Entrevista a Íñigo Rodríguez-Claro, Carlota Gaviño y Pilar G. Almansa Especial formación 22

Íñigo Rodríguez-Claro y Carlota Gaviño de Grumelot, compañía dedicada a la producción, investigación y formación, dirigen el programa formativo bianual para jóvenes actores. Y la directora de teatro, productora, dramaturga y docente Pilar G. Almansa coordina el Máster en Dirección escénica.
Formación completa en 2 años: Mediante el Proyecto Formativo bianual Nave 73 ofrece una formación escénica integral. Con el desarrollo de la independencia creativa y creadora de los alumnos por bandera, la escuela oferta, además, un Máster en Dirección escénica y cursos de iniciación: Teatro juvenil y Teatro para aficionados. Entre sus profesores, profesionales de la talla de Jose Padilla, Ana Belén Santiago o Antonio Rojano.
Tiremos de razón o de corazón, de objetividad o de sentimientos… Brevemente, si les digo Escuela Nave 73, me dicen… (qué es, qué destacarían, cómo la definirían…)

Grumelot: Escuela Nave 73 es una escuela de Artes Escénicas que forma creadoras y creadores con inquietud, curiosidad y gusto por el trabajo. Un espacio de desarrollo para artistas que disfrutan de actuar, escribir o dirigir teatro y que ofrece las herramientas y la confianza para tener autonomía y capacidad no solo para ponerse al servicio de las ideas de otros artistas, sino también para desarrollar proyectos propios. 

Pilar: Hogar. Honestidad. Compromiso. Criterio. Riesgo. Amor. Podría seguir, pero creo que queda claro: es un lugar en el que estar, del que participar. 


Vamos a imaginar a un chico o una chica que quiere ser actor o actriz, pero está totalmente perdido. Alguien le aconseja buscar una escuela de teatro. ¿Por dónde debería empezar, en qué se ha de fijar?

Grumelot: Cuando hacemos las sesiones abiertas de trabajo en julio y septiembre para que las personas interesadas en nuestra formación puedan conocernos y experimentar de primera mano nuestro trabajo, siempre les decimos que deben escucharse y fiarse de su intuición con respecto a las personas con las que van a trabajar y a la filosofía de trabajo de la escuela. Es la primera gran decisión de tu trayectoria artística y, en el fondo, sabes qué es lo que necesitas y qué tipo de entorno estás buscando para desarrollarte. Quizá te interese más el audiovisual y puedas estar buscando una escuela claramente volcada a ese trabajo; quizá sientas que son los lenguajes escénicos lo que te resulta más excitante y puedas elegir una escuela que priorice la creación… pero de tus gustos y preferencias también puedes darte cuenta más adelante gracias precisamente a la formación.

Desde nuestro punto de vista, la formación en Artes Escénicas, como toda formación artística, debe ser humanística. Es decir, no ser sólo una formación profesional al servicio del mercado, sino un espacio de acompañamiento y desarrollo para artistas con la necesidad de compartir su visión del mundo.  En ese sentido, creemos firmemente que para las personas que se deciden a arrancar una carrera profesional lo más importante es que encuentren un espacio en el que sientan que sus necesidades van a ser escuchadas y en el que puedan compartir su singularidad.

Pilar: Debe intentar informarse bien de qué se hace en cada curso, máster o taller que le interese. Antes de apuntarse, debe ser consciente de qué es lo que se va a trabajar, en qué van a consistir las clases, qué tipo de seguimiento se le va a hacer… Formarse es una inversión no solo de dinero, sino de algo mucho más valioso: tiempo. Debe saber si aquello a lo que se compromete le va a dar lo que está buscando en ese momento.


¿Cómo puede saber ese chico o esa chica si tienes aptitudes para ser actor o actriz?

Grumelot: Para nosotros esta idea tan común de que el “talento” se tiene o no se tiene  —como si hubiera que estar tocado por una varita mágica— es un mito. Una idea romántica, antigua y falsa que, además de conseguir audiencia para los talent shows de la tele, no hace más que generar dolor, frustración y culpa. Nosotros preferimos hablar en términos de deseo, y respetar las decisiones de las y los futuros artistas que se deciden a trabajar con nosotros. Si deseas vehementemente estar en/delante/detrás de un escenario, tienes aptitudes. Si deseas dedicarte a esto poniendo a su disposición tu tiempo, tu creatividad, tus ganas, entonces tienes las aptitudes. Te damos la bienvenida. No hay nada que te falte.


Sea cual sea la formación elegida, ¿qué se exige a un alumno en la Escuela Nave 73?

Grumelot: Que disfrute de su trabajo, de su estudio y de su compromiso consigo mismo y con los demás. Que goce de lo que hace y se divierta.


Íñigo, Carlota, ustedes son los directores del Proyecto Bianual de Formación para Jóvenes Actores. ¿Qué va a encontrar un alumno en él, cómo se organiza, cuáles son las líneas pedagógicas? Háblennos un poquito de él.

