Entrevista a Jesús Vidal por Calígula murió. Yo no

 Dice Camus que “la lucha por llegar a las cumbres basta para llenar un corazón de hombre”. Y de lucha, pero sobre todo de corazón sabe mucho Jesús Vidal. Hace dos años nos emocionó a todos con su discurso al recoger el Goya a mejor actor revelación. Ondeó entonces la bandera de la inclusión, la diversidad y la visibilidad y toda España se rindió a un actor que era nuevo en el cine, pero que ya había bregado lo suyo en el teatro. Ahora vuelve a subirse a las tablas del María Guerrero para protagonizar este montaje dirigido por Marco Paiva.  Por V. R.  Foto Moisés Fernández Acosta
Podríamos decir que Jesús Vidal vuelve al lugar donde empezó todo, ¿no?

“Cáscaras vacías” fue la obra que me cambió la vida. Marcó un antes y un después por su importancia artística, el elenco y el equipo que participó en el proyecto y la memoria histórica que transmitió. Como actor me permitió superar mis límites, ir más lejos que nunca en todos los sentidos y gran parte de lo que soy como intérprete se lo debo a los tres años en los que se representó la función.


regresa con “Calígula murió. Yo no”.

Esta obra nos enfrenta a conflictos universales, como el sentido de la existencia humana, el devenir de la propia vida y de la sociedad y los intentos para crear un mundo mejor. Este espectáculo plantea la diferencia entre revolución y revuelta y el peligro que existe para el ser humano si la ética y la moral se ponen al servicio de la necesidad de absoluto y de dominación.


Cuéntenos algo de su personaje…

Mi personaje es alguien que reacciona a una crisis existencial intentando cambiar su vida, pero termina asfixiando a su entorno y anulando cualquier vestigio de libertad y diversidad a su alrededor.


La versión es de Clàudia Cedó y la dirección de Marco Paiva. ¿Cómo es el montaje que están preparando?

El montaje va a sorprender, porque Claudia Cedó recoge lo mejor y más liberador del pensamiento de Camus, no solo de su Calígula, y consigue crear un mundo propio que en sí mismo es un homenaje al teatro, a la libertad y a la diversidad. Los ensayos están siendo inolvidables, con gran descubrimiento artístico y personal, fruto de un elenco muy diverso de dos países y con cuatro lenguas que tienen mucha importancia en el espectáculo.


Es imposible hablar con Jesús Vidal y no recordar cómo nos emocionó a todos hace dos años cuando recogió el Goya.

Ese discurso, que preparé días antes con infinita ilusión y cariño, fue escrito como una muestra de respeto hacia quien había hecho posible “Campeones” y a todas las personas que me han querido y apoyado como ser humano y como actor.


En aquel discurso pronunció las palabras inclusión, diversidad y visibilidad. “Cáscaras vacías”, “Tribus”, son piezas protagonizadas por actores con alguna discapacidad. ¿Echa de menos más trabajos así en el teatro, el cine y la TV?

Todavía la sociedad es reacia a la diversidad y el arte tiene que ser diverso porque tiene que reflejar la riqueza y la belleza de esta diferencia. Echo de menos papeles para actores con discapacidad en los que su conflicto no se derive de ella e igual que valoro como grandes trabajos interpretaciones de actores sin discapa-cidad de personajes con discapacidad, creo que sería importante que un actor con discapacidad diera vida a un personaje sin ella. El arte sirve también para transgredir patrones culturales.


¿Cómo le picó el gusanillo del oficio?

La interpretación comenzó a ser importante para mí con 22 años, cuando descubrí que necesitaba transmitir emociones, sentimientos e historias. El teatro es el hogar al que siempre vuelvo. Es refugio y catapulta. Es creación sin límites, sacralidad y comunión; con el resto del elenco y con el público.


Actor –“S4La de Espera”, “Cáscaras vacías”, “Alguien voló sobre el nido del cuco”–, estudió filología, periodismo, ha escrito una obra de teatro, un libro… Pero el suyo no es un camino de rosas…

Nada más lejos, pero yo no soy mejor persona o mejor artista por mi lucha contra mis límites como ser humano y contra los prejuicios con los que las personas miramos en un primer momento a nuestros semejantes. En el libro salen esos aspectos de mi vida personal que habitualmente guardo para mí. Los afectos, las pérdidas, el esfuerzo y las renuncias y también las alegrías y las recompensas.


¿Qué le diría el Jesús de hoy al Jesús que con 20 años se quedó ciego?

Que hizo bien en apostar por una pasión, unas personas y unos valores. Y que sigue viendo la vida con los ojos de la esperanza.


¿Y en qué otras cosas anda Jesús Vidal?

Estreno tres películas muy bonitas este año, dirigidas e interpretadas por grandes profesionales, que espero tengan muy buena acogida.


Le traslado la pregunta que se hace su personaje: ¿cuál es el sentido de la vida?

Estar rodeado de las personas y de la profesión que amo.

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