Entrevista a Miguel Ángel Muñoz y Cuca Escribano por El síndrome del copiloto

 Una mujer sola en medio del Mediterráneo sobre un velero que no sabe navegar, el de Óscar. Debe cumplir con su último deseo: cruzar el Estrecho y arrojar sus cenizas en Tánger. Cuca Escribano y Miguel Ángel Muñoz protagonizan esta emocionante adaptación del bestseller “Mujeres que compran flores”, una pieza en la que Vanessa Monfort, que también firma y dirige este montaje, nos invita ser cómplices de la gran aventura de Marina en un viaje catártico y lleno de poesía y belleza.  Por V. R.  Foto ValentÍn Álvarez
¿Qué es “El síndrome del copiloto”?

Cuca: Es una adaptación de una parte de “Mujeres que compran flores” en la que narramos la historia de Marina, una mujer que decide hacer un viaje en un barco que no sabe navegar. En ese viaje de ocho jornadas se va a enfrentar a multitud de peligros, pero, sobre todo, lo que hace es un viaje emocional, revisando su historia.

Miguel Ángel: Los conflictos que plantea son los conflictos más esenciales del ser humano, que tienen que ver con la identidad, con la crisis de identidad que uno tiene a cierta edad, con la crisis de no haber llevado las riendas de su vida y de haberse dejado llevar por otro.


Vanessa Monfort dice que de las protagonistas de “Mujeres que compran flores” Marina es la que peor le caía…

 

Cuca: Es que tarda tanto en conseguir su objetivo y es tan taimada a veces… Marina se da cuenta de que nunca ha llevado las riendas de su vida, siempre se las ha entregado a sus padres, a su marido y en este viaje ella se enfrenta con su miedo, con su dolor y logra, como cuando se atraviesa una tormenta, sin resistirse a ella, sino entendiéndolo, trascenderlo. Es un final esperanzador porque al final de ese viaje decide que va a vivir su propia vida. Es una función muy emotiva. Lo que contamos tiene mucha profundidad y mucha emoción, es un viaje al interior de uno mismo, pero también estamos poniendo sobre el escenario mucha poesía.


¿Y cómo es Óscar?

 

Miguel Ángel: Es un tipo que se cree y se ha creído honesto con su vivencia, con su pasado. Una enfermedad se lo llevó y aparece en forma de fantasma para hacer las paces con Marina. Tiene que ver el no haberse podido despedir como le hubiese gustado y aprovecha esta situación para estar en paz. Ayudándole a ella a que se redescubra a sí misma él también acepta ciertas actitudes a lo largo de su relación que quizás no han sido las mejores.


 

¿Nos regalan un trocito de la obra?

Cuca: Hay una frase que decimos a medias que me gusta mucho: “Tú lo decías siempre y es verdad, la mar nunca se detiene, siempre está en movimiento”. Y él continúa: “Como la vida y hay que seguir reaccionando a ella, siempre alerta, Marina, siempre en movimiento”.

Miguel Ángel: La primera que se me viene a la cabeza es “El pesimista se queja del viento, el optimista espera a que cambie, el realista ajusta las velas”. Una de las cosas que me gusta de mi personaje es que dice frases que son para anotar en el libro que pueda tener uno en la mesilla de noche y te puedo decir un montón. Hay otra muy importante por el sentido que tiene, que le dice Óscar a Marina: “El rumbo es crucial porque no tomar una decisión es tomar una muy importante”. Hay un montón que me encantan. Tiene frases muy especiales y con un calado muy, muy grande.


Vanessa Monfort también firma esta adaptación y la dirección del montaje. ¿Cómo es, cómo es trabajar con ella?

Cuca: Ella ante todo es mi amiga. Es una mujer con unos nervios de acero. No siempre hemos podido disponer de todo el equipo, hemos estrenado derrapando, pero Vanessa ha llevado el timón con una serenidad… Tiene mucho temple, es lo que más me ha gustado de ella.

Miguel Ángel: Es un diez de mujer, de profesional. Su talento es absolutamente extraordinario. Te da muchísima libertad, pero sabe lo que quiere y no te compra nada con lo que no esté de acuerdo. Te hace sentir muy bien. muchísima confianza, que es lo más importante para un actor cuando está trabajando, que el que lleve el timón en este caso ella, nos haga llenarnos de la confianza necesaria para salir ahí a defender su texto. Y creo que es enormemente talentosa y ojalá pueda seguir teniendo la oportunidad de trabajar con ella.

De hecho tenemos otro proyecto juntos que se nos lleva atascando años y años y yo le dije “Esta la voy a hacer, pero la siguiente que hagamos juntos es esa de la que llevamos tanto tiempo hablando, así que por favor ponte a escribir”. Por otra parte también está pluriempleada y no para de escribir novelas, ese se nos va atascando, pero tengo muchas ganas de trabajar con ella siempre.


 

Cuca Escribano es también productora de este proyecto que ya es una realidad. ¿Cómo surge esta aventura?

Cuca: Yo soy amiga de Vanessa Monfort, vivíamos en el Barrio de las Letras las dos y hacíamos una cosa que se llama ‘Vino de vecinos’, nos encontrábamos, hablábamos de lo divino y lo humano y en una de estas me contó que “Mujeres que compran flores”, su novela, tuvo un corazón teatral antes de ser novela, casi un monólogo del personaje protagonista, el que cuenta la historia de la novela, que es Marina y me dijo que podría ser una adaptación y yo le dije: “Pues yo la produzco”. Y ni cortas ni perezosas nos pusimos a ello hace tres años ya (risas). Hoy día cuesta mucho levantar los proyectos, por medio la pandemia, pero aquí estamos, hemos estrenado, hemos llegado a buen puerto.


