Ha dicho que cuando se acercó a este texto por vez primera, lo hizo con recelo, que le parecía un atrevimiento. ¿Qué pensó después de leerlo?
Que es una obra para la Historia del Teatro Español. Ahí quedará ya para siempre. Como si Lorca hubiese querido que se rematara su Bernarda Alba.
8 años después de la muerte de Adela, Bernarda y Poncia se encuentran frente a frente. ¿Qué ocurre ese día de verano? ¿Qué es “Bernarda y Poncia (Silencio, nadie diga nada)”, a qué nos enfrenta?
A la vida de esos dos personajes antes y después de lo acontecido en “La casa de Bernarda Alba”.
¿Y cómo son estas dos mujeres, qué nos contaría de estas Bernarda y Poncia?
Yo no quiero contar qué es la obra, quiero que la vean y aprecien su belleza.
Sobre las tablas, Pilar Ávila y Pilar Civera. ¿Qué nos diría de ellas?
Son dos magníficas actrices dotadas de talento, con las que tengo la fortuna de trabajar en otras obras. Con Pilar Civera en “Leonor de Aquitania”, de Alfredo Cernuda, y con Pilar Ávila en “Baile de huesos”, de Elena Belmonte.
Un texto maravilloso que suena a Lorca, dos grandes actrices, ¿dónde ha querido poner el acento Manuel Galiana a la hora de dirigir el montaje?
En la vibración de sus emociones de mujer. Puro teatro.
¿Qué tienen que decirnos Bernarda y Poncia a los espectadores de 2024?
El lenguaje de las pasiones, del amor, de la belleza literaria nos conmueven por los siglos de los siglos.
¿Lorca no se acaba nunca?
No, claro. Es una voz universal.
¿Ha imaginado alguna vez una vida lejos del teatro?
Sí… pero no puedo.
Ha contado que cuando era alumno del instituto San Isidro de Madrid decidió que no quería ser otra cosa que no fuese actor por culpa de Antonio Ayora. ¿Qué les diría el Manuel de hoy a aquel Manuel y a su profesor de Literatura?
No por su culpa, sino gracias a él. Le doy las gracias todos los días por lo que me enseñó. Y a Galiana le digo: “Acertaste, para esto naciste”.
Su pasión por el oficio le llevó a fundar en 2004 la compañía Martes Teatro y en 2013 la sala de teatro Estudio 2 Manuel Galiana. ¿Cómo ve el presente y el futuro del teatro? ¿Tenemos cantera?
El teatro es una necesidad de la condición humana. Desde pequeñitos necesitamos que nos cuenten el cuento. Y sí, tenemos una magnífica cantera de apasionados por seguir haciéndolo. Yo lo disfruto con la gente que viene a mis clases.
¿Por qué no podemos perdernos “Bernarda y Poncia (Silencio, nadie diga nada)”?
Hay que aprovechar cualquier ocasión que la vida nos ofrezca de enriquecer nuestra sensibilidad.
¿En qué otros proyectos anda Manuel Galiana?
En la preparación de un montaje de “El enfermo imaginario” de Molière, que se estrenará en sesión de cámara en el Teatro de la Comedia el 22 de abril y luego pasará a representarse en nuestra sala.