No hay pandemia que pare a Magüi Mira, ¿no?
(Risas) Yo pienso que la pandemia es una catástrofe y de las catástrofes solo se puede salir arriesgando, trabajando y pelándote las manos y las rodillas, no hay más remedio. Y afortunadamente eso yo sola no lo puedo hacer.
Estoy de la mano de un productor como Jesús Cimarro que arriesga, que sigue arriesgando… Piensa que nuestro trabajo es un trabajo sin red, porque nosotros no cerramos, seguimos trabajando, ensayando, levantando una función, un equipo muy grande de actores, colaboradores artísticos, técnicos y luego veremos si llegamos al público, que es de lo que se trata.
Seguimos trabajando con nuestra responsabilidad y el compromiso total y luego si la situación sanitaria y política nos lo permite llegaremos al público.
He llegado al público en los tres casos que tú acabas de mencionar. Con mucha complicidad. Se establece además una complicidad con el público maravillosa. En “Penélope” la gente se quedaba a ver si quedaba una entrada libre.
El público se está portando…
Yo pienso que la mayoría de la gente que pisamos y habitamos este país es responsable, lo que pasa es que el virus se contagia de una manera muy rápida y hay un porcentaje minoritario que no se compromete, que viven una doble vida, ellos están bien y lo que pasa pertenece a una película, no tienen conciencia, pero eso es una minoría porque la gran mayoría yo creo que lo estamos haciendo de una manera muy comprometida, muy responsable.
Nunca ha habido un foco de contagio en un teatro ni en un cine ni en un concierto ni en un lugar donde palpite la cultura.
Y el público, qué te voy a contar. También corre riesgo, porque salen de su casa, van andando o cogen un transporte, están en contacto, saben que entran en un lugar que está desinfectado, nadie se quita la mascarilla, no se habla, los actores y actrices confían porque, es verdad, nosotros estamos todo el tiempo con pruebas, con un compromiso vital importante para no dar ningún paso que nos pueda poner en riesgo a nosotros porque ponernos en riesgo nosotros es poner en riesgo también al público y tener que cerrar el teatro.
Yo creo que estamos ahí también en este momento en que hay que tener conciencia y responsabilidad todas las artes escénicas y el público, que sin el público no tendrían razón de ser estamos, somos muy cómplices y estamos haciéndolo lo mejor que sabemos, o sea, bien.
Háblenos de “El abrazo”…
Este texto es un cuento, los cuentos no son verdad y tienen un final feliz. Este es un cuento, escrito por xxxx, que como todos los cuentos está en el realismo mágico, pero con una salvedad, este cuento sí es de verdad y este cuento nos toca profundamente porque nos pone a prueba ante la capacidad de amar que teóricamente todos creemos que es infinita y luego cuando te pones a prueba con una dura realidad delante las cosas son diferentes. Por eso te digo que este cuento es de verdad y no tiene un final feliz.
Es una comedia, es un texto que también me impactó, me impresionó porque algo que es una tragedia que estamos viviendo a nivel global, cada vez crecen los muros, cada vez nos separamos más, cada vez el mundo occidental, el primer mundo está más lejos del tercero, eso genera gran desigualdad, genera mucho sufrimiento en la gente, pues esta tragedia ella es capaz de tratarla con un bellísimo vuelo poético y con mucho humor y eso a mí me sorprendió como yo también creo que va a sorprender al espectador.
¡Qué importante es el humor!
El humor… Fíjate qué palabra tan mágica también, hablando de la magia de la vida. El humor es el antídoto al tanatos, a la depresión. En la depresión te falta el impulso, te falta la tecla que tienes que apretar para levantarte de la cama y vivir, porque la vida es resolver y el humor es el antídoto para este momento en que estamos todos hartos, cansados, deprimidos, porque estamos viviendo un momento muy duro y que se hace muy largo, que no vemos la luz…
El humor para mí nutre el deseo. El humor es un perfume en tantos frasquitos distintos, ¿no? Mal humor, buen humor (risas).
