Aparte de que la obra se ha estrenado en una quincena de países, la versión cinematográfica ganó 3 Biznagas en el Festival de Málaga –entre ellas, mejor actriz para Kiti Mánver– y fue nominada a los Goya, Forqué y Feroz. ¿Esto ahora tranquiliza o añade responsabilidad?
Juan Carlos: Yo creo que tranquiliza. Sabemos que la historia interesa, que el público tiene ganas de seguir las andanzas de Lola y Luis (en la película, Sara). Es un gran bagaje contar con la película y esas nominaciones y premios.
Kiti: Siempre añade responsabilidad, pero tenemos una cosa buena a favor y es que en la versión nueva de teatro el personaje que hacía Juana Acosta lo hace Cristóbal Suárez, con que le da un giro muy interesante y nuevo. Es otra función, con las mismas cosas, pero con ingredientes añadidos que van muy bien.
“Sensible”, “Las heridas del viento”, “Tres”, “Humo”, “Juntos”, “Esta noche no estoy para nadie”… Si Juan Carlos Rubio o Kiti Mánver dicen “Ven”, ¿el otro lo deja todo?
Juan Carlos: Pero todo TODO –así, con mayúsculas–. Nuestra relación es extraordinaria, hemos encontrado una simbiosis perfecta entre dos sensibilidades diferentes, un territorio maravilloso para colaborar, desde el respeto mutuo y admiración más profundo. Amo a Kiti. Espero que nos queden muchos proyectos más por afrontar.
Kiti: Yo creo que sí (risas), pero siempre con respeto hacia el otro. Lo que tiene para ofrecerme Juan Carlos la mayoría de las veces es súper interesante y trabajar con él es una delicia, te hace crecer siempre, con lo cual para mí es muy fácil dejarlo todo.
Vamos al lío… Encuentran el hogar de sus sueños, pero allí ha de vivir su actual dueña hasta que muera y luego ya es suyo. ¿Darían el paso?
Juan Carlos: Yo no fui capaz de darlo –esta obra está basada en una experiencia real que viví–. No, no lo di. Pero entiendo que haya gente que lo pueda dar. Puede ser un trato muy beneficioso tanto para el vendedor como para el comprador, ¿por qué no?
Kiti: Pues yo creo que sí. Es una práctica cada vez más extendida porque hay mucha gente mayor sola y las pensiones son bastante penosas muchas veces, con lo cual es algo que favorece a las dos partes. Como negocio va muy bien para el que compra y como solución de vida, si encima pasa como en “El inconveniente”, que haya posibilidad de establecer una relación estupenda de afecto con otra persona diferente a lo que eres tú, pues mejor. Así que claro que me apuntaría.
Cristóbal: Qué difícil contestar a esta pregunta, la verdad. Depende. Quizá por eso el planteamiento de esta función sea tan pertinente. Un hogar nos representa de un modo tan íntimo que las circunstancias que te llevan a compartirlo con un desconocido tienen que ser muy específicas.
Marta: Creo que no. Me conflictuaría demasiado que la impaciencia por vivir en el hogar de mis sueños tuviera que ver con que a alguien le llegase la hora. Me parece que ese detalle haría que dejara de ser, precisamente, el hogar de mis sueños.
Juan Carlos Rubio dice que es un cuentista, que adora contar historias. ¿Cómo surge “El inconveniente”?
Juan Carlos: De un anuncio en el periódico, vendían un piso con inquilino. Fui a verlo. A partir de ahí mi imaginación se disparó ¿Quién era el dueño o dueña? ¿Por qué lo vendía? ¿Qué relación llegaría a establecer con el comprador? Me pareció un material interesante para seguir hablando de la condición humana.
¿Qué es “El inconveniente”?
Juan Carlos: Es una comedia dramática o un drama cómico, se puede ver de ambas maneras. Mi mayor ilusión es que el público puede salir del Teatro Pavón con ganas de ‘vivir el presente’. Hacemos demasiados planes, tenemos demasiadas ‘hipotecas’ –no solo las del banco–. Hay que viajar más ligeros de equipaje.
Kiti: Habla de la soledad, de la preocupación que tenemos por estar planificando el futuro y nos estamos perdiendo el día a día, el ahora. Se resume en una de las frases estupendas que dice Cristóbal Suárez en la obra, que es una frase de John Lennon: “La vida es lo que pasa mientras que tú estás haciendo planes”. Pensar demasiado en el futuro no es una cosa buena para el ser humano. Y otra cosa importantísima es la posibilidad del diálogo, aunque seas muy diferente del otro, eso es buenísimo.
Cristóbal: Es una comedia íntima que nos habla de encuentros inesperados, relaciones improbables y revelaciones sencillas pero eternas.
Marta: Es un viaje de ida y vuelta entre la risa y la emoción. Es una comedia con sus pequeñas tragedias de fondo. Como la vida misma, vamos. Esta pieza te pone un espejo delante para recordarte que hay que VIVIR, que la vida es incierta y valiosa como para anclarte al pasado o andar con la mente puesta en el futuro; y habla de la amistad, de que el camino siempre es mejor hacerlo bien acompañado.
Kiti –“Historias para no dormir”, “Las chicas del cable”, “La casa de papel”, “El matrimonio de Boston”, “La retirada de Moscú”…– es Lola.
Kiti: Es una mujer que está desahuciada por los médicos. Tiene tres bypass y, aún así, sigue fumando, bebiendo y trata de conseguir esa ventaja de tener un poco más de dinerito para el tiempo que le queda de vida darse todos los caprichos que no ha podido darse. Tiene una cosa muy hermosa, que es quizás lo que más me emociona a mí de Lola, y es que, a pesar de que es una cascarrabias, de que se las sabe todas y es así como resabidilla, ha escuchado al que le ha comprado su casa y llega un momento en que ella es capaz de cambiar su manera de pensar y eso en una persona mayor es una cosa maravillosa.
