¿Qué tienen en común un burdel, un lugar parecido a un teatro, una perrera, una patera y el mundo?
Roberto Enríquez: En todos estos lugares se recuerda.
Beatriz Argüello: Son los lugares que ha utilizado Pilar Valenciano, la directora de “El perro del teniente”, como metáforas de lo que este texto evoca, un texto absolutamente actual y reconocible en muchos aspectos por desgracia.
¿Qué es “El perro del teniente”?
Roberto: Es uno de los mejores textos de Benet i Jornet. Es una descarga eléctrica. Es una pieza exótica. Es pornografía del cuerpo y el alma.
Beatriz: Es una obra compleja en la que se va desvelando el conflicto poco a poco. En la que los personajes que habitan en este universo son víctimas de sus propias miserias. Un universo donde ni siquiera los personajes tienen nombre propio, donde la manipulación y el sexo se ejercen como vehículos de poder.
Un hombre y una mujer se encuentran en un burdel. Él cree reconocerla. Ella le sigue el juego. Aquí arranca la historia…
Beatriz: La obra habla de muchas cosas, una de ellas es la impunidad de la violencia ejercida sobre los más débiles. Habla también de cómo las situaciones traumáticas del pasado influyen de una manera directa en el presente y pueden sacar lo peor de nosotros mismos.
Roberto: Habla del poder devastador que lo aplasta todo sin contemplaciones. De la primacía. Un poder que no está dispuesto a ceder a nadie, lo que con tanto esfuerzo le ha costado ascender. Habla de la perversión de hacer sufrir a otro para tapar tu dolor con ese placer. Habla de cómo lo que pasó determina lo que pasa. El pasado y el presente. Los recuerdos.
¿Y sus personajes?
Roberto: Interpreto al número CUATRO. Representa el poder. Un poder paleto que fue perro y ahora es dueño. Como dice el refrán, nunca sirvas a quien sirvió… Un poder enfermo que necesita el dolor de otros para obtener placer y tapar su propio dolor.
Beatriz: Mi personaje es TRES, una mujer que regenta un burdel donde transcurre casi toda la acción dramática. Una superviviente que ve en el personaje de CUATRO una fuente de ingresos y una posibilidad de llegar a los círculos de poder. Lo que no se imagina es con quién va a hacer el negocio.
Junto a ustedes en escena, Fernando Delgado-Hierro y María Ramos.
Roberto: Fernando hace de UNO. Es el cliente, el personaje chejoviano que vive en el pasado, porque vive una vida ajena a su voluntad. Es el hijo de los vencidos, el hijo de los ocupados, el hijo de puta. María hace de DOS. La prostituta. Se hace pasar por la hija del teniente, revelando datos que solo la propia hija conocería. Realidad, ficción, realidad.
Al frente del barco, Pilar Valenciano.
Beatriz: Es una directora cercana a los actores y muy respetuosa con el proceso de cada uno. Ha hecho un trabajo maravilloso a la hora de desentrañar el texto y hacernos ver todo lo que subyace en él. La puesta en escena es un inquietante mecanismo de relojería que no dejará indiferente a nadie.
La obra es un ataque al poder totalitario que vive entre nosotros. ¿Hay esperanza?
Roberto: Vive entre nosotros, por supuesto. Es parte de nosotros. Pueblos que sufrieron el terror y el exterminio y que luego se convierten en abusadores de otros pueblos. Condenados a repetir la tragedia que otros les hicieron en el pasado. La esperanza, el antídoto es contar esta historia, contar la historia, desenmascararlos para estar prevenidos porque acechan constantemente.
Beatriz: Poner sobre las tablas este texto hace que nos planteemos que los actos crueles y brutales no pueden quedar impunes, que nos interpelan de manera muy directa. Ahí radica la esperanza, mostrar historias como estas para que no nos dejen indiferentes, para que no se repitan.
¿Cómo les gustaría que se acercara el público a ver esta obra y cómo les gustaría que saliese?
Roberto: Con el mismo entusiasmo que nos genera a nosotros contar esta maravillosa historia de Benet.
Beatriz: Yo siempre digo que si el espectáculo no transforma en algo al espectador, ya sea emocionalmente, mentalmente o incluso físicamente, es que algo ha fallado. En “El Perro del Teniente” hay muchos ingredientes para que esto no ocurra, os lo aseguro.