¿Por qué Poncia?
Luis: Mejor contestar para qué, que nos lleva hacia adelante: para seguir defendiendo poder vivir el amor en libertad.
Ahí es nada… Y en el Teatro Español, nada menos…
Lolita: Cuando yo piso un escenario voy a entregar mi corazón. Me dejo fluir por lo que estoy diciendo y por lo que estoy sintiendo y para una actriz tener un texto como este y tener un marco como el Español o como muchos de los teatros que voy a visitar a lo largo de toda esta gira… El Teatro Español siempre ha sido un referente. ¡Y ya estoy aquí! El 3 de noviembre estaré en el escenario disfrutando esta Poncia. ¡Tengo 65 años y quién me iba a decir a mí que a mi edad iba a pisar este teatro con este texto!
Creo que en el germen hay una bonita historia que implica a Lola Flores, ¿no?
Luis: En el año 1984, Miguel Narros, director del Teatro Español de Madrid, encargó un nuevo montaje de “La casa de Bernarda Alba” al director José Carlos Plaza. Este propuso a Lola Flores para el personaje de La Poncia. Lamentablemente, Lola no pudo hacer el montaje. Al saber esta anécdota, me llegó la idea de leer la obra de nuevo y descubrir si podía rescatar el personaje y hacer una creación escénica a partir de él. Vi el increíble material dramático que encerraba Poncia y seguidamente llamé a Lolita Flores para proponerle que hiciera este personaje.
Lolita: Mi madre se quedó con la pena de no interpretar a Poncia, pero algo de ella llevo yo dentro de mí y, si es verdad que la energía no muere, sino que se transforma, ella lo estará disfrutando.
¿Qué tienen los criados y las criadas para ser personajes tan fascinantes?
Luis: Encierran los secretos de lo que ocurre dentro de las casas y son portadores de la sabiduría de las clases populares.
¿Lorca y sus grandes personajes no dan un poco de miedo?
Luis: Al revés, son próximos y nos susurran aliento de vida.
¿Y por dónde empieza uno, Luis, cuando abre “La casa de Bernarda Alba”? Aunque buscara a Poncia se antoja difícil.
Luis: Por el final, por el silencio decretado, ahí viene la reflexión y la oportunidad. En el silencio Poncia se rebela y comienza a hablar.
¿Qué vamos a ver en este montaje, de qué habla, en qué llagas mete el dedo?
Lolita: Luis ha sido muy inteligente en sacar un spin-off de “La casa de Bernarda Alba”. Es muy acertado y coherente lo que ha hecho con esta mujer a la que le importan las injusticias, la poca libertad y no tener ni voz ni voto.
Luis: Habla de culpa, de libertad, del eros de las mujeres antiguas, de la educación de los varones y hembras.
¿Cómo es La Poncia de Lolita Flores?
Luis: De raíz honda, de lamentos profundos y de expresión contenida. Está fantástica.
Lolita: Creo que es de las obras que más me ha costado y que menos me cuesta también a la vez. Me cuesta porque es un texto muy poético, pero no lo puedes recitar como se recita a Lorca, como mi madre recitaba a Lorca, le tienes que poner la verdad y el peso de lo que está pasando en ese momento, la realidad. Lo tengo que decir como Poncia, es decir, sin quitarle la poesía, quitársela para que realmente pueda llegar a la gente y sea verdad lo que estoy diciendo. Me cuesta antes de salir, una vez que estoy en el escenario, todo fluye. Yo creo que en otra vida he sido Poncia, porque me sale por los poros de mi piel.
Hay un rasgo muy interesante, su libertad para sentir en una época en la que a las mujeres la libertad les estaba prohibida.
Lolita: Poncia lleva en esa casa muchos años, pero Poncia está casada, tiene sus hijos y sabe lo que es el amor y sabe lo que es parir y sabe lo que es criar a sus hijos y sabe lo que es haberse sentido amada y eso es algo que Lolita también sabe y, por lo tanto, se lo lleva al escenario y se lo pone a Poncia. Me quedo con su libertad. En mi casa las mujeres han sido siempre muy libres. Entonces, estoy muy cerca de ella. La libertad la llevamos dentro, la libertad, la justicia y todo esto es Poncia. La culpa viene por no haber tenido la fuerza suficiente de haber parado lo que sabía que se venía encima. Esa es su culpa, pero me quedo con el corazón de Poncia, porque, aunque parece una mujer muy dura, en cuanto se le rasca un poquito se ve la sensibilidad que tiene.
Luis: Habla de suicidio, de culpa, de clase, de educación, de sexo, de libertad, de oportunidad de sanar las heridas y tener una vida digna.
¿Cómo se ve la casa y esa familia desde los ojos de Poncia?
Luis: Como un convento de pena, como una cárcel donde la única posibilidad que queda es la de huir.
¿Y cómo es la puesta en escena?
Luis: Poética y simbolista.
¿Qué tienen que decirnos Lorca y La Poncia a los espectadores de hoy?
Luis: Que seamos libres para elegir a quién amar y que nos eduquemos en la empatía y en el amor al prójimo.
Lolita, ¿qué diferencia hay entre el autor y el director?
Lolita: El director y el autor se han mimetizado. En todo caso se podría hablar del autor y el director con el autor, que es Federico García Lorca. Yo digo que se han juntado las tres eles, y parece ser que es para bien, Lorca, Luque y Lolita. Creo que lo que hemos hecho ha sido con el corazón y, sobre todo, hablando desde la verdad. El autor y director ha llorado, hemos cambiado, hemos reído, algún día que otro yo he venido con la cara más larga y él también, pero siempre con muchísimo cariño, con muchísimo respeto y, sobre todo, con mucha admiración, que es lo que hay que tener a la hora de trabajar juntos.
Luis, ¿cómo es trabajar con Lolita?
Luis: Muy fácil y divertido. Jugamos como niños y para mí es como jugar con una hermana.