¿Cuáles son sus primeros recuerdos relacionados con este oficio, con la interpretación, con la danza?
Mis primeros recuerdos eran los de una niña tímida y solitaria de una familia de varones a la que la abuela para animar al personal te decía “¡nena, baila!” y la nena bailaba. Mis cuatro hermanos hacían de palmeros y la abuela de reportera fotográfica. Pero mis recuerdos entrañables tenían que ver con la soledad. Me acuerdo de que bailaba en el jardín de la abuela y después intentaba dibujar los movimientos que hacía con un palillo en la tierra. Quería fijar el m movimiento…
¿Qué es lo que más le apasiona de su trabajo a María Pagés?
La danza es apasionante en todos los sentidos. La interpretación es pasión; pero también lo es la creación, la dirección y sobre todo la transmisión de conocimientos que hacemos sin saber que lo hacemos. En este momento, lo que más me apasiona es la labor que estoy desarrollando junto a El Arbi El Harti, mi marido y cómplice, en el Centro Coreográfico María Pagés de Fuenlabrada a nivel social, investigación, formación y sobre todo de sensibilización desde el flamenco sobre los valores de danza en España.
¿De dónde surge la inspiración que le lleva a crear un espectáculo, qué historias le gusta contar?
Yo no creo mucho en la inspiración y si existe, tiene que encontrarte trabajando. La inspiración solo puede existir si trabajas y trabajas duro y a la largo de muchas horas leyendo, investigando, viendo, escuchando, hablando, pensando y ensayando a rabiar. En mi caso, El Arbi y yo aplicamos el concepto de la intertextualidad a la coreografía. Una idea, un tema puede ser fuente de inspiración de otras. Nuestra investigación constituye un continuum que se desarrolla siempre en búsqueda de nuevos espacios estéticos y nuevos contenidos, pero siempre desde los principios que definen mi labor coréutica desde hace ya más 30 años. Y si buscamos el vector que les une, indudablemente es nuestra convicción de que el arte tiene una misión ética que desarrollar; tiene un compromiso social que narrar. Es nuestro intento de que la sociedad del espectáculo sea una sociedad comprometida con la vida; que es una manera también de defender la belleza como un valor humano que nos hace más humanos, más empáticos y algo más felices.
Y una vez inspirada, ¿cómo es el proceso de creación hasta que la pieza se estrena? No sé si existen unas etapas determinadas, un modo de hacer estructurado…
En mi caso, el proceso empieza en casa, hablando en torno a un buen vino un buen y cuscús. Empieza analizando los pasos dados a nivel creativo y fundamentalmente observando nuestro entorno. La idea nos lleva a una larga investigación, que en realidad siempre es un bellísimo viaje en el conocimiento: leemos, escuchamos música, vemos cosas, consultamos con amigos… Y el proceso siempre lleva a un paradigma que es fruto de la transversalidad creativa. Yo Carmen devolvía a la mujer a su realidad social para rechazar los estereotipos que el patriarcado le tiende para secuestrar su humanidad y decir no a las ideas y formas que la objetivizan, alimentando la masculinidad tóxica; Una oda al tiempo intuía el cansancio de la democracia y la irrupción de los fundamentalismos que están presentes en Yo, Carmen o en Utopía…
¿Quiénes son los referentes de María Pagés, en qué espejos se mira?
Me miro en mis espejos que son muchos. Trabajo sin descanso para hacerlos más humanos, más capaces de devolverme la imagen de la serenidad, belleza y esperanza que todos los seres humanos perseguimos para alcanzar aunque un poco esa pizca de felicidad deseada… pero que no sea de la enlatada que nos quieren vender continuamente.
Del 5 al 28 de marzo se celebra una nueva edición de Ellas Crean. Para quien no lo conozca, cuéntenos brevemente qué es, qué inspira esta cita y por qué es tan importante…
Es una cita maravillosa creada por mujeres para mujeres. Creo que es uno de momentos de sororidad y de resistencia en contra del silencio más potentes que la cultura española tiene en la actualidad. Un momento privilegiado de la cultura en femenino que sobrevive porque sus promotores son mujeres: solidarias, comprometidas, perseverantes, …
A la cita este año se suma el resultado del proyecto pedagógico con mujeres que está llevando a cabo María Pagés en el Centro Coreográfico de Fuenlabrada. Háblenos un poquito de este proyecto…
Fronteras es un proyecto del Centro Coreográfico María Pagés y del Ayuntamiento de Fuenlabrada. Nace de la empatía y la complicidad entre las mujeres adscritas al Centro Coreográfico María Pages y mujeres fuenlabreñas de los colectivos femeninos. Es un proyecto festivo, lúdico, empático y colectivo sobre la tensión y la violencia que generan los limites reales y ficticios, concretos y simbólicos y su consecuente agresión sobre la conciencia humana y su libertad e independencia. La obra-taller emana del ideal de resistencia y de la voluntad de vivir de los seres humanos como una de las constantes expresivas ineludibles de la humanidad y del arte.
Una reivindicación, una opinión, un comentario…
El mundo está pasando por unos momentos muy complejos y yo diría peligrosos. La democracia ganada a pulso y que ha generado la mejor época que ha conocido la humanidad parece como si agotara o hay quienes la quieren minar desde dentro usándolo como instrumento. Mi reivindicación es sencilla: Seamos egoístas: defendamos juntos nuestra casa común. Es nuestra. Es de todos. Es imposible que sea de unos en detrimento de otros. Y para ello, pensemos España desde su cultura porque es un paradigma fundamental de procesar la diferencia, la diversidad y la pluralidad que nos caracteriza en un proyecto hospitalario y convergente.