Entrevista a Guillermo Fernández de Tejada por Malinche, el musical

 Si bien nos ha confesado que los tacos y las quesadillas que sirven en El Templo Canalla son un vicio irresistible para él, la verdadera debilidad del jefe de regiduría de “Malinche, el musical” es trabajar, mano a mano, con los más de 100 profesionales que forman esta gran familia, los verdaderos responsables de este bombón escénico musical que aún podemos disfrutar en Madrid. Es un placer charlar con Guillermo Fernández de Tejada para descubrir todos los entresijos técnicos del último gran exitazo de Nacho Cano. Por ANA VILLA
¿Cómo le llegó la propuesta de Nacho Cano para trabajar en este proyecto?

Conocía a Susana Menchaca –directora vocal– de trabajar con ella en otros proyectos y siempre creyó que por mi perfil y mi trayectoria profesional encajaría en el puesto. A su vez, por otros lados, les estaban llegando referencias mías así que, cuando surgió la oportunidad, recibí la llamada por parte de dirección y producción para incorporarme al equipo.


¿Que está suponiendo para usted esta participación, tanto en lo profesional como en lo personal?

En lo profesional, está suponiendo un reto por los volúmenes que se trabajan en esta compañía, ¡todo es a lo grande! Y a nivel personal, está siendo un auténtico placer gracias al equipo con el que trabajo a diario. Mi equipo de regiduría, formado por Belén, Jaime y Herminia, es todo un lujo. Ellos hacen que todo sea más divertido y fácil. Además de haberme encontrado una vez más con mi amiga y compañera May –directora de producción–, que siempre hace que todo sea mejor.


¿Cuáles son las labores que lleva a cabo en esta producción?

En esta producción ocupo el puesto de jefe de regiduría, por lo tanto, mis funciones van desde la organización de calendarios, horarios, citaciones y coordinación con los responsables de los diferentes departamentos técnicos hasta servir función desde el call in haciendo las llamadas para dirigir todos los movimientos que suceden en escena. Digamos que la regiduría es el punto de unión entre lo artístico y la técnica y tenemos que hacer que todo vaya en armonía.


¿Cuáles son las dificultades que surgen en el día a día?

No hay un día igual a otro en el mundo del teatro y siempre surgen situaciones durante la función que hacen que el regidor tenga que adaptar órdenes o movimientos para solventarlas y, de esta manera, hacer que el show siempre siga adelante.


¿Qué aspectos, dentro de sus funciones, han supuesto un desafío para usted?

Como desafío, debo insistir con que el volumen de este espectáculo es el verdadero reto. Hablamos de una compañía de unas 70 personas y un equipo técnico de 50, ¡por no decir que tenemos el escenario más grande de Europa! Solo con ese detalle ya podéis imaginaros que, aquí, todo es a lo grande.


Aspectos técnicos de esta super-producción que son muy valorables, difíciles de encontrar en otras:

Para empezar, el tamaño del escenario de 29 metros de boca alberga una escenografía de unas dimensiones colosales, además de kilómetros de tela usados para confeccionar el vestuario, kilos de maquillaje para que no le falte un solo detalle a cada artista que sube al escenario, pantallas led, 5 proyectores, iluminación en cada rincón del escenario para que todo adquiera el protagonismo que merece, utilería de todos los tamaños, formas y colores para que cada personaje tenga todos los elementos para poder sumar a su trabajo de interpretación… y todo esto sin hablar del sonido, la cantidad de microfonía necesaria para que no se pierda un solo suspiro ni un solo acorde de cualquiera de nuestros músicos. ¡¡Lo que se ve aquí no se ve en ningún otro musical de España!!


Una anécdota divertida vivida en plena puesta en escena del musical:

Hay una que nos hizo especial gracia: un día, una de las actrices se montó en una barca en el lago que tenemos y se quedó atrapada en medio del mismo dando vueltas la barca sobre sí misma… (risas) ¡No conseguíamos que saliera ni sacarla! Se nos quedo ahí dando vueltas a cámara lenta un par de escenas (risas).


En suma de todo, ¿por qué motivos considera “Malinche, el musical” una obra imperdible para el público?

Por todo. Es un espectáculo supercompleto, visualmente es una delicia con las coreografías que mezclan lo urbano con el flamenco, toda la técnica que acompaña es brutal. Creo que la palabra que define este espectáculo es espectacular. No te dejará indiferente. ¡Ronda de preguntas rápidas!


Su escena favorita de la función:

“La noche triste”, sin duda. No os puedo contar nada sobre esta escena sin estropearos algo pero, claramente, esa es mi favorita. ¡Tendréis que venir para verla!


El número musical que más le impacta:

Aquí me debato entre “Batalla” y “Consejo”. Ambos son espectaculares por la música, la coreografía, la iluminación…


Un secretillo confesable que se haya producido en algún momento estos años dentro de “Malinche, el musical”:

¡Si os cuento alguno os debería llevar para que el emperador Moctezuma os sacrifique! (risas).

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