El humor que entendemos por la risa que en este momento necesitas sobrevolar un poquito por encima del paisaje que en este momento es muy trágico y yo creo que el humor, el buen humor, impulsa el deseo, el humor que te maneja las hormonas positivas para poder sonreír y reír, ese humor está trufado en el deseo y esta función tiene que ver con el deseo. El deseo de querer amar y de ser amado, que es para mí el deseo primordial que te hace salir de la cama. De ahí “El abrazo”…
¿Qué tiene que tener un proyecto para que Magüi Mira se lance?
El deseo (risas), que es un impulso que a veces no es racional, que a veces es inexplicable. Es una fuerza que aparece desde el convencimiento, el deseo de querer contar esa historia, de querer llegar al público contando esta historia.
Ese es el primer impulso, porque luego si no encuentro eco en el productor que quiera y que vibre como yo y que quiera contar la historia, no hay siguiente paso. Y el siguiente paso es María Galiana, Jean Cruz y Juan Meseguer, en este caso, es decir, actriz y actores que se comprometen con el proyecto y que quieren también contar la misma historia. Hacemos el viaje juntos. Yo sin eso…
Te diría que hay textos que tengo ahí en el cajón esperando porque yo los quiero contar, pero el teatro es suma, solo es imposible.
En teatro necesitas el texto, necesitas producción, necesitas luego a alguien que conecte con el público, es decir, la prensa, necesitas unos intérpretes, actores, actrices que quieran hacer el viaje.
Luego necesitas unos colaboradores, que en este caso, yo siempre primero busco la ética primera del texto para traducirla a una estética determinada que potencie el pensamiento, que potencie la ética y en este caso está Eduardo Moreno con el espacio escénico, maravilloso, Guerra con unas luces, está Elena Sanchis con el diseño de vestuario… Todo para que llegue al espectador, todo es un lenguaje, sumamos, queremos crear un lenguaje para que llegue la historia. La historia está llena de humor, de emoción, que te abduce, que te atrapa, que te lleva a veces a la ternura, a veces a la risa, a veces a la sorpresa y a veces al dolor.
Cuando en 2019 recibió el premio Valle-Inclán por “Consentimiento” tuvo un recuerdo para todas las mujeres de la escena, desde las taquilleras hasta las que limpian los patios de butacas. Desazona pensar que tengamos que seguir visibilizándonos, no?
Sí, pero al contrario, pero vamos a ver el lado positivo, hemos avanzado muchísimo. Ahora podemos visibilizarnos y se nos escucha y se acepta dentro de una normalidad, antes eso no se podía hacer, en cambio ahora sí. Ahora podemos hablar de que queremos nuestro lugar y de que queremos nuestro lugar en la vida y queremos nuestro lugar sin desplazar a nadie, esto no va de una guerra de sexos y esto se está entendiendo.
Hay mujeres que lo toman de una manera, que lo toman de otra y yo creo que la palabra feminismo está en estos momentos sufre un gran desprestigio por todavía muchos sectores que no quieren ceder el poder que han tenido siempre en una sociedad patriarcal en la que vivimos todavía, pero yo te digo que no hay mujer ni hombre que con sentido común nada más no sea feminista, aunque no lo reconozca, aunque no lo sepa.
Dime una mujer a la que le parezca bien cobrar menos por el mismo trabajo, no existe, dime una mujer que no quiera que su hija o su hijo pueda llegar a casa sin ser acosado por precisamente por sexo, por tu coctel hormonal, dime qué hombre o qué mujer no quieren que su hijo o hija lleguen a la hora que sea respetados, cojan un transporte público o vengan andando, dime qué hombre o mujer no quiere que su hijo o su hija por una condición de sexo, de sexualidad no sufran bulling en una escuela, dime qué hombre o mujer no quiere que su hijo o su hija tenga la libertad de vestir como quiera sin que eso sea una concesión a un posible acoso, nadie, nadie.
