¿Qué cuenta “Cronología de las bestias”, a qué nos enfrenta?
Nos enfrenta a la necesidad de tener un sitio en la vida, a la necesidad individual de pertenecer a un colectivo.
Y siempre la familia…
Efectivamente, sí. En la familia somos capaces de lo mejor y de lo peor.
¿La mentira es siempre un arma de doble filo?
A veces hay que mentir para sostener sitios en la vida. Muchas veces miramos para otro lado cuando tendríamos que enfrentarnos a la realidad, pero a veces no nos gusta esa realidad y para sobrevivir tenemos que estar sosteniendo una mentira…
Pilar Castro –“Invencibles”, “Gordos”, “Julieta”, “Los dos lados de la cama”…– es Celia.
Es la hermana de Olvido, la madre de César, la tía de Beltrán. Una persona con un rol bastante inactivo en la familia, un poco apartada, un poco fuera de lugar. Es una persona vulnerable, más inocente, llena de sensibilidad pero en un mundo muy duro.
Y una frase de su personaje…
“Yo no sé aprender”.
¿En qué posición coloca el texto al espectador? ¿Cómo ha de ir al teatro para impregnarse cien por cien de esta obra?
Es un viaje y hay que dejarse llevar. Es una función bastante interactiva. Tienes que ceder y estar muy atento, es un juego que necesita del espectador para verlo y para entenderlo.
¿Qué les sedujo de este proyecto?
El texto, que el director quería que lo hiciera yo y la compañía.
¿Cómo es trabajar con un argentino de la talla de Lautaro Perotti?
Es muy gratificante porque él es el autor del texto y sabe muy bien lo que quiere, él es actor también y te da mucha libertad, es muy comprensivo, te deja crear mucho, es muy trabajador y muy buen director. Es muy respetuoso. Es una gozada trabajar con él.