 

¿Y cómo llega Miguel Ángel Muñoz al ‘Peter Pan’?

Miguel Ángel: El proyecto tenía muchos ingredientes. El texto y la dirección son de Vanessa Monfort, con la que ya he trabajado en dos ocasiones en teatro. Pero a pesar de la admiración mutua y la confianza, hasta que no me leí el texto no pude decir que sí. Fue sentarme a leerlo y concretamente leer la escena número seis, donde el personaje de Óscar hace un monólogo en forma de carta que ha escrito y se me cayeron las lágrimas y en ese momento, antes de acabar, dije “va a ser que sí”.


 

Una obra que habla de una forma honesta, autocrítica, emocionante, divertida y realista de la mujer actual.

Cuca: Queremos que el público se sienta y vea el viaje que hace Marina desde ese lugar donde no se siente capaz, donde tiene miedo. Se enfrenta no solo a los peligros que tiene hacer sola una travesía en un barco en el que nunca ha navegado en el puesto del piloto, sino en el del copiloto. En esa travesía se enfrenta, aparte de a los peligros normales de una travesía en el Estrecho, que no es nada fácil navegar, a los peligros de enfrentarse consigo misma y con el recuerdo de Óscar, con lo que ha sido su vida. En este sentido sí que rescatamos de la novela esa historia de superación, pero desde la honestidad, no estamos pintando una heroína, al contrario. A veces no cae bien en la novela, porque es una mujer que no ha sido valiente, que ha sido cobarde, que ha vivido a la sombra de un hombre, que le ha entregado todo a él, le ha entregado su vida, sus decisiones, no ha sido capaz de tomar las riendas de su vida ni de hacer lo que realmente le latía, ni ha conectado con sus verdaderas emociones ni con sus sentimientos ni con sus deseos y eso es lo que hace durante la función. Durante esas ocho jornadas que dura el viaje.


 

Las mujeres se van a sentir identificadas, pero ¿esta obra nos va a servir a todos, también a los hombres?

Miguel Ángel: Yo creo que sí, yo creo que lo que le sirve al hombre le sirve a la mujer y viceversa. Sí es cierto que cuando se narra en primera persona y en este caso lo narra una mujer inevitablemente hay un montón de códigos y de experiencias donde seguro que se van a sentir identificadas porque se habla en primera persona de la mujer, pero por supuesto vale para ambos sexos y los hombres yo creo que también tienen mucho que escuchar y aprender de esta obra. Bien es cierto que luego cada uno puede verlo desde su punto de vista, del punto de vista del personaje masculino o femenino. Y esto si lo traspasamos a cualquier género, es decir, si fuese un hombre quien interpretase a Marina y una mujer quien interpretase a Óscar también valdría porque realmente el texto es muy universal.


¿Qué feedback habéis recibido del público?

Cuca: Es muy bonito, porque es una función bellísima, con muchísima poesía sobre el escenario, es un texto súper hermoso y está envuelto en una luz y en una escenografía bellísimas. Es un cascaroncito, no queríamos hacer un barco realista. Está todo en la cabeza de Marina y ahí Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán, no en vano, es uno de los mejores escenógrafos de este país, consiguieron dar con la idea que queríamos Vanessa y yo, que es algo muy frágil dentro del mar, que es como Marina se siente en su vida y en esta travesía. Es un cascaroncito redondo, en medio del mar y a merced de las olas. Las olas se hacen con tela, porque en principio queríamos usar proyecciones, pero yo quería un espectáculo mucho más teatral y la luz de Valentín Álvarez y las tormentas y el sonido de Javier Almela… Y la música… ¡Es que tenemos la música de Fernando Velázquez! No estamos hablando de cualquier equipo. Es brutal.

Es un espectáculo para todos los públicos, te puedes quedar en una capa, te puedes quedar en otra, pero me encanta porque han venido adolescentes, jóvenes y a lo mejor ellos no se quedan con la segunda o la tercera lectura, pero sí alucinan mucho con la belleza y con lo que ocurre en el escenario. Esta tiene esa cosa que el texto y lo que estamos contando tiene mucha profundidad y mucha emoción, estamos hablando de un viaje al interior de uno mismo, pero también estamos poniendo sobre el escenario mucha poesía.


¿En qué más andan? Otros proyectos que puedan contarse…

Cuca: Me llegó un casting hace un mes para una serie en México, que es un país que adoro, donde he trabajado y donde quiero volver a trabajar, pero no lo hice, le dije a mi representante ‘no puedo’. El teatro es un amante muy exigente porque no permite relaciones abiertas (risas), también porque he asumido la producción y es agotador, ahora creo que ya me libero y podré pensar en otras cosas, pero hasta que no estrene en Madrid estoy a full…

Miguel Ángel: Ando en mil historias… Tengo dos proyectos ahora mismo, que no te puedo decir hasta que no lo comuniquen… Uno es un proyecto de televisión… y sigo con “100 días con la Tata” que no para de darme alegrías… Hasta que no sean super oficiales no confirmo las cosas, no vaya a ser que meta la pata.

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