Entrevista a Irina Kouberskaya. Directores a escena

 ¿Cómo respira el teatro en pandemia? ¿La cultura está tocada o hundida? ¿Cómo se piensan, se sueñan y se levantan espectáculos y temporadas en estos tiempos? ¿Qué hay que pedir y a quién para sortear obstáculos? Son días llenos de interrogantes y de incertidumbres, pero también de ponerle muchas más ganas e ilusión si cabe. Hemos preguntado a los magos y magas de la escena por la situación que atraviesan las artes escénicas, pero también por lo que están haciendo ahora, por aquellas cualidades que definen a un buen director, a una buena directora, por qué lleva al teatro a aquellos y aquellas que primero lo sueñan, por cómo son como espectadores, a quiénes admiran o qué están deseando ver. IRINA KOUBERSKAYA  Actriz, directora, dramaturga y codirectora del Teatro Tribueñe –Premio Ojo Crítico 2012–. Es miembro fundador de la Academia de las Artes Escénicas y forma parte de la Asociación de Directores de España. 
 
 
¿Cómo se hace teatro en pandemia? ¿Qué balance hace de la situación más inmediata que está viviendo la cultura en general y el teatro en particular?

Aguantando la situación, representando los fines de semana los espectáculos de nuestro amplio repertorio, haciendo conciertos matinales desde jazz a música clásica y todos los domingos “Por los ojos de Raquel Meller” un sorprendente musical de Hugo Pérez de la Pica, que abarca la historia de España del siglo XX con un análisis particular, sutil y profundo de una mujer nacida para el arte.

Espectáculo que siempre llena el teatro que ha reducido sus butacas a la mitad. El público necesita sentir sus raíces y tiene ganas de reconocer su pertenencia a los hechos históricos, riendo y llorando a la vez. Con una elección en el repertorio musical extraordinario.

La pandemia puso en evidencia todas las ausencias, necesidades y abusos ya existentes. Como bajo una lupa salió el abandono de todo lo cultural. La cultura siempre fue cultivo: sembrar y cosechar. La capacidad del cerebro de sorprenderse consigo mismo.

Hace tiempo que en el panorama teatral solo se produce el reparto entre unos pocos sin que haya siembra alguna. En la pandemia toda la administración y los técnicos de la escena cobran, solo no cobran los que dan sentido literal a la existencia de estas profesiones. No cobran los creadores. ¿A qué estamos llamando calidad de vida? ¿A la eliminación de lo emocional? ¿A la eliminación de la base real de la poética y la cultura? ¿En definitiva eliminación de la formación del ser humano? ¿De su proyección evolutiva?

La pandemia ha puesto de manifiesto que la famosa administración o burócratas paralizan la creatividad del ser humano.


Cuando una, además, se enfrenta a la gestión de un teatro ¿Cuáles son los retos más inmediatos y cuáles las actuaciones, la forma de solucionar o sortear esos obstáculos?

Trabajamos en lo que creemos y los obstáculos no son nuevos, son de siempre: falta de cultura en todos los organismos que la representan.

Hay mucha gente talentosa que lucha por estar en acción, pero la extrema burocratización del país lo impide.


Para usted, ¿cuáles son los elementos principales que hay que tener en cuenta una vez que decide montar un texto?

Explorar y dar aliento desconocido a las estructuras aparentemente convencionales, poniendo en evidencia que en cada texto teatral se esconde una respiración nueva. No sé si alguna vez he elegido algún texto, creo que las obras me han buscado a mí.


¿Cómo es el buen director, la buena directora? ¿Qué características ha de tener?

El buen director necesita solo una cualidad: Amor a los actores.


¿Qué le pediría Irina Kouberskaya a la administración?

Pediría a la administración que dejen de tratar como súbditos a los ciudadanos y que distribuyan honestamente un dinero que no es suyo.


¿Cuánto tiempo pueden dedicar en Teatro Tribueñe a cada espectáculo?

Dos meses de ensayos hasta el estreno de la obra y después una sutil y constante atención al crecimiento del espectáculo mientras está en cartel.


Brevemente ¿Qué podemos ver en febrero en Teatro Tribueñe que lleve la firma de Irina Kouberskaya en la dramaturgia y/o dirección?

Justamente en la cartelera de febrero bajo mi firma pueden verse estas cuatro obras:

El vuelo de Clavileño, basada en el capítulo XXXVI del Quijote con aportaciones de otros textos del mismo libro. viernes 5 y sábado 6 de febrero.

La Balada de Caperucita, un juguete dramático alrededor de Federico García Lorca. Un texto nunca antes llevado a la escena. Viernes 12 y sábado 13 de febrero

Bodas de sangre, universalidad de la tragedia lorquiana. Viernes 19 y sábado 20 de febrero.

Amiga, un fragmento de la vida de Marina Tsvetáyeva, una genial poeta rusa de primeros del siglo XX. Sábado 27 de febrero.

Como actriz en Por los ojos de Raquel Meller, creación de Hugo Pérez de la Pica,  Todos los domingos.


¿Y cómo valora el hecho de que aún sean minoría las mujeres no solo al frente de espectáculos, sino también de grandes instituciones?

Creo que somos ya muchas mujeres con buena preparación, pero con evidentes dificultades para poder manifestarnos. La mujer por su naturaleza es apolítica y cuando se somete a una doctrina se rigidiza y olvida que en su sensibilidad está cuidar y guiar todo lo que nace.


¿A qué director o directora contemporáneo admira profundamente?

Admiro a mis contemporáneos como Tovstonogov, director ruso, por su capacidad de ver al ser humano desde la cima de la montaña y llevar sus lamentos a la cima de la montaña. A William  Layton, por su alma de buscador y riqueza inabarcable de sus análisis de textos. A  Mats Ek, por descubrirme las posibilidades biológicas desconocidas del cuerpo humano. A Hugo Pérez de la Pica, porque en cada obra rescata el alma.


¿Qué le lleva al teatro? Cuando es espectadora ¿Qué tipos de espectáculos busca y cuál ha sido el último que ha visto?

El último espectáculo que he visto ha sido Divinas Palabras de R. M del valle Inclán, en el teatro María Guerrero.

Soy incondicional a Valle y quiero recordar que somos la única compañía teatral que puso en pie durante ocho horas el Retablo completo de la Avaricia, la lujuria y la muerte, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con veinticinco actores en el escenario.

El buen teatro te da energía para toda la vida, el teatro malo te enferma y el teatro sin alma te hace zombi, y si el teatro no es una necesidad del hombre, es una necesidad de los cielos para no perdernos de vista.

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