¿Qué propone esta nueva y simpática aventurilla escénica?
Un viaje a través del desierto en busca de un futuro prometedor, ¡como cuando Moisés atravesó el desierto en busca de la tierra prometida! (risas). En este caso, es Fabiolo el que viaja hasta Abu Dabi invitado por un jeque. Allí, se ve envuelto en una atmósfera de las mil y una noches y los mil y un algoritmos que van a definir su futuro. Además, está presente la reflexión sobre cómo la tecnología y el estar conectados a todas horas está cambiando nuestras vidas.
Para quien aún no lo conozca en profundidad… ¿quién y cómo es Fabiolo?
Es un pijo madrileño demodé que siempre esta de moda, socarrón con estilo, bufón high style, deslenguado y mordaz al que empiezas odiando y con el que acabarías gustosamente brindando con Moët y riéndote de lo superficiales que somos todos. A la vez, Fabiolo es capaz de reflexionar sobre la actualidad y proponer soluciones pijas ante los problemas de la vida. Pero es, ante todo, un alegato a tomarnos la vida con humor y diversión.
Amamos a este personaje por su singularidad pero, también, porque nos resulta muy familiar. ¿En qué personas (famosas o no) se inspiró usted a la hora de crearlo?
Soy aragonés y de Huesca. Bastantes pijos van a esquiar en invierno a sus preciosas estaciones, pero fue cuando llegué a Madrid donde descubrí el ’mundillo Moraleja’, a ‘Pitu’ y a ‘Piluca’, sobre todo en eventos donde me contrataban como actor. Desde niño, también he tenido el referente de aquel ‘Duo Baqueira’ y sus sevillanas pijas de Martes y 13, y de Julio Iglesias e hijos, pero en general me inspiro en ‘pijos anónimos’ que he ido conociendo sin caer en el cliché.
¡¿Cómo logra un pijo como Fabiolo atravesar el desierto sin perder ni un ápice de su glamour?!
¡Efectivamente, no lo pierde! (risas). Porque, aunque sea pijo, utiliza la magia de lo sencillo en escena. Pura teatralidad donde transforma una raqueta en un camello o construye todo un Palacio Real con su jardín del Edén. Solo a través de los gestos y la pantomima, es capaz de meterse en otros personajes imitando acentos. Todo ello hace que el público viva esa magia de lo teatral y disfrute mas allá de un monólogo cómico.
Para usted, uno de los momentos más surrealistas de esta función se produce…
Cuando entra en la jaima y se encuentra a un montón de sultanes, emires, visires, ‘almohades’ y cojines (risas) y, entre ellos, a un rey de un Emirato… quiero decir, a un rey emérito.
¿Qué clase de caprichito súper top secret podría anhelar Fabiolo para 2021?
Que vuelva a nevar en agosto en Madrid y brindemos con Moët en un lounge de la Puerta del Sol.
¿Y Rafa Maza?
Conocer personalmente a Rafael Alvárez el Brujo y proponerle que me dirija mi próximo espectáculo.