Dice que parece que hemos olvidado lo que se siente cuando alguien a quien quieres te ignora, pero es lo que les pasa a muchos niños. ¿Qué es el phubbing?
Creo que el término en castellano es ningufoneo: cuando ninguneamos a una persona mientras estamos con el teléfono.
Más del 32% de los niños en España sienten tristeza e infelicidad. ¡Qué duro!
Desde el espectáculo lo que pretendemos es hacernos conscientes de esa dureza. Cuando leemos la cifra se nos hace muy duro, pero parece que eso viene de la nada y viene de acciones muy concretas. La tecnología tiene mucho que ver con la tristeza digital, con todas esas personas absolutamente enganchadas y con cómo estas tecnologías impactan en su día a día y en su autoestima.
“PLAY!” es el resultado de una nueva edición de Nuevos Dramáticos.
Es un proyecto del Centro Dramático Nacional que tiene como misión poner a los niños en el centro de la creación. Son niñas y niños de entre 8 y 11 años. Durante todo el año he ido desarrollando la dramaturgia con ellos en base a conversaciones, juegos, diálogos, a cosas que han ido surgiendo en un espacio seguro, de confianza y de libertad, donde ellos han ido exponiendo qué es lo que piensan en relación a esto de los teléfonos móviles. Y con eso hemos ido configurando una dramaturgia que deriva en lo que ahora es una pieza artística. Este es un poco el proyecto, acercar las artes escénicas a las niñas y a los niños, haciéndoles muy partícipes de toda la creación, desde el vestuario, la dramaturgia, el diseño del espacio…
¿Cómo se trabaja con ellos y ellas?
He tenido la suerte de trabajar con Lucía Miranda y Nacho Bilbao, también con mi ayudante, Paco Gámez. Ha sido un proyecto muy bonito, también intenso, porque los niños son muy intensos, tienen una gran frescura, muchísima honestidad, tienen menos filtros que los adultos y sus conversaciones muchas veces son oro. Ha sido muy divertido, muy honesto, muy abierto y muy de compartir y de sorprendernos los unos a los otros.
Y de aquí nace “PLAY!”.
“PLAY!” es un espejo de nuestra sociedad que tiene parte de humor, de crítica social. Es un espectáculo duro, pero a la vez divertido, que nos devuelve este reflejo en el espejo de la sociedad que somos y que estamos creando. Las niñas y los niños nos han contado qué es lo que les sucede a ellos como consecuencia de lo que nos sucede a nosotros, los adultos. Nos cuentan qué es para ellos jugar; les ayudamos a ver cómo ha mutado el juego como elemento de desarrollo y, a partir de ahí, abrimos la mirada al futuro. A ver qué está pasando, por qué los padres no jugamos con ellos, qué dependencias tenemos los adultos, y consecuentemente estamos generando en los más pequeños, y ver este recorrido tan frenético que ha tenido la tecnología en los últimos años imaginando a dónde nos puede llevar si no ponemos remedio, si no les ayudamos a aprender a utilizarlas.
Sobre las tablas, Kepa Errasti, Getari Etxegarai, Ariana Martínez, Luis Sorolla y los Nuevos Dramáticos. ¿Cómo es la puesta en escena?
Es una puesta en escena contemporánea. Un espacio que nos remite a este futuro, diáfano, limpio, donde los niños y las niñas son protagonistas sin grandes elementos escenográficos, pero sí dentro de un contexto que nos sitúa también al público muy cerca. Nuestro primer objetivo es hacer partícipe al espectador de lo que estas niñas y estos niños piensan para preguntarles qué piensan ellos y ver dónde están esos puntos de unión. Es un espectáculo ágil, que tiene una parte nostálgica, porque hace un recorrido por estos juegos que los adultos hemos vivido para llevarlos a los juegos que están viviendo ellos y ellas y hacer un balance de cómo la historia y el devenir del tiempo va mutando a las nuevas generaciones y las va llevando hacia lugares que no pensábamos.
¿Qué le gustaría generar en el público?
Me gustaría generar un espacio de debate, de reflexión. “PLAY!” puede ser un buen espectáculo para tomar conciencia. Ellos nos van a decir: “Os estamos viendo así y nosotros estamos enganchados a las panta-llas porque vosotros estáis enganchados a las pantallas”. En ese sentido, yo creo que es un buen revulsivo para hacer balance y para que cada uno se responsabilice de alguna manera de cuál es el uso que hace de las tecnologías y qué tipo de impronta está dejando en sus hijos e hijas.
¡Qué importante!
Pero no es una cosa panfletaria, porque el espectáculo se hace cargo de la situación, de que las nuevas tecnologías lo invaden todo, de que los padres y madres tenemos muchísimo trabajo y, a veces, no es fácil lidiar con la crianza. El espectáculo simplemente plantea preguntas, que no miremos a otro lado, esto está sucediendo y nos está poniendo tristes. Ver qué pequeñas cositas se pueden cambiar. Yo creo que la gente que venga a ver “PLAY!” puede adoptar pequeños cambios en su día a día, en su vida cotidiana, para mejorar y sobre todo para tener a su hijo o hija más presente en sus vidas y plantear un tipo de crianza donde las nuevas tecnologías se usen de manera responsable.
¿En qué más anda María Goiricelaya?
(Risas). Ando en muchas cosas. Estoy escribiendo un texto nuevo para otra compañía, escribiendo un texto que estrenaré probablemente en Uruguay el año que viene, trabajando sobre todo en mi proyecto, que es LA Dramática Errante, con el próximo espectáculo,q ue estrenamos en el Teatro Arriaga ya en el 2025. Además, sigo con la dirección del Festival de Teatro de Olite y con la dirección artística de la sala BBK. Yo diría que hay muchos frentes abiertos, muy bonitos, y también haciendo hueco a nuevos proyectos, con nuevas ideas y generando lo que ya va a ser el año 25 y 26, porque el 24 lo tengo bastante ocupado.