Entrevista a Paola Matienzo por Lo que quieren las guachas

 Danza, teatro, cine, televisión. Actriz, directora, guionista. Licenciada en Comunicación Social. Y, por si fuera poco, en 2009 funda AZarte, espacio de creación, producción y exhibición, del que es directora y programadora. Abruma la carrera de esta argentina todoterreno que desde hace más de veinte años disfrutamos en España y, aún así, no para. En octubre producía e interpretaba con su compañía     “En tus ojos siempre será verano” mientras, imaginamos, ya soñaba con traer a su casa esta pieza de Mariana Cumbi Bustinza que triunfa en Argentina.  Por R. P. Foto Álvaro Serrano Sierra    
Lo que quieren las guachas” es la última pieza de una trilogía de Mariana Cumbi Bustinza atravesada por una mirada política sobre la desigualdad. Cuéntenos algo más. ¿Cómo definiría la obra y de qué habla, a qué nos enfrenta? 

Partiendo de las tensiones que surgen del cruce entre adolescentes de distintos sectores sociales, la obra reflexiona sobre nuestra sociedad. Mariana hace un teatro político, por supuesto y creo que su fuerza está en la crudeza y frontalidad de los acontecimientos que presenta y que demandan urgentemente tomar posiciones. Gracias al contexto que arma es imposible permanecer indiferente a los temas que aborda que son tan diversos como la desigualdad social, el miedo a lo distinto, la discriminación, la intolerancia devenida en agresión, el aborto, la construcción de la identidad y la apariencia, la posición de la mujer, los prejuicios, el deseo, la presión de los mandatos sociales, la lucha de clases, el machismo y las violencias de género. 


¿Cómo se enamora Paola Matienzo de “Lo que quieren las guachas”?   

Vi la obra a principios de este año y supe desde el principio que quería traerla a AZarte. La obra aborda varios temas recurrentes en mi trabajo, principalmente me sentí interpelada por dos cuestiones la situación de vulnerabilidad de los personajes y la diferencia de perspectiva ante un mismo acontecimiento desde dos clases sociales completamente diferentes. 


¿Cómo son, brevemente, los personajes que habitan esta historia y qué representan? 

Son seis personajes. Tres son miembros de una familia de clase baja de un barrio marginal, compuesta por una madre que por su condición trans trabaja en la calle, un hijo y una hija de 20 años. Los otros tres personajes son un chico y dos chicas que están en un instituto privado de prestigio. Cada uno de los personajes carga con su propio dolor, pero las oportunidades de superarlo evidentemente no son las mismas. 

Es difícil de entender que a estas alturas de la historia y en países donde es posible encontrar recursos, todavía haya tanta desigualdad. También es incomprensible que tanto aquí como en otros países, se vuelvan a cuestionar ciertos derechos adquiridos como por ejemplo el aborto, otro de los temas que aborda la obra.


La autora aporta también una mirada especial sobre las mujeres, ¿no? 

Si, ella pone en evidencia por un lado la desigualdad que vive la mujer según el estrato social al que pertenece y por otras ciertas realidades que eluden el factor social y que hacen que mujeres de diferentes clases y países sean víctimas de maltratos, abusos o cosificaciones. En este sentido, también habla de la posición del hombre, enfrentado dos masculinidades opuestas, la impuesta por el mandato patriarcal y otra que rompe con el mismo y es más desprejuiciada y sensible. 

Además, pone en evidencia la discriminación y falta de oportunidades que todavía sufren las personas que tienen una identidad de género diferente a la asignada al nacer.


¿Cómo está siendo el proceso de trabajo para dar forma a este montaje?

Está siendo un proceso muy bonito, es una de esas veces que el trabajo va creciendo y sientes que va tomando su propio lugar. La obra aunque toca temas duros tiene mucho ritmo y partes muy divertidas. Lo más difícil fue encontrar a los personajes, tardé varios meses, porque buscaba algo muy específico en cada uno y además debían actuar, cantar y tocar algún instrumento, esto fue especialmente complicado para el personaje de Mariela la madre, por suerte apareció Sara que como el resto del elenco está haciendo un trabajo precioso.


¿Y la puesta en escena, la música…? ¿Cómo va a ser todo ese envoltorio de “Lo que quieren las guachas”?

La puesta es un poco diferente a la argentina porque en esta son los mismos actores y actrices los que tocan en directo la música. En cuanto a coreografías y canciones si estamos respetando la estructura de las originales, aunque haciendo pequeños cambios.

El texto lo adaptamos a España y lo estamos tomando como una partitura más, porque funciona muy bien, está cargado de subtextos, humor, ternura y crudeza.


La obra lleva cuatro años en cartel en Argentina. ¿Por qué engancha tanto y cuál es el éxito de su autora?

