Si les digo Picasso, ¿cuál es el primer recuerdo que les viene a la cabeza?
María: Quizá la famosa paloma de la paz que pintó, que se convirtió en icónica y en España en los años 80 aparecía a menudo en pósters y carteles.
Joan: Yo trabajé un tiempo de guía, comentando las exposiciones y el recorrido por las diferentes piezas que había, en el museo Picasso de Barcelona.
¿Y su Picasso favorito?
María: Para mí es un autor controvertido, que he aprendido a apreciar a través del proceso de investigación para la escritura de la obra. Diría que me enamora una lechuza de cerámica que está en el Museo Picasso de Málaga.
Joan: Una de las cosas que pesan mucho después de haber trabajado tanto tiempo ahora con Picasso es que me cuesta diferenciar el Picasso pintor del Picasso personal y al mezclarlo todo te diría que el Picasso niño.
¿Cómo surge este proyecto?
María: Los Rhum & Cia. han venido a Price con casi todas sus creaciones. Teníamos ganas de una colaboración y les propuse que abordaran la figura de Picasso, porque la perspectiva del payaso me parecía óptima para todas sus contradicciones. Ellos me propusieron, de vuelta, que escribiera yo el texto.
¿Por qué María Folguera?
Joan: En primer lugar, porque está muy bien que sea una dramaturga y, en segundo lugar, porque ha escrito un maravilloso texto. Yo no conocía a la María Folguera dramaturga y me he llevado una grata sorpresa, porque no solo nos ha presentado un texto contemporáneo, un texto del siglo XXI, un texto para discutir desde ahora a este Picasso, sino que, además, lo ha hecho conociendo muchísimo a esta compañía. Nos ha dado las herramientas para trabajar desde una teatralidad muy particular sin que renunciemos a ser Rhum & Cia.
Picasso es, como dicen, el gran triunfador del siglo XX. ¿Qué vamos a descubrir de este genio en este espectáculo?
María: Precisamente cómo se construyó a sí mismo como genio, qué máscaras conforman ese disfraz de ‘lo genial’. De rey, de monstruo, de payaso, de cómo atravesó amistades, amores y miedos protegido con sus disfraces de emperador.
Joan: Vamos a descubrir si debe diferenciarse entre gran genio, lo que convierte en genio, que sería su obra artística, y la persona, pregunta que se podría extrapolar a todo el mundo del arte en general. Si en el siglo XXI esta diferenciación cabe.
Un artista que representa el siglo XX con toda su crueldad, violencia, pasión, excesos y contradicciones. ¿Cómo se imagina un Picasso para la pista de circo?
María: Jordi Martínez encarna a Picasso y es asombroso verlo en acción; tiene todo el exceso del payaso y la sutileza del actor para reunir la cólera, la manipulación y el carisma de un gran seductor.
Y Joan, magnífico payaso carablanca, actor y creador, ¿cómo es un retrato de Picasso en clave de Rhum & Cia.?
Joan: Es un Picasso que tiene que ver mucho con sus primeras épocas, con las épocas azules, con las épocas rosas, en clave de arlequín, en clave, como dice también el título, de payaso, también en clave de monstruo y también en clave de rey de mercado, de este genio que decíamos del siglo XX.
¿Qué es “Picasso (Rey, monstruo y payaso)”? Cuéntennos más.
María: Es un retablo a la usanza cervantina en la que Ramón Gómez de la Serna, amigo de Picasso, nos desvelará las tres máscaras que definen el mito de Picasso. Es un espectáculo lleno de talento, con música y composiciones originales en directo, humor y un homenaje visual a las distintas etapas picassianas.
Joan: Es una discusión en escena de un grupo de amigos que admiran a este genio y le van presentando y representando para ganarse la vida a partir una conmemoración, y vamos viendo también estas grietas que tienen algunos cuadros de Picasso, estas grietas que tiene la idea de genio sin desmerecer, que lo es en algún campo. Y esta discusión hecha por amigos de Picasso nos lleva a hacernos algunas preguntas y reflexiones.
¿Y qué personajes habitan esta historia?
María: Recorreremos el laberinto picassiano para encontrar al Minotauro, a Dora Maar, a Apollinaire, a Françoise Gilot, a Ramón Gómez de la Serna y a otros menos conocidos como Carles Casagemas, amigo de juventud cuyo final marcó para siempre a Picasso.
¿Cómo es la puesta en escena, Joan?
Joan: La idea era crear un marco donde nuestros lenguajes fueran posible. Este marco es una especie de bar donde se reúnen habitualmente estos amigos a jugar sus partidas, a hablar de sus cosas, a comentar sobre el mundo del arte, pero también del momento en que les ha tocado vivir; esos cafés de artistas y a partir de ahí se genera un ambiente muy cabaretero donde va a transcurriendo en tres grandes bloques la vida de Picasso.
¿Y los espectadores cómo tenemos que ir a ver este Picasso?
Joan: Quienes nos conozcan con la actitud de “A ver qué nos hacen esta vez” (risas). Con la actitud de que les sorprendamos, pero también con la fidelidad de que lo hacen unos payasos a los que les gusta investigar, unos payasos cuyos espectáculos están llenos de mala leche, pero también de cierta poética. Y también haciéndonos todos las preguntas de a qué responden las necesidades que tenemos de conmemorar tanto a nuestros genios.
¿Qué implica para María traer a Rhum a su casa y para Rhum volver al Price?
María: Siempre he admirado su trabajo y desde hace años han pasado por Price con sus creaciones; también me ha alegrado ver cómo triunfaban en otros teatros de Madrid. En esta ocasión creo que no podíamos tener una mejor participación en el año Picasso que conmemora su muerte.
Joan: Significa una parte de nuestro ADN, de nuestra historia, significa nuestra puerta de entrada en Madrid. Nosotros partimos de Monty, es nuestro referente, y él también dirigió el Price un tiempo. Siempre es un privilegio estar aquí, significa estar en casa.
¡Menudo arranque, María! ¿Qué balance hace de este tiempo al frente del Price y qué más nos depara esta temporada?
María: La mayor satisfacción tras estos años es la de contemplar un sector circense madrileño que ha trabajado unido para generar tejido; se han abierto espacios de creación y se han estrenado hermosos trabajos. Buena prueba la tendremos en la temporada: “Mahmud y no solo Mahmud”, de Zenaida Alcalde y Silvia Albert Sopale, junto con compañías internacionales como Les 7 doigts de la main.