¿Qué trae esta peculiar profesora, con qué nos vamos a encontrar en escena?
¡Con una obra que tiene mucha gracia! Esta función tiene vivencias que todos hemos vivido de distintas formas, con diferentes lecturas, y hablamos del autoritarismo. Es una cuestión que me interesa mucho, porque creo que se debería hacer algo con el tema de la educación.
¿Cómo es Doña Margarita?
Doña Margarita es como las profesoras que podía tener yo cuando era jovencita, muy autoritarias, pero tiene también algo muy de ahora, de esas profesoras que mezclan una parte moderna, muy de internet, con cosas muy reaccionarias. Para ella la obediencia, la sumisión y el orden son muy importantes. Es graciosa y bestial. Eso sí, ¡quiero dejar claro que no nos metemos con las profesoras! Tengo varias en mi familia y en la de mi marido y son maravillosas, pero esta es una forma fácil de coger a un personaje que tiene delante unos niños a los que les habla con todas sus contradicciones.
¿Algún ejemplo de contradicción?
Lo mismo puede estar hablando de que hay que cuidar a los animalitos como, al mismo tiempo, le puede dar una patada a un niño y lo deja impotente para toda la vida. Ella es, ante todo, la contradicción hecha persona, como tantas conocemos que dicen una cosa y luego hacen otra.
¿Qué falla en este sistema de educación actual y cómo podríamos mejorarlo?
Yo respeto mucho a la gente que enseña, porque es una profesión muy tremenda y vocacional pero, quitando esto, tenemos una educación que lleva siendo demasiado parecida desde hace siglos… Y nosotros queremos remover esto un poquito, decir que hay que cambiar, que las cosas de memoria igual no hacen tanta falta, que puede ser interesante que los niños de 14 años hablen de temas que no salen en los libros. Yo es que veo los libros de mis nietos y digo “¡jodeeeeer, si parece que son los míos…!” (risas). Y es una pena, porque tanto niños como profesores se merecen algo mucho más moderno, más de la vida que estamos viviendo.
Una de las frases más tremendas de doña Margarita:
“Como dijo un poeta, lo peor está siempre por venir”. O “Ustedes no saben nada pero, antes o después, se van a morir”. ¡Es terrible! (risas).
Petra, cuenta con el placer de ser dirigida por el gran Juan Margallo. ¿Qué es lo mejor y lo peor de este detalle?
Lo mejor es que llevamos 52 años juntos en vida, trabajo y todo y nos divertimos muchísimo. Y lo peor, no sé… ¡fíjate que tiene que haber algo…! Seguro que en algún momento habré dicho “qué coñazo es este hombre”, pero realmente lo que a mí Juan me aporta es esa compenetración en los métodos de estudio y de ensayo, que con poquito que hablemos nos entendemos y estamos muy a gustito. ¡Y que nos reímos mucho, mucho, mucho! Y eso es algo que agradezco enormemente, que tengamos esa postura ante la vida.