Entrevista a Pere Arquillué por Primer amor

 ¿Debemos llorar o reír ante la monstruosa descripción del primer –y único– amor del protagonista de la pieza? Armado con toda la acidez de un humor trágico deliciosamente construido, la imponente voz de este actor catalán nos traslada el texto de Samuel Beckett para llenarnos de luces y sombras. Àlex Ollé y Miquel Górriz firman la dirección de este fascinante monólogo dispuesto a desenmascarar la gran mentira del romanticismo burgués.
 
¿Cómo describiría “Primer amor”?

Sin ser una obra de teatro ni una dramaturgia, es una narración de Beckett que escribió en el 47, después de la Segunda Guerra Mundial. Trata sobre un chico sin nombre, sin edad, un hombre desplazado totalmente, asocial, que no vive en una sociedad normal. Narra su primera –y yo diría que única– relación de amor con una chica. Es un ejercicio de ‘anti-romanticismo’, una pieza que, a partir del lenguaje, pervierte toda esta idea romántica que la cultura y la Iglesia nos ha dado sobre el amor. Beckett la pervierte y le da absolutamente la vuelta.


¿Cómo es este peculiar personaje que interpreta?

No tiene edad, ni nombre, ni raíces. No se sabe dónde vive, si va o viene. Es, básicamente, un animal mamífero muy primario y dolorosamente sensible, con mucho sentido del humor. Desconfía absolutamente de la sociedad en la que vive e intenta sobrevivir en el día a día con los mínimos elementos posibles de comida y calor. Es expulsado de su clan familiar y, desde ahí, se supone que está en la calle. En el fondo, ni siquiera sabemos si está vivo o muerto…


¿Qué importancia tiene la escenografía?

En esta obra, lo que cuenta primorosamente es el texto, la voz y el cuerpo. Prácticamente no hay nada más, es un espectáculo muy minimalista en este sentido, y sólo hay una especie de banco que no sabemos si es un banco, una mesa de disección o una tumba. El lenguaje de Beckett tan depurado y tan ceñido a la idea anti-romántica es lo que hace todo esto tan especial.


Una de las frases que más le emociona pronunciar en escena es esa que dice…

“Lo que me mató fue el nacimiento”. Escrita en el contexto en que está escrita, es tan bestia y tan iluminadora… ¡pero hay muchas más!


La pieza contiene grandes dosis de humor descarnado. ¿Algún ejemplo?

Es un humor muy particular, descarnado y negro a veces, pero muy efectivo a la vez. Va muy ligado con este amor imposible, de cuando se acerca a ella y, con ello y gracias a Dios, puede dejar de pensar en ella. Él escribe su nombre en viejas mierdas secas de vaca, es una cosa tremenda lo que llega a sufrir, y es ese sufrimiento lo que desemboca en este humor, un humor muy escabroso, muy de lenguaje.


Este espectáculo está dispuesto a desenmascarar la manipulación ejercida por la cultura, la religión y el falso romanticismo burgués del siglo XIX. ¿Cómo lo consigue?

Pervirtiendo los convencionalismos, los prejuicios, lo dado por hecho, lo que nos venden, lo que nos pintan. Desmontando lo que todos creemos que es el amor, pero que no lo es en realidad. Es una mezcla tremenda de humor y tragedia con la que Beckett se carga prácticamente todo: sociedad, Iglesia, arte… o al menos lo cuestiona y lo pone en otra onda. El público va a pasar un rato revelador, muy lumínico y, además, se va a reír mucho.


Aparte de “Primer amor”, ¿podemos verle próximamente en algún otro proyecto?

En teatro, volveré con “Arte”. En TV, se va a estrenar “Félix”, una serie de Movistar TV realizada por Cesc Gay en la que participo.

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.