Imagino que, porque nos identificamos con esos personajes y situaciones, en esta obra la injusticia y desigualdad nos golpea y nos lleva a replantearnos varias cosas, que entran de lleno y sin tapujos gracias al humor de la autora, mientras los personajes cantan, bailan y luchan por contarse su propia historia de la manera menos dolorosa. Creo que una de las claves de la escritura de Mariana es abordar estas temáticas desde este lugar. A pesar de todo lo que les sucede son unos supervivientes.


¿El éxito en Argentina es garantía de éxito aquí? ¿Existe esa correlación?

No tengo ni idea, cuando hago una obra no pienso en estos términos. Hago los trabajos en los que creo y los que cuentan las historias que quiero contar en cada momento y contexto. Lo que más me interesó de esta obra, en este aspecto, es que nos recuerda que los derechos son muy difíciles de conseguir y muy fáciles de perder. 

Volviendo a tu pregunta primero habría que pensar a que nos referimos con la palabra éxito. Si es a la trayectoria de la obra, desde luego que allí lo tuvo, es un trabajo pequeño que lleva 4 años en cartel e hizo temporadas en circuitos más grandes. Pero, como te comento, creo que el éxito en el alternativo está en otros lugares.


Actriz, directora, guionista, gestora, programadora… ¿Esto de estar en todos los lados es más necesidad o inquietud? 

Todo viene de un único motor, querer contar historias que me confrontan y plantean temas que me interesa abordar y contar. En Lo que quieren las guachas confluyen varias cuestiones personales que me emocionan y empujan a querer transitarla. 

Supongo que el terminar teniendo una sala alternativa, viene de que desde muy pequeña sentí que la ficción era un refugio de todo lo triste que podía pasar alrededor. Para mí el arte siempre fue una especie de hogar, un sitio donde sentirme feliz, más allá del momento que estemos viviendo. Y el creer en esto me impulsa a seguir trabajando en áreas que son tan gratificantes para mí, como las de gestión o producción. 


Lleva en España más de veinte años y no ha parado de hacer de todo. ¿Ha sido un camino fácil? ¿El balance es positivo?  

El balance para mi siempre es positivo, porque mi naturaleza, al igual que la de los personajes de esta obra, es esforzarme por salir adelante, aprender a levantarme y contarme lo sucedido de la manera más positiva posible. Fácil evidentemente no es sacar adelante tu trabajo artístico y la gestión de una sala, después del cierre por la pandemia y de haber estado más de un año al 40 porciento de aforo. Pero cada día agradezco tengamos un espacio que da oportunidades y trabajo a tantxs profesionales y jóvenes creadorxs que sacan adelante sus proyectos en AZarte.


La temporada no ha hecho más que empezar, pero ¿qué nos espera este 2022/2023 en AZarte?   

Resumiendo, un poco el arranque de temporada, en cuanto a formación seguimos apostando por los laboratorios de investigación de donde salieron obras y compañías que trabajan dentro y fuera de AZarte, ahora mismo estamos arrancando con Historias de Chueca de Fernando Sanchez Cabezudo, que será programada en nuestra sala en mayo, la obra es una continuación de la línea de trabajo de Historias de Usera y también tenemos el laboratorio de Cineatro. Y como cada año contamos con diversos talleres de entrenamiento con directoras y directores de cine y teatro de reconocida trayectoria y algunos talleres de escritura, del último que hicimos hace unos meses con Pablo de Teso, salió un corto que recibió una ayuda para ser producido y acaba de ser premiado en el festival de Jaén. 

El comenzar a hacer cine, fue un paso natural para la sala luego de varios años investigando la vinculación y los límites entre el formato teatral y audiovisual.

En cuanto a producción hicimos dos cortometrajes y estamos terminando de montar un tercero, además de empezar a mover un largometraje. Y en teatro estrenamos el mes pasado En tus ojos siempre será veranode Jorge Sanchez, con la que ahora estamos de gira y este mes estrenamos Lo que quieren las guachas. Además tenemos en residencia a la compañía La cantera que estrenará Neva en SURGE. 

Por otro lado tenemos abiertas las residencias para recibir nuevos proyectos que esperamos con ilusión poder acoger y acompañar en su proceso de ensayos y/o investigación, puesto que además de darles sala de ensayo gratuitas, les asesoramos en el área técnica, producción, comunicación y distribución.

En programación contamos con nuevas compañías y con las que ya son familia y llevan años con nosotras y tenemos abierta permanentemente la recepción de proyectos en el mail sala@azarte.com

Actualmente también estamos recibiendo propuestas para el festival LGTBIQA+, que es en junio del 2023, en el que presentaremos diversas jornadas culturales, con el objetivo de dar visibilidad en Chueca a un colectivo que no solo está representado con las fiestas del orgullo.

Esperando compartir todas las novedades de esta temporada y recibir nuevos proyectos en nuestra web os dejamos toda la información sobre programación, residencias, actividades complementarias, obras de teatro y cortometrajes producidos, que hacen de nuestro espacio un punto de encuentro para creadorxs y público. 

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