Imagino que estos días habrán escuchado muchas veces los “Nocturnos” de Chopin.
Jorge: He tenido la suerte de poder tocar alguno de ellos durante la carrera de piano y durante la obra. Tienen la capacidad de abstraerte y de transitar por muchísimas emociones en un espacio muy corto de tiempo.
Marta: Hay una frase que dice Aurora – George Sand que es “Su música me curaba”. Cuando las músicas son tan poderosas, cuando vienen de músicos tan poderosos nos ayudan a sanar y a elevarnos a lugares más espirituales.
¿Conocían la historia de George Sand y Frederic Chopin? ¿Qué sintieron cuando leyeron el texto de Irma Correa?
Marta: Yo la conocía, pero no en la profundidad en la que la conozco ahora. Es la historia de amor de dos personas muy interesantes que se enamoraron perdidamente en gran parte por una gran admiración mutua.
Jorge: Yo tampoco la conocía muy a fondo. La primera vez que leí la obra de Irma Correa se me cayeron las lágrimas. La primera lectura fue muy emocional, muy emotiva, me llegaban muchas sensaciones muy bonitas y muy duras que me hicieron llorar. La segunda lectura fue entenderla, analizarla de manera objetiva.
¿Qué nos contarían de “Los nocturnos”?
Marta: Es un viaje emocional a través de estos dos personajes tan interesantes. Y tiene algo muy especial, es una pieza muy contemporánea, muy poco convencional, no tiene una línea narrativa cronológica. Es una historia que está colocada en una dimensión distinta, hay momentos en los que es una dimensión real, momentos en los que es una dimensión de ensoñación y otros donde es una dimensión de lo que le hubiese gustado al personaje y no sucedió, pero ahí está y parece real.
Jorge: Es un encuentro y un desencuentro brutal entre ellos, dos pasiones enfrentadas que encajaron en un noventa y cinco por ciento y dos personas que vivieron una soledad acompañada junto al otro.
Háblennos de sus personajes…
Marta: Fue una mujer muy, muy libre para su época que amaba la cultura, la literatura, la música y estar rodeada de gente culta e interesante. Tuvo la suerte de tener un talento muy grande, que era el de escribir bien, y la inteligencia de saber que vivía en un mundo de hombres donde ella tenía que utilizar un pseudónimo para poder publicar esas novelas. Consiguió publicarlas, tener éxito y una libertad económica que las mujeres no tenían y eso le permitió ser libre.
Jorge: Para mí era muy importante humanizarlo, intentar no acotarlo en las ideas que podemos tener de él. Lo que Chopin quiere contar, o lo que querría contar yo, es esa hipersensibilidad que tiene para todo, en las relaciones, en sus obras. La enfermedad está presente, pero estaba lleno de mucha alegría, de mucha pasión y lo reflejó muy bien en sus obras.
Dirige una grande del teatro: Magüi Mira.
Marta: Es una mujer que tiene muchísima experiencia y tenía muy claro lo que quería hacer con este texto. Ella lo ha potenciado, lo ha llevado al límite, es un montaje muy interesante y muy bello.
Jorge: Yo le tengo una admiración brutal y para mí ha sido un placer, un lujo y un aprendizaje más. Sabe muy bien cómo conseguir que tú encuentres las cosas sin parecer que ella te está dirigiendo y eso para mí es una virtud.