de él…».
La última, la de siempre, ¿por qué no debemos perdernos “La ternura”, por qué es un planazo para septiembre?
Porque es un viaje!! Es una aventura emocionante y muy divertida!!