Con lo cual estamos todos buscando una sociedad paritaria en la que juntos, hombres y mujeres, seamos más felices. Eso es luchar por la igualdad y eso en el ámbito privado yo creo que lo hace todo el mundo. Porque quién puede aceptar que su hijo o su hija por el mismo trabajo cobre menos, quién te puede decir que está de acuerdo, nadie. Yo lo veo en positivo porque eso antes ni se contemplaba, se daba por hecho.
Y ahora hasta se está empezando a legislar y eso lo estamos consiguiendo entre todos y entre todas, porque repito esto no es una lucha de sexos, todo lo contrario, se trata de trabajar por un mundo más paritario, en el que haya menos desigualdad. En este caso, estamos hablando, por causa del sexo, que no exista ninguna discriminación en ese sentido y yo cuando hay alguna mujer que me dice “yo no soy feminista” yo pienso “claro que lo eres, aunque no lo admitas, aunque no lo sepas, aunque no seas activa”.
Incluso estoy segura de que también eres activa, aunque no lo sepas, porque hay cosas que ya no se pueden admitir y eso ha sido un grandísimo logro, grandísimo logro y el hecho de que podamos seguir hablando como estamos hablando tú y yo ahora sigue siendo un gran logro.
Antes, todavía hay partes del mundo en las que no se puede hablar de este tema, por hablar de este tema hay cárcel y todo tipo de represiones. Ya solo el hecho de hablar significa que estamos en una democracia, que hemos avanzado muchísimo y que podemos visibilizarnos.
“Festen”, “Consentimiento”, “La culpa”, “Las amazonas”, como actriz, como directora, como dramaturga, ¿su trabajo siempre es compromiso?
Uno se levanta y aunque no seas consciente ya estás adquiriendo un compromiso. En la música que pones, en la radio que pones, en la cadena de televisión que pinchas, en lo que desayunas, en la ropa que te pones… porque todos esos gestos cotidianos antes han supuesto una elección. Cualquier gesto cotidiano.
En cada decisión, por pequeñita que sea, hay un compromiso, porque la vida es eso, elegir y cada vez más. Yo soy niña de posguerra y ahí teníamos un abriguito para cinco años y desayunábamos todos los días lo mismo (risas), pero ahora todo es compromiso porque estas pequeñas decisiones de la vida cotidiana hacen que cosas crezcan y otras desaparezcan.
La vida es compromiso. Y claro, la vida del trabajo infinitamente más. Para mí el compromiso es el antídoto a la frivolidad, pero incluso yo voy más lejos y te digo que, lo que más me preocupa es el viajar, el vivir en la superficie, la falta de compromiso, la frivolidad, incluso ahí, en esa estratosfera de la frivolidad sin raíces ningunas también estás actuando con compromiso aunque no seas consciente. El compromiso para mí es sangre en la vida. El primer compromiso es contigo, es inmoral muchas veces la falta de compromiso que tenemos con nosotros mismos. En este caso con la pandemia ni me hables, es inmoral no comprometerte al cuidado y lo prudentes y el cuidado que tenemos que tener con nosotros mismos, ese es el primer compromiso.
Compromiso es como una especie de complicidad acordada para llegar a un objetivo. Y efectivamente yo me comprometo cuando abordo un trabajo. El momento en que dirijo es el gran privilegio porque yo puedo colocar el foco en ese texto, en ese trabajo como yo lo entiendo, como yo lo vivo, con mi compromiso de vida y ahí, claro que me comprometo, me comprometo con el pensamiento, me comprometo con la belleza, que para mí es una emoción, me comprometo con el respeto a todo el equipo, con el respeto a mí misma, es decir, yo tengo que confiar en mí porque si no tampoco podría pedir a los demás que confíen.