¡Por fin tenemos a Moncho Borrajo de vuelta en Madrid! Y nada menos que con “Nada”. ¿Qué propone este espectáculo?
Todo y nada, es decir, hablar de nada, pero que se entienda todo.
¿De dónde surge esta nueva idea y de qué manera ha tejido su contenido?
Nace de esa frase terriblemente censora: lo políticamente correcto. ¡Se puede hablar de todo, pero se enfadan por nada…!
Uno de los grandes momentazos de “Nada”, ese que desata la carcajada unánime del público, es ese en el que…
El que explico el milagro del botafumeiro de Santiago de Compostela (risas). Una de las grandes frases que más disfruta pronunciar en escena: “No” (risas). Es muy gallega, porque tiene mucha retranca, doble sentido y doble intención.
Según usted, ¿qué podemos hacer frente al maldito ‘bicho’, al menos para no perder la alegría de vivir?
Lo mejor es valorarse a uno mismo y no consentir que nos vendan la tristeza. El humor es un arma y una buena medicina.
¿Nos cuenta alguna anécdota curiosa vivida en la gira de este show –ya sea en escena o después de alguna función– con el público?
En Bilbao, después de poner al público en pie y con un aplauso muy largo, ese día, por culpa del ‘bicho’, no permitieron que mi representante y amigo Santiago estuviera conmigo. Los técnicos del teatro me ayudaron a recoger y, como todo el mundo se marchó por lo del toque de queda, me vi de noche y con una maleta caminando por la ciudad camino de la casa de una amiga donde estaba viviendo esos días. No se me pasó por la cabeza llamar a un taxi, fue como volver a mis principios. ¡El éxito tiene esas cosas…!
En suma de todo, ¿qué va a aportar “Nada” a los fieles amantes de Moncho Borrajo y qué le va a ofrecer al público que aún no le conoce?
El Moncho más auténtico, sin trampa ni cartón. sin nada. Un deseo general para el 2021 y uno muy particular y personal: Salud para todos y trabajo. ¡Del dinero y del amor ya me encargo yo…! (risas).