Entrevista a Marta Pazos por Othello

 Resulta complicado arrojar una mirada novedosa sobre uno de los clásicos más trascendentales de la historia del teatro… pero no imposible. El binomio formado por la directora Marta Pazos y el autor de esta brillante versión –Fernando Epelde– recompone el inmortal texto de Shakespeare poniendo el foco en la islamofobia, el feminicidio y la estructura misma del sistema patriarcal. ¿El resultado? Un frenazo para la consciencia y la oportunidad de abrir un debate más que necesario.   Por ANA VILLA Foto VANESSA RÁBADE
¿Qué cuestiones plantea esta versión del “Othello” de Shakespeare firmada por Fernando Epelde?

Los dos grandes temas que plantea son la islamofobia y la violencia ejercida sobre las mujeres. La versión abre, además, un espacio nuevo para los personajes femeninos. Coloca al público en sus espacios íntimos y vamos descubriendo la historia a través de sus ojos.

 


 

¿Qué historia vamos a ver desarrollada en escena?

Una mujer caucásica y un hombre otomano se enamoran perdidamente, pero son víctimas de un sistema racista y heteropatriarcal.

 


 

¿Quiénes y cómo son los personajes protagonistas de esta función?

Cito literalmente a Epelde, que lo explica a la perfección reflexionando sobre su versión: “La obra del bardo pone de manifiesto el problema de los tres cuerpos de Newton utilizando como sujetos a Desdémona, Yago y Othello para ratificar que no podemos calcular el movimiento de tres cuerpos relacionándose en el espacio. En cada función, en cada época y a cada instante, los conflictos de estos personajes se reposicionan, garantizando su vigencia a lo largo de los siglos. Desdémona, Othello y Yago están aquí para recordarnos que, como dice Copérnico, lo único seguro es el movimiento. Los astros, lo que hay bajo nuestros pies, nosotros mismos y el elenco sobre el escenario, se mueven caóticamen-te. Todo es caos. Eso es lo único que pode-mos saber con total seguridad.”

 


 

Para usted, uno de los momentos más brutales de la función se produce cuando…

Justo en este punto del texto shakespiriano: “No hay tiempo, es demasiado tarde” (la estrangula –Acto VIII–). Cuando leí la obra de Shakespeare, una de las cosas que me pareció más terrible no es solo el hecho de que Desdémona sea asesinada, sino la ligereza con la que está escrito: muere con una simple acotación. Ella es la víctima, pero el foco no está en ella. Me parece brutal en forma y contenido. Pone de manifies-to la invisibilidad de este conflicto: no es de pareja, es de un sistema.

 


 

¿En qué aspectos ha querido poner el foco de la dirección?

Percibo esta obra como una pulsión entre binomios: la mentira y la verdad, la delicadeza y la fuerza bruta, la luz y la oscuridad, lo público y lo íntimo, el amor y el odio. Me parecía natural seguir esta relación de contrarios a la hora de formular la puesta en escena, así que he introducido la comedia en la forma de contar este drama y me he rodeado de un elenco de cómicas y cómicos para llevarla a cabo. Me produce tanto dolor la historia de violencia machista que se presenta en el “Othello” que, intuitivamente, me surgió la herramienta de la comedia para digerirla y para poder atacarla con crudeza. La comedia es implacable. Es el espacio para decir la verdad más rotunda.

 


 

¿Qué hastags podrían ilustrar este espectáculo y por qué?

#BlackLivesMatter, #NiUnaMenos, #Posverdad y #FakeNews se dan cita en una historia escrita hace más de 400 años pero que, hoy en día, no resulta lejana en el tiempo: En España, desde el año 2003, han fallecido 1.084 mujeres a manos de la violencia machista. En esta versión encontrarán una montaña rusa emocional y grandes momentos de belleza.

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