Entrevista a Félix Estaire en el especial Dramaturgos a escena

 Actor, director, dramaturgo y profesor, tiene en cartel, “Atentado” en el Español y “El tiempo todo locura” en el Galileo, pero en su curriculum hay más de una veintena de títulos estrenados. Entre ellos, “Rapsodia para un hombre alto” o “Danzad Malditos” –Max 2016 a espectáculo revelación–…
 
¿Recuerda la primera vez que vio por fin representada y estrenada una obra suya?

Sí, realmente en la primera trabajaba también como director, así que voy a decir la primera vez que vi una obra mía no dirigida por mí.


¿Cuál fue y qué sintió, cómo lo vivió?

 Fue FARO, UNA LUZ GIRA Y UN CUELLO SE PARTE y lo viví como una revelación, como ver encarnados (de hacerse carne, de moverse, de haber sido dotadas de un cuerpo y una apariencia) a las personas que tan solo habían sido imaginadas y dotadas de palabras…


¿De dónde nace su pasión por el teatro y por escribir?

De un recóndito centro cultural de Móstoles… de hecho, siempre he pensado que el teatro me salvó la vida, es decir que encontré algo que me motivaba y me hacía descubrir personas y cosas nuevas. Si no hubiera existido ese centro cultural, probablemente hubiera gastado mi tiempo entre bancos de parques y faltas de asistencia a clase.

¿Qué fue antes? Lo primero fue la interpretación, he sido actor (quizá aún lo soy aunque llevo tiempo sin actuar), pero llegué a la escritura porque siempre empezaba obras de teatro que nunca conseguía terminar. Para ello, fue crucial en mi vida estudiar dramaturgia en la RESAD. Creo que le debo mucho a aquellos años.


¿Quiénes son los referentes y cuáles son las claves del teatro de Félix Estaire?

Mis referentes creo que son amplios porque me gusta moverme en distintos géneros… Diría que me encantan Peter Handke, Max Frisch, Durrenmatt… y como me está quedando muy centroeuropeo… me interesan muchísimo los clásicos, pero sobre todo, me interesan mis contemporáneos y contemporáneas. En cuanto a las claves de mi teatro… ¡qué difícil! A veces, enfurecido, otras un poco más tierno…


El lector no suele decantarse por textos teatrales entre sus lecturas. ¿Por qué no leemos más teatro?

Creo que actualmente vivimos en una sociedad que no lee con regularidad… si a eso sumamos que la literatura dramática entraña una mayor dificultad de lectura… quizá necesitamos incluir el teatro, su práctica y su escritura en los diferentes niveles del sistema educativo… a muchos les sorprendería la cantidad de herramientas para la vida que atesora una clase práctica de teatro. ¿Qué está leyendo usted? Sí y no de Ronald Schimmelpfenning y Theroomtobe de Aranza Coello


Cuando somos pequeños aprendemos a leer y escribir, o juntar letras, pero ¿se puede enseñar a escribir con mayúscula?

Sí, por supuesto… a través de la lectura, de las clases (la titulación de Dramaturgia de la RESAD ha dado un número importante de dramaturgas y dramaturgos contemporáneos) y también a través de la práctica continuada y regular de la escritura.


¿Cuáles podrían ser las características del buen dramaturgo?

La paciencia, la escucha activa de la vida y un elevado número de horas dedicadas a la elucubración, la investigación y la escritura.


¿Qué obra de teatro de todos los tiempos le hubiera gustado escribir y por qué?

Kaspar de Peter Handke. Quizá porque partiendo de un hecho real consigue articular una ficción y una composición dramatúrgica muy compleja y a la vez, muy interesante.


¿Se puede vivir del teatro en España?

Sí, es muy difícil, pero sí.


¿Se puede vivir de escribir teatro?

Si es difícil vivir del teatro, vivir de la escritura teatral lo es más aun, pero también se puede…

 

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