¿Qué esencia del clásico “Ricardo III” original de Shakespeare vamos a encontrar en esta función?
Es la función más larga del autor y, evidentemente, la hemos sometido a una importante poda. Por lo demás, hemos reescrito libremente algunas escenas, fundamentalmente para dar más entidad a algunos personajes que quedaban, a nuestro parecer, algo desdibujados.
¿Qué aspectos han adaptado a la actualidad en esta versión?
No hemos situado la acción en un tiempo concreto, aunque utilizamos sin pudor cual-quier cosa que nos pareciera útil para llevar más lejos las convenciones teatrales que se plantean. Shakespeare ya introduce de una forma magistral en el original la importancia de la información que le llega al ciudadano como un elemento fundamental para conseguir el poder. Nosotros hemos querido ser consecuentes con el tiempo que vivimos en el que ese extremo en concreto ha tocado cotas seguramente inimaginables hasta para la imaginación sin límites del bardo.
¿Qué temas coronan el montaje?
La lucha por el poder y la manipulación para conseguirlo.
¿Cómo es, detalladamente, este Ricardo III de siglo XXI?
Un actor fabuloso capaz de ganarse la complicidad del respetable haciéndole desear que sea cada vez peor. Hace reír y eso siempre gana la complacencia de quien mira pero, después, se adentra en un mundo terrible donde no existe la compasión.
¿Quiénes y cómo son el resto de personajes que veremos en escena?
He visto unas cuantas puestas en escena de “Ricardo III” en los que parecía que la única mala persona sobre el escenario era el protagonista. A mí esto no me interesaba. Creo que hace menos importante la maldad de Ricardo si no tiene contrincantes a su medida. Ricardo está rodeado de personajes que quieren exactamente lo mismo que él: conseguir el poder. Los movimientos por conseguirlo y los cálculos que preceden cada decisión era lo que más me interesaba.
¿Qué tienen los malos que nos gusta mirarlos?
Seguramente la ausencia de condicionan-tes que les suponemos para conseguir lo que quieren y que –pensamos– hacen que conseguirlo sea más fácil. Y algo que dice Montaigne: “Nadie se recrea viendo jugar y acariciarse a los animales entre ellos y nadie deja de encontrar recreo vién-dolos desgarrarse y despedazarse”.
Uno de los momentos más llamativos de la función se produce en…
La escena que tiene Ricardo frente a Ana donde es capaz de seducirla sobre el cadáver de su suegro y tras haber matado a su marido. Siempre se habla de que es una escena imposible pero lo cierto es que no falla. Misterios shakespearianos.
¿Qué cualidades tiene Israel para encarnar como nadie a este personaje tan mítico y, a la vez, tan adaptado a un nuevo contexto?
Isra es un actor capaz de caminar como un funambulista por esa fina línea entre la tragedia y la comedia, con una depurada técnica para traer la profunda teatralidad del XVII y dispararla a la más rabiosa –nunca mejor dicho– contemporaneidad.