¿Qué peculiar historia presenta esta obra qué esencia la define?
Una que el autor extrajo de una noticia periodística. Por un lado, es una comedia negra con muchísimo sentido del humor que plantea la ineficacia de la justicia y la toma de la justicia del ‘ojo por ojo y diente por diente’ por parte de unas personas. Y al mismo tiempo que se produce esa acción, asistimos al devenir del tiempo, la pérdida del amor, el desgaste de las relaciones humanas de un grupo que son buena gente, buenas personas, buenos ciudadanos. Todo ello hilvanado hábilmente por el autor con un texto que resulta muy divertido.
¿Qué le atrajo de este texto de Alberto Iglesias para embarcarse en su dirección escénica?
Yo ya había colaborado con Alberto en numerosas ocasiones porque siempre me ha parecido un autor muy interesante y esta obra me interesó por su argumento, por el conflicto, por su desarrollo y por ese punto de vista ácido y crítico sobre las relaciones en la sociedad actual, por el sentido del humor y, al mismo tiempo, la comprensión y el precioso dibujo de los personajes.
¿Cómo se dividen los personajes en este llamativo elenco de actores?
Son cinco amigos, todos ellos jubilados de profesiones liberales –hay un arquitecto, dos médicos…–. Tenemos a dos matrimonios –el primero el que forman Gloria Muñoz y Helio Pedregal, el segundo formado por Manuel Galiana y Vicky Peña– y un amigo íntimo de los cuatro de toda la vida, interpretado por Juan Calot. El sexto personaje es un amigo norteamericano más joven que ellos, un asesor fiscal –interpretado por el propio autor Alberto Iglesias–. Da mucho gusto dirigir a gente así, la verdad es que lo estamos pasando muy bien en los ensayos.
¿Cómo logra convertir un hecho trágico –a priori– en comedia?
Tengo que puntualizar que la obra no es cómica, sino paradógica, con ese humor inglés de películas como “El quinteto de la muerte”. Es una obra irónica con un sentido del humor tremendo, muy bien dialogada, con un espíritu de observación y una agudeza de personajes y de conflictos estupenda, con el sello de una comedia negra.
La idea de este texto surgió a raíz de la noticia publicada en prensa de unos jubilados alemanes detenidos por el secuestro de su asesor fiscal en 2010. ¿Sabemos qué ha sido de ellos…?
¡No tengo la más mínima idea! (risas). Yo conozco este hecho porque el autor dice explícitamente que, para confeccionar su texto, se basó en esa escueta noticia que encontró en un periódico pero, a partir de ahí, es una obra personal donde el autor especula sobre sus temas favoritos. Parte de un hecho real y reflexiona sobre la sociedad en la que nos movemos, sobre los conflictos de los seres humanos y la peculiar alma humana del ser medio occidental inmerso en la sociedad postliberal.
¿Qué otros elementos hacen de este estreno una opción irresistible?
El hecho de que, aparte de un extraordinario reparto, he contado con un equipo artístico estupendo –que incluye la escenografía de Sebastián Rosa, el vestuario de Antonio Belart, la iluminación de Paco Ariza y mi ayudante de dirección Laura Ortega y la música de Orestes Gas–.
¿Próximos proyectos?
Tengo dos muy inmediatos: el primero, la dirección de un espectáculo de Steven Berkoff con Manu Valdivieso y Pedro Casablanc –“Decadencia”– y después, del 6 de abril al 5 de mayo me instalaré con la pianista Bárbara Granados en la sala pequeña del Español para realizar un espectáculo que ya he hecho en gira llamado “Amici miei”, que es una especie de conversación larga con el público en la que yo recito, hablo, cuento e, incluso, canto alguna canción.