Grumelot: Nuestro proyecto en la Escuela Nave 73 se desarrolla en dos años y pretende formar artistas con capacidad para interpretar el mundo desde una perspectiva crítica y poner en relación el legado clásico con el presente. Pretendemos dotar a nuestros alumnos de herramientas para la autonomía para que sean eficaces como actores en un entorno profesional pero también para que puedan generar sus propios proyectos, entendiendo siempre que el trabajo en equipo es inherente a las Artes Escénicas. La formación se estructura en módulos de trabajo con un alto grado de interdependencia de manera que, desde distintos puntos de vista, se proporciona al alumno una formación integral.

El primer año del recorrido ofrece una panorámica de los estilos y técnicas de actuación más relevantes para los intérpretes del siglo XXI ahondando en las herramientas que permitan al actor ser independiente en el trabajo sobre material tanto teatral como audiovisual. Además, realizamos un trabajo de creación que considera al actor un creador completo y autónomo. Se imparte Interpretación, Movimiento, Voz, Canto y Lenguaje Musical y también Historia de la Interpretación, porque para nosotros el sustento teórico es fundamental para que alumnas y alumnos construyan su propio criterio. A lo largo del año, las y los intérpretes se entrenan psicofísicamente para ponerse al servicio de la acción dramática y ponen en práctica las herramientas estudiadas trabajando con escenas de teatro realista de grandes autores desde finales del XIX hasta hoy de Chejov a Juan Mayorga, de Caryl Churchill a Denise Despeyroux. Estas escenas se comparten con el público a final de curso, no tanto para “mostrar” nada, como para experimentar cómo el trabajo técnico se pone en relación con la mirada del espectador. Además, a lo largo del año, alumnas y alumnos idean, escriben y dirigen escenas para sus compañeros y estas escenas también se abren al público de manera que los creadores pueden testar su trabajo.

El segundo año pretende ofrecer experiencia en torno al trabajo del actor en el contexto de la puesta en pie de un espectáculo, no sólo desde el punto de vista creativo, sino también en la esfera de la gestión de proyectos artísticos. El objetivo central es crear un grupo de trabajo autónomo capaz de generar proyectos propios, para dotar al alumno de las herramientas que le permitan desenvolverse en el panorama teatral profesional.

Está diseñado como un segundo nivel que continúe y complemente el trabajo del primer año, desplazando el foco de atención del trabajo del actor sobre sí mismo y su instrumento, a la puesta del propio instrumento al servicio de la puesta en escena. El curso se estructura en dos cuatrimestres que culminan en dos espectáculos que permiten a los alumnos abordar dos códigos diferenciados que, desde nuestra perspectiva, resultan especialmente relevantes en el panorama teatral español: los Lenguajes Contemporáneos y el Siglo de Oro español. Ambos espectáculos se estrenan dentro de la programación oficial de Nave73. Además del trabajo en torno a los espectáculos, alumnas y alumnos reciben formación específica en Dramaturgia, Producción, Movimiento, Verso o Esgrima y Lucha escénica.

Durante el primer cuatrimestre se trabaja de forma teórico-práctica sobre dramaturgias actuales y procedimientos de creación y devising. Los actores del #AnualDeMontaje se enfrentan, por un lado, al estudio de los lenguajes, posibilidades y mecanismos de lo que Lehmann llamara a principios del siglo Teatro Posdramático y, por otro, a la exploración de un tema, obra, o autor específicos. En el segundo cuatrimestre se trabaja sobre las particularidades técnicas del verso clásico español y se lleva a cabo un proceso de investigación teórico-práctica sobre la dramaturgia del siglo de oro para seleccionar uno o varios textos y crear, siempre desde la perspectiva contemporánea, un espectáculo que actualice el teatro clásico para el público del presente.


¿Se puede formar a un buen actor en solo dos años o esta es una buena forma de arrancar con paso firme una carrera o, incluso, de complementarla?

Grumelot: Nuestra formación es muy intensa. Requiere de mucho compromiso y mucha dedicación y después de dos años nuestras alumnas y alumnos tienen una base sólida que les permite adentrarse en el mundo profesional. Así sucede con alumnas como María Pizarro que ha formado parte del elenco de la Comedia sin título de Marta Pazos en el Centro Dramático Nacional, o Mercedes Borges en la Golfa de Jose Padilla; Lluna Casterá que acaba de presentar un espectáculo de creación propia en la sala DT o Carlos Pulpón que con el colectivo Quemar las Naves que ha fundado con Itziar Manero estrenará su próximo proyecto en el Festival de Otoño del año que viene.

Sin embargo, como intérpretes o creadores no dejamos de formarnos nunca y los dos años en Nave son también una puerta a espacios de especialización. También ha habido alumnas y alumnos que después de trabajar con nosotros han continuado su formación en la RESAD en Madrid o en escuelas internacionales como la CSSD (Central School of Speech and Drama) en Londres, o P.A.R.T.S (Performing Arts Research and Training Studios) en Bélgica.


