4 Premios Broadway World Spain y Premio Crea en Los Premios del Teatro Musical. ¿Llegar al Infanta Isabel con este aval da tranquilidad o todo lo contrario?
Nuria: Todo lo contrario (risas). Los artistas no nos relajamos nunca, si perdiera ese nervio, me dedicaría a otra cosa. Es lo que nos mantiene fresquitos. Estoy con muchos nervios y con muchas ganas.
José Manuel: Los premios siempre son algo aleatorio. Yo no estaba en la función cuando se los dieron, lo mismo he hecho que empeore (risas). El espectáculo está muy bien hilado, a mí me gusta mucho, con todo lo crítico que es uno desde dentro, y hasta ahora la acogida ha sido estupenda. No me hiper responsabiliza Madrid, es un plus más de ganas.
¿Qué recuerdos tienen ustedes de Sara Montiel y qué han descubierto de ella?
Nuria: La conocía más de los últimos años. Sabía que había triunfado a nivel mundial, pero no había indagado en su historia ni en el alcance de su trayectoria. Al conocerla un poquito mejor me he dado cuenta de que es una pena no haberle hecho un homenaje por todo lo que ha conseguido y de qué manera. Era casi analfabeta y se aprendía todo de memoria, consiguió triunfar en Hollywood, en México… La personalidad que tenía, lo claro que lo tenía todo, no dejaba que nadie le dijera nada… Hay muchas cosas en las que me identifico con ella.
José Manuel: Yo tuve la fortuna de compartir cena con Sara Montiel. En 2009 se le entregó el premio Aisge por toda su carrera. Yo presenté aquellos premios y luego me senté en la misma mesa con ella, Imanol Arias, Miguel Ríos… En esa época yo fumaba puros, todavía se podía fumar en interiores, y justo terminamos de cenar y dije: “¡Mecachis, se me han olvidado los puros!”. Ella sacó su purera y me ofreció uno de sus puros. “¿En serio, Antonia? ¡¿Qué me voy a fumar un puro de Sara Montiel?!”. Además, justo los mismos que yo fumaba, Montecristo nº5. Descubrí a un personaje súper cercano en esa cena y luego, indagando en su historia, es un personaje espectacular que, a lo mejor, en los últimos años fue empañado por ciertos momentos de exposición a los medios de la prensa social que opacaron todo lo que esa mujer fue. Fue una estrella mundial.
Más de 40 películas, 50 discos. Compartió pantalla con los grandes de la época. Fue un mito. ¿Le debíamos este homenaje?
Nuria: Yo creo que sí. Esto lo hizo Eva Manjón en el 2016 y retomarlo a mí me ha hecho un regalo. No estamos imitando a Sara y eso me dio un poquito de tranquilidad. Es una pasada caracterizarte, vestirte como se vestía, con su peluca y que la gente lo viva a través de las anécdotas que se cuentan más las canciones de ella.
José Manuel: Se le deben este sobre las tablas y muchísimos más porque fue una mujer fundamentalmente libre. Con 17 años conoce a Miguel Mihura, tiene una relación con él, al que ella confiesa que dejaba reventado en la cama (risas), que fue el que la anima a que se vaya a América porque no está reconocida en España. Se va, en México hace no sé cuántas películas en tres años, da el salto a Hollywood. Aquí había dejado rodado “El último cuplé”, que era una película de bajo presupuesto, y cuando vuelve ve que es un pelotazo y ya se queda. Había trabajado con los más grandes, se casó con Anthony Mann, un director de la época dorada de Hollywood. Cuando el cine que se hace en España en los años 70 no le interesa, ella dice “Ya no hago más cine”. Es una mujer que ha ido tomando sus propias decisiones y siendo muy libre.
¿Qué ocurre esa última noche con Sara?
