Tras más de dos décadas fuera, en 2019 regresaba a España, “con muchísimas ganas”, nos decía, para dirigir la CND. Tras cinco años, ¿mereció la pena?
Efectivamente llegué con muchas ganas y con mucha fe en el talento que tenemos aquí. La fe está intacta, ahora lo que tengo es más experiencia. Siempre merece la pena, no hay decisiones y consecuencias que no aporten cuando todo está dicho y hecho. El trabajo está ahí y la misión de que la CND mejorara bajo mi dirección está más que cumplida. En realidad, no han sido cinco años, con la pandemia perdimos más de uno. En este poco tiempo, considero que mejorar tanto es una hazaña.
¿Qué pesa más en su balance personal?
Han sido cinco años de aceptación. No es fácil resignarse a un sistema que provoca que muchas cosas estén igual o peor para la danza. Que no se haya avanzado ni un ápice. En contraposición, el talento sigue saliendo de nuestras escuelas y nutriendo a infinitas compañías del mundo. Esto es lo verdaderamente frustrante. A diferencia de los que me eligieron y los que no me renovaron, soy artista y amo la danza. ¡Seré siempre artista y amaré siempre la danza!
Aún le quedan dos citas importantes: julio en los Veranos de la Villa de Madrid y agosto en el Festival Internacional de Santander. ¿Preparado para decir adiós?
Más que preparado. Orgulloso con el trabajo y lo conseguido. La vida son ciclos. A veces nos resistimos a aceptar que esto es así. La verdad es que nunca he entendido todo ese sentido de permanencia a toda costa en un mismo lugar que tiene la gente aquí en España.
Antes de seguir, cuéntenos de qué vamos a poder disfrutar en estas citas.
En Madrid vamos a tener un gran programa, que, en realidad, resume mi paso por la compañía y denota la gran versatilidad con la que cuenta la CND que dejo. En Santander pondremos en escena un gran título clásico como “La Sylphide”. Son dos grandes citas para cerrar a lo grande.
Hablábamos antes del personal, ¿qué balance hace de su trabajo en la CND?
El balance es más que positivo respecto a la mejora y la calidad que se ha consegui-do. Algo así conlleva mucho más tiempo en condiciones normales. Creo que se ha conseguido mucho en poco tiempo.
¿Qué ha cambiado de la CND que usted se encontró en 2019 hasta hoy?
Mucho. Aun habiendo seguido una línea que ya marcó José Carlos Martínez, creo que hemos conseguido unificar los dos grupos o lenguajes que estaban más marcados. Ahora contamos con un grupo más grande que es capaz de abarcar un repertorio más amplio. Desde mi punto de vista, todo ello es un deber para una compañía estatal como es la CND.
Es hora de hacer balance, pero también de sacar pecho. ¿Qué se ha logrado?
Se ha logrado que se hable de la CND en muchas partes del mundo y con muy buena aceptación. Hemos sido reconoci-dos internacionalmente con diversos premios y grandes críticas. Lo que estaba en nuestra mano creo honestamente que lo hemos hecho bastante bien.
Una curiosidad, ¿de qué iniciativa suya se siente especialmente orgulloso?
Quizás del empuje para que la danza sea cada vez más inclusiva. Esto me llena de alegría. Hemos llevado a cabo muchos programas colaborando con colegios y niños con diversas necesidades; las funcio-nes con audio descripción para ciegos han sido un éxito; la danza para pacientes con Parkinson, entre otras muchas actividades. Solamente por ver la expresión de felicidad de la gente que normalmente no está expuesta ni familiarizada con la danza ya merece la pena. Es una sensación maravillosa y muy satisfactoria.
¿Qué ha sido lo más complicado?
Para esta respuesta necesitaría bastante más espacio y tiempo (risas). La dificultad y disfunción es tremenda. El sistema administrativo requiere una importante reforma, cuanto antes. La burocracia no puede llevarse la mitad de nuestro tiempo de trabajo. También habría que preguntarse cómo se apoya y financia la cultura. Estamos a años luz y aún no encuentro razones para que no exista apoyo privado a la cultura y que la ley del mecenazgo no esté funcionando plenamente. No veo voluntad política para que esto cambie. Con solo decirte que en mis cinco años aquí no me he sentado con ningún ministro de cultura…
Le voy a dar seis títulos y usted me dice lo primero que le sugieran:
“Arriaga”: Juntos otra vez después del Covid. “Giselle”: Aprendizaje personal. “Passengers Within”:Pragmatismo y evolución. “A tu vera”: Un camino. “Swoosh”: Añadiendo calzado alternativo. “La Sylphide”: Subida de categoría.
Son las creaciones que lega a la CND. ¿Representan la compañía que soñaba?
No. La compañía con la que yo soñaba no se puede dar en España, al menos bajo este marco jurídico y laboral que nos encorseta. Que se pueda bailar con calidad Balanchine, Petipa, Duato y Bournonvile en la misma temporada, sí, eso se acerca a lo que había soñado.
¿Qué le ha quedado por hacer a Joaquín De Luz al frente de la CND?
Mucho. Ahora la compañía está preparada para la proyectada fase 3, que conllevaba empezar a construir un repertorio único para la CND, pero usando solo nuestro patrimonio, que es grandioso. Me da pena no haber podido hacer un “Romeo y Julieta” en colaboración con el Ballet Nacional de España. Por supuesto, mis dos reivindicaciones y puntos estrella de mi proyecto, la CND joven y el teatro para la danza… ¡Utopía! No pudo ser, y tampoco hubo voluntad política, sí la había artística.
¿Qué recuerdo especial se lleva?
Muchos. Cada vez que llenamos un teatro, como en las últimas cuatro temporadas de la Zarzuela. Pero el éxito de la última gira de EEUU fue apoteósico. Incluso recibimos la llave de la ciudad en Nueva Orleans.
¿Qué le diría el Joaquín de hoy a aquel Joaquín de 2019?
No firmes, no te van a dejar hacer aquello que estás soñando para la vuelta a tu país. No vas a sintonizar con ello.
Y a nivel personal y a nivel profesional, ¿a partir de ahora qué?
Todo. Dicen que cuando una puerta se cierra, cientos se abren. En este caso me han cerrado una de manera incomprensible y tengo tantas que se abren, no otras puertas, sino mil ventanas de posibilidades de todo tipo. Ahora mismo me apetece hacer proyectos y trabajar con gente que me inspira. Bailaré mientras pueda y en la medida que pueda, estaré compartiendo conocimientos con las nuevas generaciones y haré nuevas coreografías, incluso cine…