• Háblennos de “Todas las mujeres” y de esas llagas en que mete el dedo.
Es un texto fantástico que con hu-mor inteligente nos hace preguntarnos si lo que realmente pensamos, decimos y hace-mos es coherente o si tergiversamos nuestra verdad para aprovecharnos de una persona o de una situación. ¡Es como un examen de conciencia divertido!
• Nacho va a enfrentarse a las mujeres de su vida. ¿Quiénes y cómo son todos?
Ona es una chica llena de fuerza, ilusión, es juguetona, inteligente y aventu-rera. Hace poco que ella y Nacho se cono-cen, pero la química entre ellos es muy fuer-te, están en ese punto en el que todo suma y las cuentas siempre cuadran pero de pronto… Su historia es la de cómo se crean esas deudas.
• Y una frase …
“Quiero que seas mi esclavo”.
• Y al frente del proyecto, Veronese…
Es mi primera vez con Daniel y es como cumplir un sueño. Al terminar el primer curso de arte dramático, pasé los tres meses de verano en Buenos Aires para continuar mi formación. Conocía y admiraba el trabajo de Veronese y ¡tuve el privilegio de asistir a una de las representaciones de “Tea-tro para pájaros” que se hacían en su propia casa! ¡He fantaseado tanto con trabajar algún día en un montaje suyo que ponerme ahora en sus manos es una pasada!
• Supongo que, grandes o pequeñas, todos tenemos cuentas pendientes. ¿Alguna que pueda contarse?
LUCÍA: La que tengo en el bar de abajo (risas). ¡Mejor saldar las cuentas cuanto antes, que luego se acumulan y te pasa como a Nacho! Yo procuro no dejarme nada pendiente. Tampoco conmigo misma.