Según la R.A.E., grito es una expresión que se profiere levantando mucho la voz, pero también una manifestación vehemente de un sentimiento colectivo. ¿Qué te hace gritar a ti?
La manipulación, las imposiciones, que se determinan desde las estructuras de poder. Todo lo que me reprime y me impide vivir plenamente, conectado con lo que siento y pienso.
¿O por qué estaría dispuesto a levantar mucho la voz?
Por un problema como el que se plantea en “El Grito”, que hasta hace muy poco se silenciaba sin ninguna contemplación.
Muchas veces un grito es también una forma de expresar miedo, angustia, impotencia… Y en este texto puede que haya mucho de todos esto, ¿no?
Sí, cuando llegamos a gritar es que no encontramos las palabras ni las acciones que nos orientan para resolver el problema que tenemos, cuando no es posible el diálogo y no encuentras la orientación para resolver lo que te ocurre. Hay momentos muy concretos de la obra en los que el grito nace de esta desesperación, de esta impotencia.
¿Qué es “El grito”, cómo definiría brevemente esta obra?
Se abre el problema del desamparo de la mujer ante la maternidad de una forma extrema y la desconsideración de las estructuras de poder, dominadas por hombres, ante este hecho terrible que finalmente acaban resolviendo mujeres.
¿En qué llagas mete el dedo el texto de Itziar Pascual y Amaranta Osorio, a qué nos enfrenta, de qué habla?
De la pasividad de las estructuras de poder hacia cualquier problema que pueda tener una mujer, en esta caso los relacionados con la maternidad. Pero es que además la maternidad no es un problema, es un milagro. El problema es el abandono permitido y sin consecuencias que ha venido dándose durante siglos.
Cuando lei la obra recordé inmediatamente una entrevista que le hicieron a Natália Correia en 1983, en la que dijo:
A sabedoria é mesmo feminina. Correndo o risco de me repetir ou citar a mim mesma, direi que a <sophia> é feminina. O homem enamora-se da sabedoria, mas nunca chega lá. E o percurso para… A mulher, ela própria, é ovularmente o segredo do Universo. Ela contém em si a sabedoria. As vezes nao tem é consciência disso.
Traducción: La sabiduría es realmente femenina. A riesgo de repetirme o citarme a mi misma, diré que <sophia> es femenina. El hombre se enamora de la sabiduría, pero nunca llega a ella. Es la ruta hacia … La mujer, ella en si misma, es ovularmente el secreto del Universo. Ella contiene en si misma la sabiduría. A veces no tiene la conciencia de ello.
Los hombres sobre todo no tenemos conciencia de esto, es por eso que la obra es necesaria.
Usted interpreta a Rubén Torres. ¿Quién y cómo es él?
Es la pareja de Aina, la ama con locura y está dispuesto a todo con ella. Pero tiene muchos problemas para encontrar la confianza en si mismo, lo que se refleja en una falta de confianza en ella como pareja. Tiene obsesiones y delirios que le llevan a tomar decisiones equivocadas. Esto llega a un extremo en determinados momentos de la obra.
¿Cuál es de verdad el punto de vista de su personaje con respecto a esta historia?
Él no entiende porque las cosas no pueden ser como el las siente, y toma decisiones tal vez aprendidas de su propio entorno vital, en muchas ocasiones el entorno vital de una persona es un reflejo del contexto social. Él piensa que su pareja se tiene que atener a las leyes que el determina, que no son otras que las que ha venido determinando la sociedad durante siglos: a la mujer como es madre esto es lo que le corresponde, estas son todas sus obligaciones y de sus derechos ya hablaremos. El siente que ha sido engañado por Aina, por otra parte no sabe nada de lo que realmente ocurrio en la clínica.
¿Es una historia de buenos y malos?
No, es una historia que plantea un problema clarísimo, sobre la situación de la mujer ante la maternidad y el abandono, a partir de la cual se refleja lo mal que han actuado las estructuras de poder, generalmente dominadas por criterios masculinos. Hay una oportunidad para el diálogo y el cambio. La historia cuenta un logro muy importante a través de la acción de las mujeres. Está basada en un heho real.
“El grito”, dicen las autoras, quiere rendir homenaje a esas mujeres tenaces que han sabido enfrentar grandes dificultades en el proceso de su maternidad y, además, compartir preguntas como ¿Por qué la sociedad es incrédula ante los testimonios de las mujeres? ¿Por qué duda de sus intenciones y sospecha de sus conductas? Imagino que ustedes han reflexionado también sobre esto. ¿Alguna conclusión?
Mira, en mi genealogia ha ocurrido un caso que me toca directamente, no hubo opciones a nada, la pareja de la mujer que se quedo embarazada tuvo que salir adelante en una época en la que esto se silenciaba. A mí me emociona mucho ver como hoy esto no es así y hasta las instituciones y las estructuras de poder se posicionan.
En la obra hay algo muy importante, que es que se parte de un hecho real concreto sobre el que hubo que tomar partido y actuar. Y fueron mujeres las que lo hicieron. No hay populismo, hay acción. Estos días fantaseaba con que haciamos el espectáculo solo para hombres, solo hombres en la sala, para que nos viesemos la cara y luego le contásemos a las mujeres que hemos visto este espectáculo y que tienen que ir a verlo, ¿como nos situamos ante ellas después de ver esto? Es que es muy importante que empiece un diálogo, un diálogo a partir del reconocimiento de nuestros propios errores y que actuemos con la misma fuerza y determinación que ellas lo están haciendo.
El proyecto viene bien cimentado por grandes mujeres: las autoras Itziar Pascual y Amaranta Osorio, la directora Adriana Roffi y la veterana productora Pilar de Yzaguirre. ¿Cómo son, cómo ha sido esta experiencia a su lado, qué nos dirían de ellas?
Itziar Pascual y Amaranta Osorio han hecho un gran trabajo de documentación a partir del hecho real y han sabido darle una estructura dramatúrgica que permita que el conflicto se revele y se abra al espectador. Fue muy cálido el contacto y el trato con ellas.
Adriana Roffi es impecable en el trabajo y en el tratamiento con las actrices y los actores, crea un espacio para el error que es muy importante en el ensayo, es el único modo de que te vayas desprendiendo de lo que te sobra. Le interesa realmente que te conectes con lo que sientes y que eso sea lo que te oriente para actuar y para transitar la linea de pensamiento del personaje. Esto por supuesto no es fácil, pero ella crea un espacio y un tiempo en el ensayo que lo permiten, su actitud te inspira, es maravillosa.
En cuanto a Pilar de Yzaguirre, la conozco desde hace un tiempo, es la mujer que se ha determinado y ha puesto todas sus energias, pasión y experiencia para sacar este proyecto adelante en una situación como la que vivimos actualmente. Es la que ha organizado el equipo artístico y la responsable de que yo te este respondiendo a estas preguntas, es una mujer a la que admiro profundamente y solo puedo decirle gracias.
Aparte de en el Teatro Fernán Gómez, tan bien rodeados por ese elenco de altura, ¿dónde más vamos a poder verte próximamente? ¿Algún otro proyecto entre manos que pueda contarse?
El proyecto más inmediato que tengo entre manos es gritar, gritar apasionadamente hasta que el conflicto que se abre en la obra se resuelva de forma definitiva y el objetivo del proyecto se consagre.