¿Cómo nos presentaría esta obra?
Como una pieza de teatro-documento. La reproducción de una conversación real entre un padre que sabe que va a morir y su hija para hablar de la vida y también de la muerte. Tuve la suerte de acercarme a una persona que buscaba utilidad en todo lo que hacía. Y para él regalarnos generosamente todas esas horas en su último periodo de vida era seguir ofreciéndose a los demás.
¿Qué vamos a ver en el escenario?
En el escenario se ve a su hija real reproduciendo su rol conjuntamente con el actor Pep Cruz, que asume el papel del padre, reproduciendo parte de esas conversaciones. La obra es un regalo. Para nosotros y para los espectadores.
¿Qué grandes temas toca esta propuesta?
Los relacionados con el ser humano: la vida, el amor, la ética, los lazos familiares, amorosos y de amistad, el egoísmo, el capitalismo, nuestra relación con los otros, nuestra relación con la muerte, cómo queremos terminar, por qué hay que estar preparados, quiénes somos…
¿Cómo son cada uno de los dos personajes que vemos en escena?
Son sobre todo personas –nos gusta alejarnos del concepto de ‘personaje’–, dos personas unidas por lazos familiares que comparten el hambre inacabable de conocimiento, que son amantes de lo poético y que tienen profesiones y maneras de mirar la vida muy distintas. El padre era profesor de historia económica y la hija es dramaturga y actriz. El yin y el yang en el escenario. Para usted, uno de los momentos más emotivos de la pieza se produce cuando… Cuando ella cuenta una vivencia que compartió con su padre. Es la de ella, pero podría ser la nuestra. Un momento de ‘comunión’ con su figura paterna. Pura emoción.
¿Dónde está el foco en su dirección?
Este es un espectáculo que, partiendo de la pulsión de la muerte, habla básicamente de la vida. En su opinión, una de las ‘enseñanzas’ que deja este espectáculo que aborda la vida a partir de la muerte es… No se lo voy a contar. Son muchas… ¡Vengan a ver el espectáculo! No les decepcionará, ni en cuanto a emoción, ni en cuanto a ‘enseñanzas’.
¿Por qué recomienda este estreno a los amantes del buen teatro?
Por la aproximación a este tema tabú que es la muerte. No saldrá decepcionado. Incluso diría que hemos creado una pieza sanadora. Y porque quien mejor se ha aproximado a ella son los poetas. Y los poetas son hermanos de los dramaturgos.
¿Qué otros proyectos tiene entre manos?
Un espectáculo sobre el 23F. Y otro sobre un ‘chiringuito’ que desborda pasiones.