Entrevista a Marcos Fernández Alonso por Dime que todo está bien y Un peral entra por la ventana

 Una comedia agridulce, una comedia mágica, Chéjov, los hermanos Marx y Juan Tamariz reunidos en dos textos. 
“Dime que todo está bien” es…

La primera obra que escribí, una comedia joven, optimista y que mezcla el humor y la ternura. Me encanta la mezcla de humor y ternura. Transcurre en 24 horas en una ciudad y son personajes que acaban de sufrir un desengaño amoroso y se van cruzando entre sí, cada uno con su dolor, y creando situaciones muy graciosas porque son personajes desesperados en un día teóricamente horrible.


¿Y “Un peral entra por la ventana”?

Es mi última, una comedia, la gente se ríe, pero tiene una mayor carga dramática. Me muevo en el terreno de la dramedia. Es una familia de izquierdas con una madre muy dominante sobre los hijos y unos hijos que tienen 40 años y todavía son dependientes de la madre. Es un poco el retrato de mi generación. Es más reflexiva y suscita debate, no solo político, sino también moral, y una reflexión sobre las generaciones, si la generación que está en torno a los 40 ha logrado o no hacer su vida.


¿Qué ha que tener la buena comedia?

Inteligencia. La buena comedia necesita conocimiento del ser humano, porque es más graciosa cuanto más verdadera es. A pesar de que la situación sea un disparate, cómo reacciona el personaje es lo que nos da la clave de la verdad. Si logras eso y, para mí, añades la ternura, comprendes los personajes, los entiendes y los disculpas y los quieres, tienes una comedia estupenda, que puede estar años en cartel. Y el ritmo también, la sucesión de gags tiene que ser continua.


¿Alguna vez le han dicho “¡Qué malo!”?

(Risas). Creo que el peor en ese sentido soy yo mismo. Todo lo que he escrito, siempre he estado a punto de no estrenarlo, siempre ha habido un momento en el que me pareció un error absoluto y siempre han sido los demás los que me han tenido que decir sigue, esto funciona. No me fío de mis sensaciones y necesito que alguien de fuera me diga que voy bien porque mis primeros pensamientos son que no es gracioso o que no interesa.


¿El humor en tiempos de pandemia sirve para algo?

El humor sirve para todo siempre, especialmente en pandemia. Para mí el humor es sanador.


¿Se puede escribir una comedia de la situación actual o no todo da para hacer comedia?

Yo creo que la comedia puede entrar en cualquier sitio, pero la comedia también es muy racional y exige un pelín de distancia para comprender la situación en su totalidad y para que sea buena. Lo cual no significa que no se pueda hacer una buena comedia inmediatamente sobre la pandemia, pero tengo la intuición de que las buenas comedias sobre lo que estamos viviendo llegarán en los siguientes años.


¿De qué se ríe Marcos Fernández Alonso y qué no le hace ni pizca de gracia?

Me río de las personas que quieren mucho lograr algo y la vida se les complica, me encanta ese tipo de gente, me hace muchísima gracia. Y no me río de la crueldad gratuita No hay ningún tema que me parezca especialmente tabú, es más cómo se trata ese tema que el tema en sí.


¿Por qué tenemos que ir a Nueve Norte?

Primero por la risa, porque si la comedia es sanadora, la risa es la píldora, la medicina. Y luego porque el público va a salir contento, ‘enamoriscado’. Yo no lo esperaba, pero el público sale fascinado con los personajes y con optimismo. Yo soy un pesimista optimista, creo que todo va a salir mal pero que luego va a ocurrir algo y vamos a salir adelante. Y esa sensación de que al final ocurra lo que ocurra vamos a salir adelante está en las dos comedias.

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