¿Cómo presenta este proyecto?
Es una parte de la novela de Javier Cercas, un proyecto que repasa todo el periodo de la Transición a partir de un hecho tan significativo como fue el golpe de Estado del 23 F. Ese es el punto de partida de este espectáculo.
¿Qué interés tiene analizar este pasaje histórico ahora, cuatro décadas después del suceso clave de la obra?
Mostrar la complejidad, la complicidad de las personas, que a veces creemos que tienen una sola cara, pero la realidad es que todos somos muy poliédricos. Esto da contundencia a la compleja situación que vivimos en aquel momento: la transición de una dictadura a una democracia que, a diferencia de la mayoría de los casos, fue una dictadura no caída. Se inventó un sistema democrático cuando todo el hemiciclo aún estaba lleno de todas las fuerzas vivas dictatoriales franquistas que había en el momento.
En escena veremos a cuatro actores. ¿Qué misión tienen en la función?
Ellos hacen un trabajo coral. Partimos de una novela, así que son como cuatro juglares que se convierten en narradores, y van pasando de la tercera a la primera persona según el personaje que interpretan. Es una narración a cuatro voces y, evidentemente, cada uno asume algunos roles, pero es más una visión compleja donde el actor no deja de ser él y, al mismo tiempo, opina sobre lo que es su propio personaje.
¿Algún ejemplo concreto?
En el caso de Pep Cruz, dos de los personajes que interpreta son el teniente coronel Tejero y el general Armada, que es el verdadero cerebro del golpe de Estado. Además, está Adolfo Suárez, el Rey Juan Carlos, el secretario real, etc. Pero esta pieza tiene la complejidad –y al mismo tiempo habilidad– de saber tocar todos los géneros, por eso salen todos estos personajes que todos conocemos y contamos toda la verdad, todo lo que no es verdad también y, al mismo tiempo, tocamos el género policíaco, de espías, de estrategia bélica, el del amor, la amistad y la traición a través de estos personajes que fueron tan influyentes en ese momento.
¿Cómo son los recursos audiovisuales del espectáculo?
Esta narración de cuatro actores en escena con la que celebramos el 40º aniversario del fallido golpe de Estado va acompañado de imágenes, de fotografías de la época, porque somos conscientes de que muchos de los espectadores no vivieron esa época. Las nuevas generaciones apenas saben que hubo un señor con tricornio que entró en el Parlamento e intentó hacer un golpe de Estado con una pistola, pero eso es solo la punta del iceberg de lo que había detrás…
En definitiva, ¿por qué es esta una gran propuesta para los amantes del teatro?
¡Porque lo que contamos es realmente interesante! Este texto tiene la habilidad de abrir una serie de muñecas rusas como si una estuviera dentro de la otra partiendo de esa imagen donde Suárez está sentado solo en el hemiciclo del congreso después de que hayan disparado –porque el resto de sus compañeros y políticos que allí estaban en ese momento se escondieron detrás de sus escaños–. Solo tres personas se mantuvieron en pie simbolizando la defensa de la democracia, tres personas que, curiosamente, habían sido muy poco demócratas antes…
¿A quiénes se refiere?
Uno el propio Suárez (que venía del gobierno franquista), otro el general Gutiérrez Mellado (que había participado en la sublevación del 36 al lado de Franco) y el tercero era Carrillo (líder del Partido Comunista, que no era un partido –en ese momento– donde la democracia imperase). Estos tres ‘héroes de la renuncia’ que partían de ciertos ideales o finalidades acabaron siendo los valedores de la defensa de la democracia en nuestro país.