Antes de entrar de lleno en el nuevo cluedo de La Caja Lista, ¿cómo surgió esta novedosa idea de teatro interactivo y por qué motivos cree que está funcionando tan bien con el público?
Surgió de la necesidad de innovar. Los gustos del público están evolucionando. Cada vez son más los que se pirran por los videojuegos y por el ocio alternativo en el que no solo asisten como espectador, sino que tienen que hacer algo, como en los escape rooms. Los gustos del público están cambiando y pensamos que la oferta de ocio teatral también debe hacerlo.
¿Qué es “Cluedo 1860; El Gólem”, qué situación presenta y en qué contexto?
Creo que la mejor presentación de la obra está en el claim resumen del cartel: Londres 1860. Una ciudad conmocionada por una serie de asesinatos. Un baile de máscaras. Una persona asesinada en la oscuridad. Cinco sospechosos tienen una hora para demostrar su inocencia… y el tiempo corre en su contra.
Aparte de disfrutar con las escenas teatrales, ¿cuál es la misión del público asistente y con qué herramientas contará para lograr sus objetivos?
La obra consta de siete escenas sueltas y, entre medias de cada una, hay intervalos de cinco minutos en los que el público entra al escenario a hablar con los actores, a interrogarlos sobre lo que acaban de ver en la escena. Cada espectador recibe un landyard –colgante identificativo– con el nombre de un personaje por delante y algo de información importante por detrás. Los espectadores pueden usar este intervalo entre escenas para hablar con los personajes principales –los actores– o bien con otros personajes –otros espectadores–. La misión es acaparar la máxima información posible. Como en la vida real, algunas de las informaciones son irrelevantes y otras tienen relevancia para resolver el misterio.
¿Cuáles son las mejores cualidades que puede tener un espectador para destacar en esta nueva misión?
Atención. Hay que estar muy atento a las escenas teatrales, sobre todo, y a lo que se habla en los intervalos de interacción.
¿Qué pasa si hay espectadores que prefieren no participar activamente en las pesquisas?
No pasa nada. Algunos de nuestros espectadores son tímidos y prefieren no preguntar nada a los actores. No pasa nada, siempre les recomendamos que no pregunten, que no pasen mal rato. Solo tienen que levantarse en las interacciones y unirse a algún grupo que esté hablando con algún personaje –actor– y escuchar las preguntas de los otros espectadores y las respuestas del actor. Nadie está obligado a hablar si no le apetece o le da vergüenza. Esa es la clave de nuestro éxito. En el momento en el que el público no se siente obligado a hablar, se lanzan como leones a interrogar (risas).
Los adeptos a los diversos cluedos de La Caja Lista suelen destacar la gran belleza de las escenografías creadas. ¿Qué elementos no faltarán en esta nueva puesta en escena?
En 1860 no había electricidad en las casas, así que toda la iluminación es con velas. Hay más de 35 bombillas titilantes en la sala con un levísimo apoyo de focos, así que el ambiente resulta bastante oscuro. La acción se sitúa en un baile de máscaras aristocrático en el Londres de 1860, así que el vestuario es fastuoso, especialmente el de las señoras.
Aparte de este estreno, ¿con qué otros espectáculos interactivos podemos disfrutar a lo largo del mes de diciembre?
Tenemos varias obras con la palabra “Cluedo” delante. ¿Esto qué significa? Que son diferentes historias, en diferentes momentos históricos, con diferentes personajes, pero todas tienen la misma estructura: siete escenas sueltas y entre medias hay intervalos de cinco minutos en los que los espectadores pueden interrogar a los actores. Las obras son: “Cluedo 1910. Asesinato en la Mansión Northampton”, “Cluedo 1920. Los cadáveres no hablan”, “Cluedo 1942. Asesinato en el Berlín Express” y “Cluedo Pócimas y Hechizos”.