Cristóbal –“Arte”, “Hamlet”, “Antígona”, “Misántropo”, “Amar en tiempos revueltos”, “Vota Juan”…– es Luis.
Cristóbal: Luis es un hombre trabajador, muy eficiente y que cree tener las cosas bajo control. Lo tiene todo muy bien planificado, pero él sabe que le falta algo… Lo que no sabe es que la vida tiene otros planes para él.
¿Y su personaje, Marta –“Juntos”, “Fuego”, “Eneida: Playlist para un continente a la deriva”…–?
Marta: Mi personaje es alguien que no encaja del todo en la sociedad en la que vive. Que no consigue “encontrar su lugar en el mundo, porque siempre se ha conformado con vivir y ser feliz”, como dice en un momento de la obra. Sin embargo, de los tres personajes podríamos decir que es el que realmente vive el presente. Se sobrepone al fracaso una y otra vez. Es optimista, aunque algo torpe, lo que da un contrapunto cómico y enternecedor a las apariciones de mi personaje.
¿Cómo se llevan el Juan Carlos autor y el Juan Carlos director? ¿Son una pareja bien avenida o tiene sus días
Juan Carlos: Tienen sus días, pero se quieren bastante, se necesitan, se apoyan, se cuidan. Pero, vamos, que a veces las tienen bien gordas…
¿Cómo es trabajar a las órdenes de Juan Carlos Rubio, qué tipo de director es?
Kiti: Juan Carlos Rubio cada átomo de su cuerpo es pura escena, puro escenario, puro teatro y como ha sido actor también tiene esa sensibilidad añadida que es capaz de ponerse en tu piel. Y luego no se guarda nada, dice todo lo que te tiene que decir y te pone en situaciones, al menos a mí, en las que parece que no sabes nada, lo cual es buenísimo para afrontar un trabajo creativo. Es educadísimo, es elegantísimo, es amorosísimo. Creo que no en vano los actores que trabajamos a sus órdenes parecemos siempre mucho mejores.
Cristóbal: Juan Carlos es un director muy delicado y paciente. Es muy generoso y nos ha invitado a acercarnos al material de una manera muy íntima y personal.
Marta: Pues es un lujazo. Juan Carlos llega al proceso de ensayos con muchísimo trabajo hecho en casa y eso hace que todo vaya como un cohete. En muy pocas semanas estaba la obra puesta en pie y hubo mucho tiempo para pasarla y repasarla con calma. Es muy práctico y a la vez es tranquilo y tiene mucha inteligencia emocional a la hora de trabajar con actores y actrices. Un gusto, vaya.
¿Qué tenía este proyecto para decirle sí?
Cristóbal: Es un texto que entiendo muy bien. Yo recuerdo que en las primeras lecturas del texto me decía a mi mismo: ¡Pero qué suerte tengo! Todavía me lo digo antes de salir a escena. “Eres muy afortunado de contar esta historia” .
Marta: La realidad es que nos llamaron para hacer otro montaje (“Música para Hitler”) con nuestro querido Emilio Gutiérrez- Caba. “El Inconveniente” fue un cambio de última hora ya que la anterior tuvo que aplazarse por motivos de fuerza mayor. Es curioso porque en la obra se cita esta frase de John Lenon, que dice que “La vida es aquello que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Así llegó este proyecto. Pero, desde luego, lo tiene todo para decirle sí. Tanto Juan Carlos como Kiti y Cristóbal son referentes para mí. Solo por eso, ya dije que sí antes de leer el texto.
¿Por qué no deberíamos perdernos “El inconveniente”?
Cristóbal: Primero porque Kiti Manver es una actriz descomunal a la que hay que ver haciendo este personaje. Y porque es una de esas funciones en las que sales feliz del teatro.
Marta: Porque es una historia preciosa con la que os vais a reír y os vais a emocionar. Porque “El inconveniente” es un chute de optimismo y un canto a la vida; creo que mucha gente sale de la obra replanteándose qué es lo realmente importante y eso es muy bonito.
Otros proyectos entre manos…
Juan Carlos: He hecho la dramaturgia para un espectáculo maravilloso que Chevi Muraday está ensayando con la Compañía Nacional de Danza, “Corea Lasciva”. Es un regalazo presenciar esos ensayos. Y en agosto nos meteremos con la segunda parte de “En tierra extraña”, el segundo episodio de esa trilogía que tengo en mente sobre la historia de España durante los terribles años del franquismo, recuperando a grandes figuras y nuestro patrimonio musical. Se titula “El novio de España” y sus ficticios protagonistas son Luis Mariano y Carmen Sevilla, en el año 1952, mientras rodaban la película “Violetas Imperiales”.
Kiti: Sí, estoy terminando la segunda parte de la serie “Todos mienten”, de Pau Freixas, y ahora en noviembre estrenaremos una película que ya nos está dando muchas alegrías, que se llama “Mamacruz”, que tengo la suerte de hacer la protagonista, dirigida por Patricia Ortega, es una directora imponente. Ha hecho un trabajo… de los más finos que he hecho en cine nunca. Producida también por Olmo Figueredo, productor de “La trinchera infinita” y de tantas cosas tan premiadas y tan buenas. Y en eso estamos.
Cristóbal: Si, tengo otros proyectos teatrales muy ilusionantes pero que todavía no puedo desvelar.
Marta: Bueno, pues hay alguna cosa en el aire pero nada seguro, de momento. Ya se sabe que “el trabajo llama al trabajo” así que ojalá venga mucha gente a ver la función y de aquí salgan nuevos proyectos.