Es también muy interesante que los montajes resultantes de estos procesos de formación se estrenan en la programación oficial y suelen tener vida después del proceso pedagógico, ¿no?

Grumelot: Para nosotros es fundamental ofrecer a las actrices y actores que trabajan con nosotros una experiencia lo más cercana posible a la del mundo profesional, con la red de seguridad que supone el contexto de la escuela. Así, construimos espectáculos de gran formato que dan la oportunidad a los intérpretes de enfrentarse a muchísima complejidad técnica y a un trabajo actoral sofisticado. Estos espectáculos suelen tener una estupenda acogida de crítica y público y es cierto que en varias ocasiones, cuando los equipos así lo han deseado, han vuelto a la programación de Nave o han sido programados en otros espacios del Off madrileño como la Sala Mirador o la Nave de Cambaleo en Aranjuez.


Pilar, usted coordina el máster en Dirección escénica de la Escuela Nave 73. ¿Cuál es el objetivo de este máster?

Pilar: Entrenar a futuros directores en el uso de herramientas de dirección escénica aplicadas a formatos contemporáneos, pero, por encima incluso de esto, enseñarles a reflexionar sobre su propia praxis como directores, para que puedan emprender un camino de aprendizaje e investigación de forma autónoma.


¿Qué va a encontrar un alumno en él, cómo se organiza, cuáles son las líneas pedagógicas, profesorado? Háblennos un poquito de él.

PilarEstamos muy orgullosos de que el claustro está compuesto por profesionales en activo, por lo que todo lo que van a transmitir está vinculado con su praxis artística en el presente. Cada profesor tiene libertad de cátedra, pero seguimos una línea pedagógica común, en la que se le da un peso específico a procesos y formatos teatrales contemporáneos, como la creación colectiva o el teatro interactivo.


¿Cuáles son las cualidades que ha de tener el buen director del siglo XXI? ¿Qué sirve y qué no sirve ya en 2022?

Pilar: Muchas. Un director es un artista, un gestor de equipos, de creatividades, el guardián de la visión artística, el primer espectador… Lo que no sirve es el ego. El director ocupa un rol importante, pero no es nadie sin su equipo y el público.


¿Qué pasa cuando se tiene mucha vocación, se ponen muchas ganas, mucho esfuerzo y mucha ilusión, pero uno no sirve? ¿Eso pasa?

Pilar¿Quién decide quién sirve y quién no sirve? No tengo la potestad de responder a esa pregunta, yo no puedo ni debo hacer eso. En una escuela no estamos para juzgar, sino para potenciar las cualidades de cada alumno y señalarle sus puntos débiles para que los lime. Decir que alguien “no sirve” para algo suele ser un juicio de valor gratuito con unas consecuencias destructivas que en una profesión como esta debemos evitar.


La pandemia que vivimos, esta ‘nueva normalidad’, las medidas sanitarias…, ¿ha cambiado la forma de trabajar en Nave 73? ¿Existen protocolos para enfrentar situaciones de este tipo que pudieran repetirse u otras nuevas que pudiesen darse?

Grumelot: Para nosotros la pandemia fue, a pesar de todo, una oportunidad para reinventar y repensar el hecho escénico que abrió vías de trabajo que no hubiéramos explorado de otro modo. En 2020 uno de los montajes del segundo curso, Y es mayor dolor la ausencia que la muerte, fue un espectáculo digital que, después de su estreno para público fundamentalmente español, formó parte del festival LA Escena de Los Ángeles lo que proporcionó a nuestras alumnas la posibilidad de enfrentarse a un publico internacional. Más allá de nuestro interés por las posibilidades que la tecnología ofrece a las Artes Escénicas y que hemos seguido explorando en estos dos años, también, como todos los que nos dedicamos al teatro, hemos aprendido a trabajar con mascarilla y en distancia, tratando de identificar en qué aspectos a veces precisamente esas limitaciones hacían el trabajo aún más interesante.

A día de hoy, quizá por ser una institución pequeña y nada masificada con capacidad para adaptarse y atender de forma muy individualizada a nuestros alumnos, además de por seguir con rigor los protocolos habituales, no hemos tenido que lamentar ningún parón en la formación debido a la pandemia y sentimos que estamos preparados para enfrentar la situación sanitaria actual y las que pudieran darse.

Pilar: En Nave 73 seguimos con las clases presenciales como modalidad fundamental de enseñanza, pero como todos nos hemos adaptado a las circunstancias, flexibilizando las fechas de las muestras e incluyendo las clases online cuando un alumno ha de quedarse confinado. Somos una escuela cercana, y si tenemos que enfrentarnos a situaciones que alteren el ritmo de las clases y que no seamos capaces de prever en este momento, haremos como siempre: dialogar con el alumnado el protocolo de actuación más adecuado.

ESCUELA NAVE 73

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