José Manuel: Mi personaje cuenta en primera persona, en un flashback, lo que fue su última noche con Sara y habla un poco de esa despedida. Sara ha tomado una decisión que comprometía dejar un proyecto profesional y un proyecto personal. Hay una historia de amor y hay una grabación de un disco. Hay humor, hay pasión, hay drama y hay música maravillosamente cantada por Nuria. Y Pablo, que se canta un par de temas (risas).
Nuria: No está basado en hechos reales, porque contar en una hora y veinte minutos la historia de Sara es un poco complicado (risas). La trama, el representante, el amante… Hay de todo. La obra se pasa rápido y la gente lo que me ha dicho es que se mete en la historia, que les gusta. No es el típico espectáculo en el que cantas porque es un musical, no, está todo entrelazado. Es muy bonito.
Para abrir boca, aváncenos, Nuria, alguna de las emblemáticas canciones que vamos a escuchar…
Nuria: Son diez canciones y todo el mundo las conoce. “Fumando espero”, “Bésame mucho”, una de mis preferidas es “Mi hombre” y otra muy bonita es “Calumnia”. Y “La violetera”, por supuesto (risas).
¿Cómo es la Sara de Nuria Fergó?
Nuria: Me siento identificada un poco con su vida, con la manera de tomar las decisiones, a nivel amoríos en plantarle la cara a los hombres y decirles “shhh, que tú no mandas en mí, shhh, que yo decido”, en el viajar por todo el mundo con su madre. Yo me he llevado a mi madre de gira cuando salí de “Operación Triunfo” tres años. También México, ella triunfó allí, yo voy a ir ahora. Muchas cositas, sobre todo, tener claro una lo que quiere hacer y con nuestras herramientas y creyendo en nosotras lo estamos consiguiendo. Para meterme en el papel he visto algunas de sus películas, entrevistas, cómo habla, intento vocalizar suficiente para que no se me note el acento andaluz, algunos gestos, en las canciones cantar un poco como ella. La gente va a notar eso diferente, nunca me han escuchado en ese registro y eso llama mucho la atención.
¿Y cómo es esto del teatro para usted?
Nuria: Yo ya había hecho un musical hace once años, “Lucía, la maga”, pero no lo puedo comparar con lo que estoy viviendo ahora. Estar una hora y veinte en un escenario, llevando el peso de toda la conversación, porque es que no paro entre que hablo y canto (risas), es mucha más responsabilidad. Lo llevo muy bien, me siento muy cómoda. Lo de interpretar siempre lo he llevado dentro (risas).
¿Y su personaje, José Manuel?
José Manuel: Mi personaje no existió en la vida real de Sara… Es un productor amante de Sara Montiel, un hombre de la época, de los años 60, que, además, está casado. También está en un proceso de decidir si cambiar su vida, si dejarlo todo o no. Él hace todo lo posible por impulsar la carrera de Sara y también por ganar dinero. Y en esa última noche se le vienen abajo o se le pueden venir abajo esos dos pilares de su vida. Es el conflicto que se produce, quién de los dos, o los dos, va a dar su brazo a torcer o va a cumplir su sueño o va a renunciar a cosas. Sin desvelar el final…
Texto de David Planell, dirección de Eva Manjón, en escena ustedes y Pablo Monteagudo. Equipazo de lujo, ¿no?
José Manuel: Maravilloso. Nuria, que no tenía este bagaje teatral que podemos tener otros, hace un trabajo maravilloso. Ha sido muy fácil y muy placentero el proceso, con todos los nervios, todos los miedos y angustias e inseguridades que sufres. Ya había un terreno sobre el que pisar, ya había un montaje anterior, y eso ha ayudado, aunque los que hemos llegado nuevos hemos aportado nuestra parte.
Nuria: Es un privilegio para mí. No sabes lo que estoy aprendiendo de ellos, porque llevan muchísimos años en la profesión, muchísimas tablas y yo sé que en cualquier momento que a mí se me vaya algo me van a ayudar. Estoy muy contenta, es un equipazo. Y, aparte, la calidad humana que tienen todos. Así da gusto trabajar.