¿Qué propone “Moder-no”, cómo presenta este show y por qué cree que está funcionando tan bien?
“Moder-no” refleja el punto de vista personal del cambio de vida entre un pueblo y una gran ciudad. En este caso, el origen es un pueblo manchego y el fin Madrid, la capital de España. El éxito de este show digamos que se basa en las comparaciones, la ironía y la exageración que desatan la risa en varias situaciones en las que el público se siente totalmente reflejado, todo desde un punto actualizado y bastante gamberro.
Uno de los momentazos más característicos de este espectáculo:
Los momentos más destacados durante el show son las partes improvisadas con el público, partes que se están publicando en varias redes sociales con buena acogida. Estas hacen que el público conozca el show y quiera ir a verlo en directo.
Además de gira nacional, “Moder-no” ya dejó momentos de gloria en la Sala de Humor Fuencarral. ¿Alguna anécdota divertida vivida en pleno directo con el público, dentro o fuera de Madrid?
Como he dicho anteriormente, todas las partes improvisadas dejan bastante marca en el show y siempre el testimonio del público suele ser una gran anécdota a recordar. Pero en particular la parte en la que pregunto si alguna pareja ha hecho el amor delante de su mascota, ya sea perro, gato u otro animal, no tiene desperdicio lo que la gente te puede llegar a contar, ¡imaginaros vosotros las respuestas que queráis! (risas).
¿Cómo define un chico de pueblo manchego como usted a los modernos que viven en Chueca o Malasaña, qué rasgos les retratan sin lugar a dudas?
Simplemente no hay una definición concreta, ya que en estos barrios, por ejemplo Malasaña en el que vivo desde hace 8 años, la forma de vida, los ritmos, los trabajos ya son bastantes distintos a la gran mayoría en la vida rural, las personas son más variopintas y solo esa compara-tiva ya choca con el costumbrismo que vive la mayor parte en un pueblo. Y cuando echas cuentas provoca risa en esas observaciones
Aparte de “Moder-no”, usted está girando con otros cómicos al frente del show “La España vaciada”. ¿Qué plantea este otro espectáculo?
Es un show de cuatro cómicos que se ha inflado a hacer bolos por muchos pueblos. Cuando íbamos a pueblos a actuar y veíamos auditorios, casas de cultura, plazas de pueblos, etc, llenas de público, pensamos que igual no estaban tan vacíos como parece. Y más o menos defendemos eso, la vida rural. Con historias diferentes, bailes y música hacemos saber al público que la vida en los pueblos aún existe y estamos orgullosos de venir de ahí.
Además, podemos encontrarle en TV, junto a Eva Soriano en “Showriano”. ¿Cuál es su papel aquí?
¡Mi papel ahí no lo sé ni yo! (risas). Soy uno de los tres colaboradores del programa con una sección en la que, no sé cómo, pero todo acaba convirtiéndose en una locura maravillosa. Y aparte de la visibilidad, me aporta poder trabajar junto a Eva Soriano, que es mi mejor amiga desde que empezamos juntos haciendo monólogos. Ya nos consideramos como hermanos.
¿A qué se dedicaba Fran Pati antes de convertirse en cómico profesional y qué le empujó a dar el gran salto?
Estudié diseño gráfico. Me dedicaba a la publicidad y la rotulación llegando a crear mi propia empresa. Lo primero que intenté fue la comedia sin éxito alguno, pero tenia esa espina clavada y, con el paso de los años, volví a intentarlo, esta vez con las cosas más claras. A día de hoy es mi único trabajo. Un día me di cuenta de que hacer reír me hacía feliz, algo que, sin yo saberlo, había estado haciendo desde el cole, con mi familia y con mis amigos en el pueblo. Cuando fui consciente de que existe la posibilidad de poder vivir haciendo reír a la gente y ayudarles a olvidar sus ‘mierdas’ por un ratito, lo tuve bastante claro.
Su mayor fantasía profesional, por loca que resulte:
Muchas veces soñé con tener mi cara en alguna de las pantallas de Gran Vía en Madrid con mi propio show o trabajar en TV, cosas que recientemente se están cumpliendo, así que mi fantasía profesional ahora mismo es seguir teniendo la oportunidad de crecer y demostrar mi valía en la comedia. Quién sabe si algún día incluso podré llevar la risa a otros países, de habla hispana claro, que no sé decir Miguelitos de La Roda en inglés.
Una personal:
Tener una pequeña viña para producir junto a mi padre nuestro propio vino, así podría tener mi propio tractor para ir a comprar al Mercadona o hacer ‘parkineo’ con los colegas.